Páginas

domingo, 7 de febrero de 2010

LA CASA DEL PASADO -- ALGERNON BLACKWOOD

ALGERNON BLACKWOOD

LA CASA DEL PASADO

Una noche una Visión vino a mí, trayendo con ella una antigua y herrumbrosa

llave. Me llevó a través de campos y senderos de dulce aroma, donde los setos

ya susurraban en la oscuridad primaveral, hasta que llegamos a una inmesa y

sombría casa, de ventanas conspicuas y tejado elevado, medio escondido en las

sombras de la madrugada. Advertí que las persianas eran de un pesado negro y

que la casa parecía revestida por una tranquilidad absoluta.

-Ésta -susurró ella en mi oído-, es la Casa del Pasado. Ven conmigo y

recorreremos algunas de sus habitaciones y pasadizos; pero apresúrate, pues no

tendré la llave por mucho tiempo y la noche ya casi se acaba. Aún así, por

ventura, ¡debes recordar!

La llave produjo un espantoso ruido cuando giró en la cerradura, y cuando la

puerta estuvo abierta a un vestíbulo vacío y hubimos entrado, escuché los

sonidos de murmullos y llantos, y el roce de telas, como de gente moviéndose

en sueños, a punto de despertar. Entonces, instantáneamente, un espíritu de

gran tristeza vino a mí, empapando mi alma; mis ojos comenzaron a arder y

picar y en mi corazón advertí una extraña sensación, como si algo que había

dormido por años se desenrollara. Todo mi ser, incapaz de resistir, se rindió

inmediatamente al espíritu de la melancolía más profunda, y el dolor de mi

corazón, mientras las Cosas se movían y despertaban, por un momento se hizo

demasiado fuerte para expresarlo en palabras....

Mientras avanzábamos, las débiles voces y sollozos escaparon delante nuestro

hacia el interior de la Casa, y me di cuenta que el aire estaba lleno de manos

suspendidas, de vestimentas oscilantes, de trenzas colgantes, y de ojos tan

tristes y nostálgicos, que las lágrimas -que ya casi desboradaban de los míos-, se

retenían por milagro ante la contemplación de tan intolerable anhelo.

-No permitas que esta tristeza te aplaste-susurró la Visión a mi lado-. No

despiertan frecuentemente. Duermen por años y años y años. Los cuartos están

todos ocupados y a no ser que lleguen visitantes como nosotros a perturbarlos,

jamás despertarían por propio acuerdo. Pero cuando uno se agita, el sueño de

los otros también se ve perturbado, y también despiertan, hasta que el

movimiento es comunicado de una habitación a otra y así finalmente, a través

de toda la Casa... Pero, a veces, la tristeza es demasiado grande como para

soportarla, y la mente se debilita. Por esta razón, la Memoria les entrega el

sueño más dulce y profundo que posee y cuida de usar poco esta pequeña y

herrumbrosa llave. Pero, escucha ahora -agregó ella, tomándome la mano- ¿no

oyes acaso, el temblor del aire a través de toda la Casa, que se asemeja al

murmullo de agua cayendo? ¿Y quizá ahora tú..........recuerdas?

Aún antes de que ella hablara, yo ya había captado débilmente el inicio de un

nuevo sonido; y ahora, en lo profundo de los sótanos bajo nuestros pies, y

también desde las regiones superiores de la gran Casa, me llegaba el murmullo,

y el crujido y el movimiento ligero y contenido de las Sombras durmientes. Se

elevaba como una cuerda tañida suavemente de entre las inmensas e invisibles

cuerdas pulsadas en algún lugar de las bases de la Casa, y su vibración corría

suavemente por sus paredes y techos. Y supe que había escuchado el lento

despertar de los Espíritus del Pasado.

¡Ay de mí!, con qué terrible invasión de amargura me sostenía allí, con los ojos

inundados, escuchando las tenues voces muertas hace mucho tiempo atrás...

Porque de hecho, toda la Casa estaba despertando; y en ese momento llegó

hasta mi nariz el sutil y penetrante perfume del tiempo: de cartas, por largo

tiempo conservadas, con la tinta borrosa y las cintas desteñidas; de olorosas

trenzas, doradas y castañas, guardadas, ¡oh, tan tiernamente!, entre las flores

prensadas que aún conservaban la profunda delicadeza de su olvidada

fragancia; la aromática presencia de memorias perdidas, el intoxicante incienso

del pasado. Mis ojos se inundaron, mi corazón se contrajo y expandió, mientras

me rendía sin reserva a esas antiguas influencias de sonidos y aromas. Estos

Espíritus del Pasado -olvidados en el tumulto de memorias más recientes- se

apretaban alrededor mío, tomaron mis manos en las suyas y, siempre

susurrando lo que yo hace tiempo había olvidado, siempre suspirando,

exhalando de sus cabellos y vestiduras los aromas inefables de las épocas

muertas, me guiaron a través de la inmensa Casa, de cuarto en cuarto, de piso

en piso.

Pero no todos los Espíritus me eran igualmente claros. De hecho, algunos

tenían sólo la más débil vida, y me agitaban tan poco que sólo dejaban una

impresión indistinta y borrosa en el aire; mientras que otros me observaban casi

con reproche con sus apagados y desteñidos ojos, como anhelando retornar a

mis recuerdos; y entonces, al ver que no eran reconocidos regresaban flotando

suavemente hacia las sombras de sus habitaciones, para volver a dormir

imperturbados hasta el Día Final, cuando no fallaré en reconocerlos.

-Muchos de ellos han dormido por tanto tiempo -dijo la Visión a mi lado- que

despiertan sólo a duras penas. Sin embargo, una vez despiertos te reconocen y

recuerdan, aunque tú no logres hacerlo. Pues es la regla de la Casa del Pasado

que, mientras tú no los evoques claramente, no recuerdes precisamente cuándo

los conociste y con qué causas particulares de tu evolución pasada están

asociados, no podrán mantenerse despiertos. A menos que los recuerdes

cuando vuestros ojos se encuentren, a menos que su mirada de reconocimiento

les sea devuelta por la tuya, están obligados a regresar a su sueño, silenciosa y

desconsoladamente -sus manos sin estrechar, sus voces sin ser oídas-, para

soñar un sueño inmortal y paciente, hasta que...

En ese instante, sus palabras se extinguieron repentinamente en la distancia y

tomé conciencia de un abrumandor sentimiento de deleite y alegría. Algo me

había tocado los labios, y un fuego poderoso y dulce se precipitó hacia mi

corazón y envió la sangre tumultuosamente por mis venas. Mi pulso latía

locamente, mi piel resplandecía, mis ojos se enternecieron, y la terrible tristeza

del lugar fue instantáneamente disipada, como por arte de magia. Volviéndome

con una exclamación de júbilo, que de inmediato fue tragada por el coro de

sollozos y suspiros que me rodeaban, observé...e instintivamente adelanté mis

brazos en un rapto de felicidad hacia...hacia la vision de un Rostro...cabello,

labios, ojos; una tela dorada rodeaba el hermoso cuello, y el antiguo, antiguo

perfume del Este -¡por las estrellas, cuánto hace de ello!- estaba en su aliento.

Sus labios nuevamente estaban en los míos; su cabello sobre mis ojos; sus

brazos alrededor de mi cuello, y el amor de su antigua alma vertiéndose en la

mía a través de unos ojos todavía fulgurantes y claros. Oh, el feroz tumulto, la

maravilla inenarrable, ¡si sólo pudiese recordar!....Aquel aroma, sutil y

disipador de brumas, de muchas eras atrás, una vez tan familiar...antes de que

las Colinas de la Atlántida estuvieran sobre el mar azul, o que las arenas

comenzaran a formar el lecho de la esfinge. Pero, un momento; ya regresa;

comienzo a recordar. Cortina tras cortina se levantan de mi alma, y casi puedo

ver más allá. Pero el espantoso elástico de los años, horrible y siniestro, milenio

tras milenio..... Mi corazón se estremece, y tengo miedo. Otra cortina se eleva y

otra perspectiva, que va más allá que las otras, se hace visible, interminable,

corriendo hacia un punto rodeado de gruesas brumas. ¡Y he aquí, que ellas

también se mueven!, elevándose, iluminándose. Finalmente veré… ya comienzo

a recordar… la piel morena... la gracia Oriental, los maravillosos ojos que

contenían el conocimiento de Buda y la sabiduría de Cristo, aún antes que

aquéllos hubieran soñado con alcanzarla. Como un sueño dentro de un sueño,

me cautiva nuevamente, tomando una apremiante posesión de todo mi ser... la

forma esbelta... las estrellas en aquel mágico cielo Oriental... los susurrantes

vientos entre las palmeras... el murmullo del río y la música de los setos al

inclinarse y suspirar en la dorada superficie de arena. Hace miles de años, hace

evos de distancia. Se difumina un poco y comienza a pasar; luego parece surgir

nuevamente. ¡Ay de mi!, aquella sonrisa de dientes resplandecientes... aquellos

párpados de venas de encaje. Oh, quién me ayudará a recordar, pues se

encuentra demasiado lejos, demasiado oscuro, y yo no puedo recordarlo

completamente; aunque mis labios aún se estremecen, y mis brazos se

encuentran aún extendidos, nuevamente comienza a desvanecerse. Ya hay una

mirada de tristeza, demasiado profunda para expresar con palabras, al darse

cuenta que no es reconocida.... ella, cuya mera presencia pudo una vez

extinguir para mí el universo entero... y ella se devuelve, lentamente,

tristemente, silenciosamente a su oscuro e inmenso sueño, para soñar y soñar

con el día en que la recordaré y que vendrá a donde pertenece...

Me observa desde el final de la habitación, donde las Sombras comienzan a

cubrirla y a ganarla de vuelta con sus brazos estirados hacia su sueño de siglos

en la Casa del Pasado.

Estremeciéndome entero, con el extraño perfume aún en mi nariz y el fuego en

mi corazón, me di la vuelta y seguí a mi Sueño por una amplia escalera, hacia

otra parte de la Casa. Al entrar en los corredores superiores oí al viento pasar

cantando sobre el tejado. Su música tomó posesión de mí hasta que sentí como

si todo mi cuerpo fuera un solo corazón, doliente, tenso, palpitante, como si

fuera a quebrarse; y todo porque escuché al viento cantar al rededor de la Casa

del Pasado.

-Recuerda -murmuró la Visión, respondiendo a mi inexpresada pregunta- que

estás escuchando la canción que ha cantado por incontables siglos y para

miríadas de incontables oídos. Se remonta asombrosamente lejos; y en ese

simple salmo, profundo en su terrible monotonía, se encuentran las

asociaciones y los recuerdos de las alegrías, penas y luchas de toda tu existencia

previa. El viento, como el mar, le habla a la memoria mas íntima-agregó- y es

por eso que su voz es de tal tristeza, profundamente espiritual. Es la canción de

las cosas por siempre incompletas, inaconclusas, insatisfechas.

Mientras pasábamos por las abovedadas habitaciones, advertí que nadie se

agitaba. Realmente no había ningún sonido, sólo una impresión general de una

respiración profunda y colectiva, como el vaivén de un mar amortiguado. Mas

los cuartos, lo supe inmediatamente, estaban llenos hasta las paredes, repletos,

fila tras fila... Y, desde los pisos inferiores, a veces se elevaba el murmullo de las

Sombras llorosas al retornar a su sueño, instalándose nuevamente en el silencio,

la oscuridad y el polvo. El polvo....oh, el polvo que flotaba en esta Casa del

Pasado, tan denso, tan penetrante; tan fino que llenaba los ojos y la garganta sin

dolor; tan fragante, que aliviaba los sentidos y tranquilzaba el corazón; tan

suave, que resecaba la boca, sin molestar; y cayendo tan silenciosamente,

acumulándose, posándose sobre todo, que el aire lo sostenía como una fina

bruma y las sombras durmientes lo usaban como mortajas.

-Y éstas son las más antiguas -dijo mi Sueño- las dormidas hace más tiempoapuntando

hacia las filas repletas de silenciosos durmientes-. Nadie aquí ha

despertado por siglos, demasiados para contarlos; y aún si despertaran no

podrías reconocerlos. Ellos son, como los otros, todos tuyos, sólo que son los

recuerdos de tus etapas más tempranas a lo largo de el gran Camino de

Evolución. Algún día, sin embargo, despertarán, y deberás reconocerlos y

contestar sus preguntas, pues ellos no pueden morir hasta no agotarse a sí

mismos a través de tí, quien les dio la vida.

-¡Ay de mí! -pensé, escuchando y entendiendo a medias estas palabrascuántas

madres, padres, hermanos pueden entonces estar dormidos en este

cuarto; cuántos fieles amantes, cuántos amigos de verdad, ¡cuántos antiguos

enemigos! Y pensar que un día se levantarán y me confrontarán, y yo deberé

encontrarme con sus ojos nuevamente, reclamarles, conocerlos, perdonarlos, y

ser perdonado.... los recuerdos de todo mi Pasado...

Me volteé para hablarle al Sueño a mi lado, y toda la Casa se disolvió en el

brillo del cielo oriental, y escuché.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://arkaiko.activoforo.com/index.htm
RUEGO QUE AL HACER EL COMENTARIO, AL FINAL, PONGAIS VUESTRO MAIL, POR TENER UNA REFERENCIA EN CASO DE QUE PASARA ALGO, ASI TAMBIEN SI TENEIS ALGUNA IDEA PARA CONTINUAR, O SI EN FORMA DE BLOG, O COMO UN FORO...
SNAKE
http://arkaiko.activoforo.com/index.htm ; alli, se puede hablar mas abiertamente de lo visto, leido, sentido, o de lo que quieras, estas en tu casa