BLOOD

william hill

Seguidores

domingo, 1 de marzo de 2009

LA EXTRAÑA CABALGADA DE MOROWBIE JUKES -- Rudyard Kipling

LA EXTRAÑA CABALGADA DE
MOROWBIE JUKES
Rudyard Kipling



*
Muerto o vivo, no hay otro camino.
PROVERBIO INDÍGENA

*
Como dicen los ilusionistas, no hay engaño en este relato. Jukes fue a parar
por puro azar a una aldea cuya existencia es perfectamente conocida, si bien es el
único inglés que ha estado allí. Una institución similar solía prosperar en los
alrededores de Calcuta, y se cuenta que si uno se interna en Bikanir, en el
corazón del gran desierto de la India, se encontrará no una aldea, sino una
ciudad donde los Muertos que no murieron —pero que ya no pueden vivir—
han establecido su cuartel general. Y como es absolutamente cierto que en este
mismo desierto hay una ciudad maravillosa donde los ricos prestamistas van a
retirarse después de haber amasado sus fortunas (fortunas tan vastas que sus
propietarios no pueden confiar su custodia ni siquiera al poderoso brazo del
Gobierno y prefieren buscar refugio en las áridas arenas), y conducen suntuosas
carrozas con ballestas en forma de C, y compran muchachas hermosas y decoran
sus palacios con oro y marfil, azulejos de Minton y madreperlas, no veo por qué
razón no ha de ser cierto el relato de Jukes. Es un Ingeniero Civil, dotado con un
talento especial para levantar planos, medir distancias y cosas de ese tipo y,
realmente, no se tomaría la molestia de inventar trampas imaginarias. Ganaría
mucho más dedicándose al legítimo ejercicio de su profesión. Nunca introduce
variaciones en su narración, y se acalora y se indigna cuando recuerda el
tratamiento humillante que recibió. Al principio escribió su relación de los
hechos de forma más espontánea, pero posteriormente ha retocado algunos
pasajes e introducido Reflexiones Morales. Esta es su redacción definitiva:
Todo empezó con un ligero ataque de fiebre. Mi trabajo me obligaba a
permanecer acampado durante varios meses entre Pakpattan y Mubarakpur —
una región particularmente desolada y arenosa, como sabrá cualquier persona
que haya tenido la desgracia de visitarla—. Mis coolies1 no eran ni más ni menos
irritantes que los de cualquier otra cuadrilla, y mi trabajo exigía demasiada
atención para sentirme melancólico, en el supuesto de que hubiera
experimentado una debilidad tan impropia de un hombre.
El 23 de diciembre de 1884 me sentía un poco febril. Aquella noche había
luna llena, y en consecuencia, todos los perros que se encontraban en las
cercanías de mi tienda se dedicaban a aullar. Las bestias se reunían en grupos de
dos o tres, y me estaban volviendo loco. Unos días antes me había cargado de un
tiro a uno de estos tenores estridentes y había colgado su cadáver, in terrorem, a
unas cincuenta yardas de la puerta de mi tienda. Pero sus colegas se abalanzaron
sobre él, se disputaron los despojos y acabaron por devorarlo completamente. A
continuación —al menos así me pareció a mí— entonaron sus himnos de acción
de gracias con renovada energía.
1 Indígenas empleados por los europeos como mano de obra barata.
La sensación de delirio que acompaña a la fiebre actúa de manera diferente
en cada individuo. Al cabo de un rato, mi indignación dio paso a la fría
determinación de abatir a un enorme animal con manchas blancas y negras, que
había sido el director del coro nocturno y el primero en emprender la huida.
Debido a los temblores de mi mano y al aturdimiento de mi cabeza, había errado
ya los dos disparos de mi escopeta, cuando se me ocurrió que lo mejor sería
perseguirle a caballo hasta llegar a campo abierto y despacharle con una jabalina.
Desde luego, no era más que la idea delirante de un enfermo de fiebre, pero
recuerdo que en aquel momento me pareció eminentemente práctica y factible.
Por consiguiente, ordené a mi palafrenero que ensillara a Pornic y lo llevara
sin hacer ruido a la parte posterior de mi tienda. Cuando el caballo estuvo
aparejado, me acerqué hasta su cabeza dispuesto para montarlo y salir al galope
tan pronto como el perro reanudara el concierto. Pornic, sea dicho de paso,
llevaba dos días sin salir del cercado; el aire de la noche era frío y estimulante, y
yo iba pertrechado con dos largas y afiladas espuelas que esa misma tarde había
utilizado para despertar a una jaca indolente. Pueden creerme, por tanto, si les
digo que partiría a toda velocidad en cuanto le diera la orden. En un momento,
pues el animal salió disparado como una flecha, dejamos la tienda atrás y
volamos sobre la tersa superficie arenosa a la velocidad de una carrera de
caballos. Un instante después habíamos dejado atrás al maldito perro, y a mí casi
se me había olvidado el motivo que me había impulsado a salir a caballo, armado
con una jabalina.
El delirio de la fiebre y la excitación producida por el vertiginoso
movimiento a través del aire gélido de la noche debían de haberme despojado
del resto de mis sentidos. Recuerdo vagamente que me mantenía erguido sobre
los estribos y que blandía mi jabalina hacia la gran luna blanca, que contemplaba
apaciblemente mi insensata cabalgada. Recuerdo también haber lanzado gritos
de desafío a los arbustos que pasaban silbando a mi lado. Una o dos veces, creo,
me tambaleé sobre el cuello de Pornic y quedé literalmente colgado de mis
espuelas, como comprobé a la mañana siguiente por las marcas.
El infortunado animal corría como un poseído sobre lo que parecía una
extensión infinita de arena iluminada por la luna. Después, recuerdo, el terreno
se elevó de forma inesperada frente a nosotros y, a medida que ascendíamos la
cima, veía las aguas del Sutlej, que brillaban al fondo como una barra de plata.
En ese preciso instante Pornic dio un traspié, cayó con todo su peso hacia
adelante y rodamos juntos por una pendiente invisible.
Debí de perder la conciencia, porque, cuando volví en mí, estaba tendido
boca abajo, encima de un montículo de suave arena blanca, y la aurora
despuntaba débilmente sobre el borde de la pendiente por la que había caído. A
medida que se expandía la luz, comprobé que me encontraba en el fondo de un
cráter de arena en forma de herradura, que se abría por el lado que daba a los
bajíos del Sutlej. La fiebre se había disipado y, a excepción de una ligera
sensación de vértigo, no acusaba los efectos de la caída nocturna.
Pornic, que estaba a unas cuantas yardas de distancia, se sentía, como es
natural, bastante fatigado, pero no había sufrido daño alguno. Su silla —la que
yo prefería para jugar al polo— no había salido tan bien librada, y había quedado
retorcida bajo su vientre. Me llevó algún tiempo arreglarla y, entre tanto, tuve
suficientes oportunidades de examinar el lugar donde había caído de forma tan
estúpida.
A riesgo de ser considerado tedioso, creo que debo describirlo en detalle,
puesto que un cuadro mental exacto de sus peculiaridades ayudará al lector a
comprender lo que sigue.
Imagínense entonces, como he dicho antes, un cráter de arena en forma de
herradura, con paredes de arena muy abruptas, de una altura aproximada de
treinta y cinco pies. (El ángulo de la pendiente debía de ser, supongo, de unos
sesenta y cinco grados.) El cráter comprendía una superficie de tierra llana, de
unas cincuenta yardas de longitud por treinta de anchura máxima, con un tosco
pozo en el centro. En torno al fondo del cráter, a cosa de tres pies por encima del
suelo propiamente dicho, se destacaban una serie de agujeros, ochenta y tres en
total, de forma semicircular, ovoide, cuadrada y poligonal, cuyas aberturas
medirían tres pies de diámetro. Un examen atento de cada agujero revelaba que
su interior estaba cuidadosamente apuntalado con madera de deriva y bambúes,
y que por encima de la abertura sobresalía un alero de madera, parecido a la
visera de una gorra de jockey, de dos pies de longitud. No era visible ningún
signo de vida en aquellos túneles, pero el más nauseabundo hedor impregnaba el
anfiteatro entero... un hedor más insoportable que cualquier otro de los que me
han deparado mis viajes por las aldeas indias.
Después de montar de nuevo a Pornic, que se mostraba tan ansioso como
yo por regresar al campamento, bordeé la base de la herradura, a fin de
encontrar un lugar por el que fuera practicable la salida. Los habitantes,
quienquiera que fueran, no habían considerado oportuno hacer acto de
presencia, de modo que quedé librado a mis propios recursos. Mi primera
tentativa de lanzar a Pornic a la escalada de la pendiente de arena me hizo
comprender que había caído en el interior de una trampa que reproducía
exactamente el modelo de la que tiende la hormiga león a su víctima. A cada
paso, la arena movediza se derrumbaba a toneladas ladera abajo y crepitaba
como metralla al golpear contra los aleros de los agujeros. Un par de cargas
inútiles nos volvieron a enviar rodando al fondo, medio asfixiados por los
torrentes de arena, y me vi obligado a concentrar toda mi atención en la orilla del
río.
Allí la cosa parecía bastante fácil. Las dunas descendían hasta la orilla,
ciertamente, pero había suficientes bajíos y bancos de arena que podría atravesar
al galope con Pornic y llegar a la terra firma girando con decisión a derecha o
izquierda. Mientras conducía a Pornic por las dunas, me vi sorprendido por la
débil detonación de un rifle al otro lado del río; al mismo tiempo, una bala pasó
rozando la cabeza de Pornic con un agudo silbido.
No era posible equivocarse sobre la naturaleza del proyectil: se trataba de
un Martini-Henry de reglamento. A unas quinientas yardas de distancia, en
medio del río, se encontraba anclada una embarcación indígena, y en la proa, un
chorro de humo que se perdía en el tranquilo aire de la mañana, me indicó el
origen de esta delicada atención. ¿Se ha visto alguna vez a un caballero
respetable en semejante impasse? La traidora pendiente de arena no me permitía
escapar del maldito lugar a donde había ido a parar totalmente en contra de mi
voluntad, y acercarme a la frontal del río sería como dar la señal de fuego a algún
indígena demente apostado en el bote. Estaba tan asustado que perdí la calma...
Otra bala me recordó que lo más aconsejable era mantener la sangre fría, de
modo que me retiré apresuradamente remontando las dunas y regresé a la
herradura, donde vi que el ruido del rifle había hecho salir a sesenta y cinco seres
humanos de sus madrigueras, que hasta ese momento yo había creído
deshabitadas. Me encontré en medio de una muchedumbre de espectadores,
unos cuarenta hombres, veinte mujeres y un niño que no podía tener más de
cinco años. Estaban todos medio desnudos, cubiertos tan sólo con una tela de
color salmón que uno asocia inmediatamente a los mendigos hindúes, y, a
primera vista, me dieron la impresión de ser una banda de infectos faquires. La
inmunda suciedad de aquella asamblea sobrepasaba toda descripción, y me
estremecí al imaginar la clase de vida que debían de llevar en aquellas
madrigueras.
Incluso en estos días, en que la autonomía de los gobiernos locales ha
destruido la mayor parte del respeto de los indígenas por el Sahib, estoy
acostumbrado a recibir ciertas cortesías por parte de mis inferiores y, cuando se
acercó aquella muchedumbre, yo esperaba, naturalmente, que mi presencia fuera
objeto de alguna atención. Y de hecho así fue, pero no de la forma que yo me
suponía.
Aquella tropa de harapientos se rió descaradamente de mí, y espero no
volver a oír jamás una risa semejante. Lanzaban alaridos, se carcajeaban, silbaban
y aullaban mientras avanzaba en medio de ellos; algunos se arrojaron
literalmente al suelo, presas de convulsiones de satánica hilaridad.
Inmediatamente solté las riendas de Pornic; la aventura de la mañana me había
sacado de mis casillas y me puse a golpear como un loco a los que se encontraban
más cerca de mí. Los miserables caían como bolas bajo mis golpes, y las
manifestaciones de risa dieron paso a gemidos de misericordia, mientras que los
que no habían sido golpeados se abrazaban a mis rodillas, implorándome en
toda clase de lenguas extrañas que me apiadara de ellos.
En medio del tumulto, y justo cuando empezaba a sentirme
verdaderamente avergonzado por haber dado rienda suelta de forma tan
absurda a mi mal humor, una voz fina y aguda murmuró en inglés a mis
espaldas:
—¡Sahib! ¡Sahib! ¿No me reconoce? Sahib, soy Gunga Dass, el jefe de
telégrafos.
Me volví rápidamente y me encontré cara a cara con el hombre que acababa
de hablar.
Yo había conocido a Gunga Dass —no tengo, desde luego, el menor
inconveniente en mencionar su verdadero nombre— hacía cuatro años; era un
brahmín de Deccanee enviado por el gobierno del Punjab a uno de los Estados de
Khalsia. Era responsable de una sección de la oficina de telégrafos, y cuando lo vi
por última vez me pareció el típico burócrata gordinflón, jovial y tripudo, dotado
con un maravilloso talento para construir horribles juegos de palabras en inglés:
una peculiaridad que me hizo recordarlo mucho tiempo después de haber
olvidado los servicios que me había prestado en virtud de su cargo oficial. Es
raro que un hindú haga juegos de palabras en inglés.
Pero ahora estaba casi irreconocible. Las marcas de casta, la panza, las
polainas gris pizarra y su manera untuosa de hablar habían desaparecido. Mis
ojos contemplaban un rancio esqueleto, sin turbante y casi desnudo, con el
cabello largo y enmarañado, y ojos cavernosos y sin expresión, como los de un
besugo. De no ser por la cicatriz en forma de media luna que tenía en la mejilla
izquierda —secuela de un accidente del que yo había sido responsable— jamás le
habría reconocido. Pero era Gunga Dass, sin duda, un indígena que hablaba
inglés —gracias a Dios— y que podría, al menos, explicarme el significado de
todo lo que había sucedido aquel día.
La muchedumbre se retiró a cierta distancia y yo me dirigí hacia aquella
miserable figura y le ordené que me indicara la forma de escapar del cráter.
Tenía en la mano una corneja recién desplumada y, a modo de respuesta, trepó
lentamente a una plataforma de arena que seguía el recorrido de los agujeros y se
puso a encender un fuego en silencio. Los juncos secos, las adormideras del
desierto y la madera de deriva arden rápido, y para mí fue un gran consuelo
observar que Gunga Dass lo encendía con una simple cerilla de azufre. Cuando
el fuego se redujo a un montón de brasas y la corneja estaba a punto de
quemarse, Gunga Dass comenzó a hablar sin rodeos:
—No hay más que dos clases de hombres, señor: los vivos y los muertos.
Cuando estás muerto, estás muerto; pero cuando estás vivo, vives. (En este punto
del discurso la corneja requirió su atención por unos instantes, de modo que dio
la vuelta al pajarraco antes de que se carbonizara por un lado.) Si mueres en casa,
pero no estás muerto cuando te llevan al Ghat2 para incinerarte, entonces te traen
aquí.
Así me fue revelada la naturaleza de aquella hedionda aldea, y todo cuanto
yo sabía o había leído sobre lo grotesco y lo horrible palideció ante lo que
acababa de comunicarme el antiguo brahmín. Hace dieciséis años, cuando
desembarqué por primera vez en Bombay un armenio vagabundo me habló de la
existencia, en algún rincón de la India, de un lugar donde eran enviados y
confinados los hindúes que habían tenido la desgracia de recobrarse de un trance
o catalepsia, y recuerdo que me reí abiertamente de lo que en aquel entonces
consideré como un típico cuento de vagabundo. Ahora, sentado en el fondo de
aquella trampa de arena, el recuerdo del Hotel Watson, con el balanceo de sus
grandes punkahs, sus sirvientes de ropas blancas y el armenio de rostro cetrino,
volvió a mi memoria tan nítidamente como una fotografía y estallé en un
estrepitoso ataque de risa. ¡El contraste era tan absurdo!
Gunga Dass, inclinado sobre el inmundo pájaro, me observaba con
curiosidad. Los hindúes ríen poco y el ambiente que nos rodeaba no era el más
propicio para un exceso de hilaridad. Retiró solemnemente la corneja del asador
de madera y la devoró con igual solemnidad. Después reanudó su historia, que
reproduzco con sus propias palabras:
—En las epidemias de cólera le llevan a uno para ser incinerado casi antes
de estar muerto del todo. Cuando llegas a la orilla, el aire frío, tal vez, te hace
revivir, y entonces, si no estás nada más que un poco vivo, te tapan la nariz y la
boca con barro, y mueres definitivamente. Pero si estás algo más vivo, te ponen
más barro; pero si estás demasiado vivo, dejan que te levantes y te llevan con
ellos. Yo estaba demasiado vivo y protesté airado contra las indignidades a las
que intentaban someterme. En aquellos tiempos yo era un brahmín y tenía
orgullo. Ahora estoy muerto y como... —en este punto, contempló los huesos
roídos de la quilla de la corneja, mostrando el primer signo de emoción que yo
había visto desde nuestro reencuentro— cornejas y otras cosas. Cuando
comprobaron que estaba demasiado vivo, me despojaron de las sábanas, me
atiborraron de medicinas durante una semana, y me recuperé completamente.
Después me enviaron por ferrocarril desde mi ciudad hasta la estación de Okara,
bajo la custodia de un hombre que no me quitaba los ojos de encima. En la
estación de Okara nos reunimos con otros dos hombres y nos transportaron a los
tres en camellos, por la noche, desde la estación de Okara hasta este lugar.
Entonces me arrojaron al fondo del cráter, y los otros dos cayeron detrás de mí...
2 Gradería o avenida que conduce a un templo. Los indios queman a sus muertos en un
ghat.

y aquí estoy, desde hace dos años y medio. En otro tiempo fui un brahmín y un
hombre orgulloso, y ahora como cornejas.
—¿No hay ninguna manera de salir de aquí?
—Ninguna, en absoluto. Cuando llegué, hice frecuentes tentativas, igual
que los otros, pero siempre hemos sido derrotados por la arena que se precipita
sobre nuestras cabezas.
—Pero, ciertamente —interrumpí—, el acceso a la orilla del río está abierto
y vale la pena sortear las balas; por la noche...
Yo había esbozado ya un rudimentario plan de fuga y mi natural instinto
egoísta me prohibía compartirlo con Gunga Dass. El, sin embargo, adivinó mi
inexpresado pensamiento casi en el instante en que se me ocurrió, y para mi
profunda sorpresa, dejó escapar una prolongada y grosera risita burlona; era una
risita, entiéndase bien, de un superior, o al menos de un igual.
—No lo conseguirás —había abandonado el tratamiento de «usted»
después de sus palabras de bienvenida—, no escaparás de ese modo. Pero
puedes intentarlo. Yo lo he intentado. Sólo una vez.
La sensación de terror innombrable y de abyecto miedo, que en vano había
tratado de dominar, se apoderó por completo de mí. El prolongado ayuno —eran
casi las diez y no había comido nada desde el almuerzo del día anterior—, unido
a la violenta y antinatural agitación de la cabalgada, me habían dejado exhausto,
y estoy convencido de que durante unos minutos me comporté como un
estúpido. Me arrojé violentamente contra las despiadadas pendientes de arena.
Corrí alrededor de la base del cráter, blasfemando y suplicando a la vez. Me
arrastré entre los juncos hasta la orilla del río, viéndome obligado a retroceder en
cada ocasión, presa de un paroxismo de terror nervioso, a causa de la lluvia de
balas que se hundían en la arena a mi alrededor —no quería enfrentarme a la
muerte como un perro rabioso en medio de aquella horrible muchedumbre— y
acabé cayendo, agotado y enloquecido, junto al brocal del pozo. Nadie prestó la
más mínima atención a una exhibición que todavía me hace enrojecer cada vez
que la recuerdo.
Otros dos hombres pisaron mi cuerpo jadeante cuando se acercaron a sacar
agua, pero, evidentemente, estaban acostumbrados a este tipo de incidentes y no
creían que mereciera la pena desperdiciar el tiempo conmigo. La situación era
humillante. Una vez cubiertas las cenizas de su fuego con arena, Gunga Dass
tuvo el detalle de derramar media taza de agua fétida sobre mi cabeza, una
atención por la que debía haberle dado las gracias de rodillas, pero seguía
riéndose con el mismo tono agudo y triste con que había recibido mis primeros
esfuerzos por vencer los bancos de arena. Y así, sumido en un estado
semiinconsciente, yací hasta el mediodía. Entonces, era un hombre después de
todo, sentí hambre y se lo di a entender a Gunga Dass, a quien había empezado a
considerar como mi protector natural. Siguiendo el impulso maquinal del mundo
exterior cuando se trata con un indígena, me llevé la mano al bolsillo y saqué
cuatro annas3. Inmediatamente me di cuenta de lo absurdo de una propina en
semejantes circunstancias y guardé de nuevo el dinero en el bolsillo.
Gunga Dass, sin embargo, tenía una opinión diferente.
—Dame el dinero —dijo—; todo el dinero que lleves encima, o pediré
ayuda a mis compañeros y te mataremos.
¡Todo esto lo dijo como si fuera la cosa más natural del mundo!
El primer impulso de un británico, creo yo, es proteger el contenido de sus
bolsillos, pero un segundo de reflexión me convenció de la futilidad de
enemistarme con la única persona que tenía en su poder hacerme la vida más
soportable, y con cuya ayuda tal vez sería posible escaparme al fin del cráter. Le
entregué todo el dinero que poseía —nueve rupias, ocho annas y cinco pies4—,
pues siempre que salgo al campo llevo moneda suelta para utilizarla como
bakshish5. Gunga Dass apretó las monedas y las escondió enseguida en su
harapiento taparrabos, mientras miraba a su alrededor con una expresión
diabólica para asegurarse de que nadie nos observaba.
—Ahora te daré algo de comer —dijo.
No soy capaz de adivinar qué clase de placer iba a proporcionarle mi
dinero, pero, puesto que le complacía tanto, no me pesaba haberme desprendido
de él con tanta prodigalidad, pues no me cabe duda de que me habría hecho
asesinar si hubiera rehusado. Es absurdo rebelarse contra el capricho de las
bestias salvajes en su guarida, y mis compañeros eran inferiores a las bestias.
Mientras devoraba lo que Gunga Dass me había traído, un rancio chapetti6 y una
taza de agua fétida del pozo, la gente no mostraba el menor signo de curiosidad
—esa curiosidad tan exuberante, tan habitual en las aldeas de la India.
Llegué a pensar incluso que me despreciaban. En cualquier caso, era
evidente que me trataban con la más fría indiferencia, y Gunga Dass no era una
excepción. Le acosé con preguntas sobre aquella terrible aldea y recibí respuestas
extremadamente insatisfactorias. Por lo que pude deducir, existía desde tiempo
inmemorial —por lo que llegué a la conclusión de que tendría al menos un
centenar de años— y durante todo aquel tiempo nadie había conseguido escapar
de allí. (Tuve que controlarme físicamente con las dos manos para que el terror
ciego no se apoderara de mí por segunda vez y me impulsara a dar vueltas como
un loco alrededor del cráter.) Gunga Dass parecía sentir un malicioso placer en
recalcar este detalle y observar mis muecas de terror. Sin embargo, me resultó
3 Moneda india; dieciseisava parte de una rupia.
4 Moneda pequeña de escaso valor.
5 Propina.
6 Pan sin levadura que comen los indígenas.

imposible inducirle a que me contara quiénes eran los misteriosos «Ellos».
—Así ha sido ordenado —respondía—, y no sé de nadie que haya
desobedecido las órdenes.
—Espera a que mis sirvientes descubran que me he perdido —repliqué— y
te prometo que este lugar será borrado de la faz de la tierra, y de paso te daré
una lección de buenos modales, amigo mío.
—Tus sirvientes serán despedazados antes de que consigan acercarse
siquiera y, además, estás muerto, mi querido amigo. No es culpa tuya, desde
luego, pero estás nada menos que muerto y enterrado.
A intervalos poco regulares, me dijo, se suministraban víveres, que eran
arrojados al anfiteatro desde tierra firme, y los habitantes se peleaban por ellos
como bestias salvajes. Cuando algún hombre sentía que se aproximaba la hora de
su muerte, se retiraba a su madriguera y moría allí. A veces el cadáver era
retirado del agujero y arrojado a la arena, o simplemente dejaban que se pudriera
donde estaba.
La frase «arrojado a la arena» me llamó poderosamente la atención y le
pregunté a Gunga Dass si con este tipo de práctica no corrían el peligro de
engendrar una epidemia de peste.
—Eso —dijo, con una de sus risitas sofocadas— lo comprobarás por ti
mismo muy pronto. Tendrás tiempo de sobra para hacer toda clase de
observaciones.
Al oír esto, para su gran placer, me estremecí de terror una vez más y
continué apresuradamente la conversacion:
—¿Y cómo vivís aquí día a día? ¿Qué hacéis?
Esta pregunta recibió la misma respuesta que antes, acompañada con la
información de que «este lugar es como vuestro paraíso europeo; no hay nadie a
quien casar, ni nadie a quien dar en matrimonio».
Gunga Dass se había educado en una escuela de misiones y, como él mismo
admitía, si hubiera cambiado de religión «como un hombre sabio», tal vez se
habría librado de esa tumba que era ahora su destino. Pero, durante el tiempo
que estuve con él, me dio la impresión de que era feliz.
Aquí tenía a un Sahib, un representante de la raza conquistadora, indefenso
como un niño y totalmente a merced de sus vecinos indígenas. De manera
deliberada y fría se recreaba en torturarme, como un escolar que consagra media
hora de placer a contemplar el sufrimiento de un escarabajo empalado, o como el
hurón que desgarra tranquilamente el cuello de un conejo en una madriguera
cegada. El tema principal de su conversación era que no había escape, «de
ninguna clase», y que yo permanecería allí hasta que muriese y mi cadáver fuera
«arrojado a la arena». Si fuera posible imaginar la conversación de los
Condenados ante la llegada de una nueva alma a su morada, yo diría que
hablarían como Gunga Dass habló conmigo en el transcurso de aquel atardecer
interminable. Yo me sentía incapaz de protestar o responder; toda mi energía
estaba concentrada en dominar el inexplicable terror que amenazaba con
poseerme una y otra vez. No puedo comparar ese sentimiento con nada, tal vez
con el pasajero que lucha contra la abrumadora sensación de náusea que le
acomete al cruzar el Canal, sólo que mi sufrimiento estaba en el espíritu y era
infinitamente más terrible.
A medida que pasaba el día, los habitantes empezaron a salir de sus
madrigueras para disfrutar de los rayos de sol de la tarde, que ahora declinaban
por la boca del cráter. Se reunieron en pequeños corrillos, y hablaron entre ellos
sin dirigir siquiera una mirada en mi dirección. Hacia las cuatro, según mis
cálculos, Gunga Dass se levantó y se sumergió en su madriguera durante unos
instantes; emergió con una corneja viva en las manos. El desdichado pájaro se
encontraba en un estado de lo más sucio y deplorable, pero no parecía asustarse
de su amo. Gunga Dass avanzó con precaución hacia la orilla del río, dando
saltos de montículo en montículo de hierba hasta llegar a una pequeña llanura de
arena, justo en la línea de fuego del bote. La tripulación no prestó atención.
Gunga Dass se paró allí y, con un par de hábiles giros de muñeca, colocó al
pájaro de espaldas, con las alas extendidas. Como es natural, la corneja empezó a
chillar inmediatamente y a batir el aire con sus garras. En pocos segundos los
gritos atrajeron la atención de una bandada de cornejas silvestres que estaban
posadas en un banco de arena situado a unos cientos de yardas de allí, donde se
dedicaban a discutir encima de algo que tenía aspecto de cadáver. Media docena
de cornejas remontaron el vuelo enseguida para ver qué estaba pasando y, de
paso, como quedó demostrado, para atacar al pájaro indefenso. Gunga Dass, que
se había escondido en un montículo de hierba, me indicó que me estuviera
quieto, aunque creo que era una precaución innecesaria. En un instante, antes de
que pudiera ver lo que había sucedido, una corneja salvaje, que se había
abalanzado contra el pájaro chillón e indefenso, quedó atrapada en las garras de
este último. Gunga Dass se apresuró a desatarla y la ató de espaldas junto a su
compañero de infortunio. Al parecer, la curiosidad se apoderó del resto de la
bandada y casi antes de que Gunga Dass y yo tuviéramos tiempo de replegarnos
en el montículo de hierba, dos nuevos cautivos estaban ya luchando con las
garras de los señuelos. De esta forma prosiguió la caza —si se puede emplear un
término tan digno—, hasta que Gunga Dass hubo capturado siete cornejas.
Estranguló en el acto a cinco de ellas y reservó dos para repetir la operación otro
día. Yo estaba realmente impresionado por este método, nuevo para mí, de
procurarse alimento y felicité a Gunga Dass por su habilidad.
—No es nada —dijo—. Mañana lo harás tú por mí. Eres más fuerte que yo.
Su tranquilo aire de superioridad me molestó bastante y respondí en tono
autoritario:
—¿Ah, sí? ¿Conque esas tenemos, viejo rufián? ¿Para qué crees que te he
dado el dinero?
—Muy bien —respondió sin inmutarse—. Puede que no sea mañana, ni
pasado mañana, ni en los próximos días; pero al final, y durante muchos años,
cazarás cornejas y comerás cornejas, y agradecerás a tu Dios europeo que existan
cornejas que cazar y comer.
Le hubiera estrangulado de buena gana por sus palabras, pero pensé que en
tales circunstancias lo mejor sería reprimir mi resentimiento. Una hora más tarde
estaba comiendo una de las cornejas y, como Gunga Dass había dicho, agradecí a
mi Dios por tener una corneja que llevarme a la boca. Nunca, por mucho que
viva, olvidaré aquella comida nocturna. Los habitantes estaban sentados en
cuclillas sobre la dura plataforma de arena, delante de sus guaridas, apretados en
torno a sus diminutas hogueras, alimentadas con detritus y juncos secos. La
muerte, que había posado una vez su mano sobre estos hombres y renunciado a
golpearles, ahora parecía mantenerse apartada de ellos; porque la mayor parte de
nuestra compañía estaba formada por hombres viejos, encorvados, decrépitos y
retorcidos por los años, y mujeres tan envejecidas que se asemejaban a las
mismísimas Parcas. Estaban sentados en pequeños grupos y charlaban —sólo
Dios sabe cuál sería el tema de discusión— en tono bajo y monótono, en curioso
contraste con el parloteo estridente que suelen emplear los indígenas para
amargarte el día. De cuando en cuando, un ataque de furia repentina, como el
que me había poseído a mí por la mañana, hacía presa en un hombre o una
mujer; la víctima se lanzaba contra la pendiente profiriendo alaridos e
imprecaciones hasta que, desesperado y cubierto de sangre, caía de nuevo a la
plataforma, incapaz de mover un solo miembro. Cuando esto sucedía, los demás
ni siquiera levantaban la vista, pues todos eran perfectamente conscientes de la
futilidad de los intentos de sus compañeros y les aburría su monótona repetición.
En el curso de aquella tarde presencié cuatro de estas explosiones de locura.
Gunga Dass consideraba mi situación desde un punto de vista
eminentemente práctico, y mientras cenábamos —ahora puedo permitirme el
lujo de reírme al recordar la escena, aunque en aquel momento fue bastante
desagradable— me propuso las condiciones bajo las cuales se avendría a «hacer»
algo por mí. Mis nueve rupias y ocho annas —arguyó—, a razón de tres annas por
día, me proporcionarían comida durante cincuenta y un días o, lo que es lo
mismo, durante siete semanas. Es decir, él estaba dispuesto a abastecerme
durante ese periodo de tiempo. A su término, tendría que ocuparme yo mismo
de ella. En caso de una retribución complementaria —videlicet, mis botas—
estaría dispuesto a permitirme ocupar la madriguera contigua a la suya y me
suministraría tanta hierba seca para mi cama como pudiera conseguir.
—Muy bien, Gunga Dass —repliqué—, acepto de buen grado la primera
condición, pero, como no hay nada en la tierra que me impida asesinarte ahora
que estás aquí sentado y quedarme con todas tus posesiones (en ese momento
pensaba en sus dos inestimables cornejas), rehúso terminantemente entregarte
mis botas y ocuparé la madriguera que me plazca.
Mi golpe había sido audaz y me alegré cuando comprobé que había dado
resultado. Gunga Dass cambió de inmediato de tono y negó tener la menor
intención de despojarme de mis botas. En aquel momento no me pareció extraño
que yo, un ingeniero civil, un hombre con trece años de servicio, un buen inglés
—espero— estuviera amenazando tranquilamente con dar muerte o con emplear
la violencia a un hombre que me había tomado bajo su protección, si bien por
una remuneración, es cierto. Me parecía que había abandonado el mundo
exterior hacía siglos. Estaba convencido, como lo estoy ahora de mi propia
existencia, de que en aquella maldita tumba no regía otra ley que la del más
fuerte; que aquellos muertos vivientes habían abandonado todas las reglas
imperantes en el mundo que les había arrojado de su seno, y que mi vida
dependía exclusivamente de mi propia fuerza y vigilancia. Los componentes de
la tripulación del Mignonette son los únicos hombres que podrían comprender mi
estado de ánimo. «En este momento —razonaba yo— soy fuerte y podría
enfrentarme a seis de estos desdichados. Es imperativamente necesario, por mi
propio bien, conservar la salud hasta que llegue la hora de mi liberación, si es
que llega algún día.»
Estimulado por estas resoluciones, comí y bebí cuanto pude, y le di a
entender a Gunga Dass que tenía la intención de ser su amo y que al menor signo
de insubordinación por su parte recibiría el único castigo que estaba en mi poder
infligirle: una muerte súbita y violenta. Poco después de decirle esto me fui a la
cama. Es decir, que Gunga Dass me dio dos brazadas de juncos secos que
introduje por la boca de la madriguera situada a la derecha de la suya. Después
entré yo, con los pies por delante. El agujero penetraba unos nueve pies en la
arena, con una ligera inclinación hacia abajo, y estaba hábilmente apuntalado con
tablas de madera. Desde mi madriguera, que estaba situada frente a la orilla del
río, me era posible observar cómo fluían las aguas del Sutlej bajo la luz de la luna
llena, mientras me preparaba para dormir lo más cómodo posible.
Jamás olvidaré los horrores que me deparó aquella noche. La madriguera
era tan angosta como un ataúd, y las paredes estaban desgastadas y grasientas a
consecuencia del contacto de numerosos cuerpos desnudos, a lo que se añadía un
hedor abominable. Mi estado de ánimo excluía toda posibilidad de dormir. A
medida que transcurría la noche, daba la impresión de que el anfiteatro entero se
llenaba de demonios impuros que avanzaban en tropel por los bajíos del río y se
burlaban de los desgraciados que dormían en las madrigueras.
Por lo que a mí se refiere, no tengo un temperamento imaginativo —muy
pocos ingleses lo tienen—, pero en aquella ocasión estaba completamente
postrado por un terror nervioso, como una mujer. Al cabo de media hora o así,
sin embargo, fui capaz una vez más de revisar con calma mis posibilidades de
escapar. Una fuga por las empinadas paredes de arena era, con total seguridad,
impracticable. Las experiencias anteriores me habían convencido
contundentemente de ello. Era posible —sólo posible— que a favor de la incierta
luz de la luna, pudiera sortear con éxito las balas de los rifles. Aquel lugar me
aterrorizaba tanto que estaba dispuesto a correr cualquier riesgo, con tal de
abandonarlo. Por tanto, imaginad mi alegría cuando, después de arrastrarme
furtivamente hasta la orilla, descubrí que el bote infernal no estaba allí. ¡La
libertad se abría ante mí, a unos cuantos pasos!
Si ganaba el primer remanso de agua poco profunda que se formaba al pie
del extremo izquierdo de la herradura, podría vadear el flanco del cráter e
internarme en tierra firme. Sin vacilar un momento avancé a buen paso hasta los
montículos de hierba donde Gunga Dass había capturado las cornejas y continué
en dirección a las arenas lisas y blancas que se extendían más allá. El primer paso
desde los montículos de hierba seca me reveló cuán vanas eran mis esperanzas
de evasión; porque, en cuanto posé el pie en el suelo, sentí un indescriptible
movimiento de atracción y succión en la arena. En un instante mi pierna fue
engullida hasta la rodilla. A la luz de la luna, toda aquella extensión de arena
parecía agitarse con diabólico placer ante mi angustia. Forcejeando
frenéticamente, sudando de terror y de fatiga, conseguí regresar a los montículos
de hierba y me dejé caer de bruces.
¡Mi única vía de escape del cráter estaba protegida por arenas movedizas!
No tengo la menor idea del tiempo que pasé echado en aquel lugar, pero al
final fui despertado por la risita perversa de Gunga Dass en mi oreja.
—Os aconsejo, Protector de los Pobres (el bandido hablaba en inglés), que
vuelvas a tu hogar. Es peligroso dormir aquí abajo. Por otra parte, cuando
regrese el bote, puedes tener la certeza de que te dispararán.
Estaba de pie, a mi lado, corleando y riéndose para sus adentros a la tenue
luz del amanecer. Me levanté con un humor del perros, reprimiendo mi primer
impulso de agarrarle por el cuello y lanzarle a la arena movediza, y le seguí hasta
la plataforma de las madrigueras.
De repente —era una pregunta ociosa, pues en cuanto la formulé caí en la
cuenta— le pregunté:
—Gunga Dass, si no hay ninguna forma de escapar, ¿para qué está el bote?
Recuerdo que, incluso en los momentos de más profunda desesperación,
había especulado vagamente sobre el sentido que tenía desperdiciar munición
para proteger una orilla que estaba ya perfectamente protegida.
Gunga Dass se rió de nuevo y respondió:
—Sólo la mantienen durante el día. La razón se debe a que hay una vía de
escape. Espero que gocemos del placer de tu compañía durante mucho tiempo.
Este lugar es muy agradable cuando llevas algunos años y has comido suficientes
cornejas asadas.
Caminé tambaleándome, entumecido e impotente, hacia el fétido agujero
que me había tocado y caí dormido. Una hora más tarde, aproximadamente, me
despertó un grito cortante, el grito agudo y estridente de un caballo que sufre.
Los que han oído alguna vez ese sonido no lo olvidarán jamás. Salí a gatas del
agujero. Cuando emergí al exterior, vi a Pornic, mi pobre Pornic, muerto sobre la
arena. No puedo imaginar cómo se las arreglaron para matarle. Gunga Dass
explicó que la carne de caballo era mejor que la de corneja, y que «el bienestar de
la mayoría» es una máxima política. «Ahora somos una república, Mister Jukes, y
tenemos derecho a una parte equitativa del animal. Si lo deseas, procederemos a
un voto de agradecimiento. ¿Quieres que lo proponga?»
Sí... ¡Formábamos una República, evidentemente! Una república de bestias
salvajes, prisioneras en el fondo del foso, para comer, luchar y dormir hasta que
llegara la muerte. Intenté no protestar, pero me senté y contemplé el abominable
espectáculo que se desarrollaba ante mis ojos. Casi en menos tiempo del que
empleo en escribir este relato, el cuerpo de Pornic fue dividido de forma
ignominiosa; los hombres y las mujeres se llevaron sus pedazos a la plataforma y
se pusieron a preparar el almuerzo de la mañana. Gunga Dass me cocinó el mío.
De nuevo se apoderó de mí el irresistible impulso de lanzarme a escalar las
paredes de arena hasta el límite de mis fuerzas, y tuve que luchar contra ello con
toda mi voluntad. Gunga Dass se mostraba ofensivamente humorístico, y me vi
obligado a decirle que si me dirigía algún otro comentario, del tipo que fuera, le
estrangularía allí mismo, donde estaba sentado. Esto le hizo callar, hasta que el
silencio se hizo insoportable y le ordené que dijera alguna cosa.
—Vivirás aquí hasta que te mueras, como el otro Feringhi7 —dijo con
frialdad, observándome por encima del pedazo de cartílago que estaba royendo.
—¿Qué otro Sahib, cerdo? Dímelo inmediatamente y no se te ocurra
contarme otra mentira.
—Está allí —respondió Gunga Dass, señalando la boca de una madriguera
situada a unas cuatro puertas de la mía—. Puedes verle con tus propios ojos.
Murió en su agujero, como moriremos tú y yo, como morirán todos estos
hombres y mujeres y el único niño.
—Por amor de Dios, dime todo lo que sepas de él... ¿Quién era? ¿Cuándo
llegó..., y cuando murió?
Esta súplica fue una muestra de debilidad por mi parte. Gunga Dass se
7 Término despectivo para designar a los europeos.
limitó a sonreír maliciosamente y replicó:
—No diré nada, a no ser que me des algo a cambio.
Entonces recordé dónde estaba y golpeé al hombre entre los ojos, dejándole
parcialmente aturdido. Bajó enseguida de la plataforma y, arrastrándose
servilmente, gimiendo y tratando de abrazarse a mis pies, me condujo hasta el
agujero que me había señalado.
—No sé nada sobre el caballero. Tu Dios es testigo de que no lo sé. Estaba
tan ansioso por escapar como tú, y fue abatido desde el barco, aunque todos
nosotros hicimos cuanto pudimos para evitar que lo intentara. El disparo le dio
aquí —Gunga Dass se llevó la mano al vientre y se inclinó hacia el suelo.
—Bien, ¿qué pasó después? Prosigue.
—Después... después, Señoría, le llevamos a su casa, le dimos agua y le
pusimos trapos limpios en la herida, y él se tumbó en su madriguera y entregó el
alma.
—¿Cuánto tardó? ¿Cuánto tardó?
—Alrededor de media hora... media hora después de recibir el disparo.
Pongo a Vishnú como testigo —aulló el miserable— de que hice cuanto pude por
él. ¡Hice todo lo posible por salvarle!
Se tiró al suelo y se abrazó a mis tobillos. Pero yo tenía mis dudas sobre la
benevolencia de Gunga Dass y lo aparté a patadas de mi lado, a pesar de sus
vehementes protestas.
—Estoy seguro de que le robaste todo lo que tenía. Pero puedo averiguarlo
en un minuto o dos. ¿Cuánto tiempo estuvo el Sahib aquí?
—Cerca de un año y medio. Creo que se volvió loco. Pero escucha mi
juramento, ¡oh, Protector de los Pobres! ¿No me oye su Señoría jurar que nunca
toqué un solo objeto que le perteneciera? ¿Qué va a hacer su Señoría?
Yo había cogido a Gunga Dass por la cintura y le había llevado a rastras
hasta la plataforma, frente a la madriguera vacía. Mientras hacía esto, pensaba en
el indescriptible sufrimiento de mi compañero de cautiverio, víctima de todos
estos horrores durante dieciocho meses, y en su agonía final, al morir como una
rata en su agujero, con una bala en el estómago. Gunga Dass creía que yo estaba
decidido a matarle y aullaba de forma rastrera. El resto de los habitantes,
pletóricos después de una buena ración de carne, nos observaba sin inmutarse.
—Métete dentro, Gunga Dass —dije—, y sácalo.
Ahora me sentía enfermo y próximo a desmayarme de horror. Gunga Dass
estuvo a punto de caerse de la plataforma y aulló con más fuerza.
—Pero yo soy un brahmín, Sahib... un brahmín de alta casta. ¡Por su alma,
por el alma de su padre, no me obligue a hacer una cosa así!
—¡Brahmín o no brahmín, por mi alma y el alma de mi padre, entra ahí! —
dije y, agarrándole por los hombros, le metí la cabeza en la boca del agujero y
empujé a patadas el resto de su cuerpo; después me senté y me cubrí el rostro
con las manos.
Al cabo de unos minutos escuché un crujido y un chillido; después, escuché
a Gunga Dass que gemía y murmuraba para sí mismo; después, un ruido sordo...
y entonces descubrí mis ojos.
La arena seca había convertido el cuerpo confiado a su custodia en una
momia de color amarillo oscuro. Le dije a Gunga Dass que se apartara mientras
yo lo examinaba. El cuerpo —vestido con una guerrera de color verde oliva, muy
sucia y desgastada, con refuerzos de cuero en los hombros— correspondía a un
hombre entre treinta y cuarenta años, por encima de la estatura media, con el
pelo rubio claro, bigote largo y barba áspera y descuidada. Le faltaba el colmillo
izquierdo de la mandíbula superior y una parte del lóbulo de la oreja derecha
había desaparecido. En el dedo anular de la mano izquierda tenía un anillo: un
hematites en forma de escudo engastado en oro, con un monograma que podría
haber sido «B.K.» o «B.L.» En el dedo corazón de la mano derecha llevaba un
anillo de plata en forma de cobra enroscada, muy gastado y deslustrado. Gunga
Dass depositó a mis pies un puñado de objetos menudos que había sacado de la
madriguera y, cubriendo el rostro del cadáver con mi pañuelo, me volví para
examinarlos. Doy la lista completa con la esperanza de que sirva a la
identificación del pobre desgraciado:
1. Una cazoleta de madera de brezo, dentada en el borde; muy gastada y
ennegrecida; atada a la rosca de un cordel.
2. Dos llaves de reloj de bolsillo con las guardas rotas.
3. Una navaja con mango de carey, con una placa de plata o níquel, en la
que aparecía un monograma: «B.K.»
4. Un sobre con el matasellos indescifrable y un sello de la Reina Victoria,
dirigido a «Miss Mon...» (el resto ilegible)... «ham...» «nt».
5. Un cuaderno de notas con tapas de imitación de piel de cocodrilo con un
lápiz. Las primeras cuarenta y cinco páginas en blanco; cuatro y media ilegibles;
otras quince rellenas de notas privadas que se referían principalmente a tres
personas: una cierta Mrs. L. Singleton, abreviado muchas veces a «Lot Single»,
«Mrs. S. May», y «Garmison», mencionado en otros pasajes como «Jerry» o
«Jack».
6. Un mango de cuchillo de caza de tamaño pequeño. La hoja rota. Cuerno
de gamo pulido con un eslabón giratorio y un aro en el extremo; con un pedazo
de cuerda de algodón atado.

No crean que hice inventario de todas estas cosas en aquel lugar con tanto
detalle como lo he hecho aquí. El cuaderno fue lo que atrajo más mi atención, así
que me lo guardé en el bolsillo con la intención de estudiarlo más tarde. Me llevé
el resto de los objetos a mi madriguera, como medida de seguridad, y allí, pues
soy un hombre metódico, hice el inventario. Después volví al lugar donde yacía
el cadáver y ordené a Gunga Dass que me ayudara a llevarlo a la orilla del río.
Mientras nos ocupábamos del transporte, el casquillo vacío de un viejo cartucho
de color marrón cayó de uno de los bolsillos del cadáver y rodó hasta mis pies.
Gunga Dass no lo había visto; y a mí se me ocurrió pensar que un hombre,
cuando va de caza, no suele llevar casquillos de cartuchos usados, especialmente
de los «marrones», que no se pueden recargar. En otras palabras, aquel cartucho
vacío había sido disparado en el interior del cráter. Por consiguiente, tenía que
haber un fusil en alguna parte. Estaba a punto de preguntarle a Gunga Dass,
pero me detuve a tiempo, pues estaba convencido de que mentiría. Acostamos el
cadáver en el borde de las arenas movedizas, en la zona de los montículos de
hierba. Mi intención era empujarlo y dejar que fuera succionado, la única manera
posible de enterrarlo que se me ocurrió. Ordené a Gunga Dass que se retirara.
Entonces, con sumo cuidado, deposité el cadáver en las arenas movedizas.
Mientras procedía a ello —yacía de cara al suelo—, desgarré la frágil y raída
guerrera de color verde oliva, que dejó al descubierto un boquete horrible en la
espalda. Ya les he contado que la arena seca había, por así decirlo, momificado el
cuerpo. Con una sola mirada comprendí que el boquete había sido causado por
un escopetazo; el arma debía de haber sido disparada con el cañón casi tocando
la espalda. La guerrera, que estaba intacta, había sido puesta al cuerpo después
de la muerte, que tenía que haber sido instantánea. El secreto de la muerte de
aquel pobre infeliz se aclaró de golpe ante mis ojos. Alguno de los habitantes del
cráter, presumiblemente Gunga Dass, debía de haberle disparado con su propio
fusil... el mismo fusil que se cargaba con cartuchos marrones. Jamás intentó
escapar enfrentándose a la línea de fuego del bote.
Empujé el cadáver con rapidez y lo vi desaparecer literalmente en unos
pocos segundos. Mientras observaba el espectáculo, sentí un escalofrío. En un
estado de aturdimiento semiconsciente, me puse a leer con atención el cuaderno
de notas. Un pedazo de papel manchado y descolorido, que había sido
introducido entre el lomo y las tapas, cayó cuando pasé las páginas. Esto es lo
que había escrito:
Cuatro a partir del montículo de las cornejas; tres a la izquierda; nueve de frente;
dos a la derecha; tres hacia atrás; dos a la izquierda; catorce de frente; dos a la izquierda;
siete de frente; uno a la izquierda; nueve hacia atrás; dos a la derecha; seis hacia atrás;
cuatro a la derecha; siete hacia atrás.
El papel estaba quemado y chamuscado en los bordes. No alcanzaba a
comprender su significado. Me senté sobre la hierba seca y me puse a dar vueltas
y vueltas al papelillo entre mis dedos, hasta que me di cuenta de que Gunga Dass
estaba de pie, a mis espaldas, mirándome con ojos brillantes y con las manos
extendidas.
—¿Así que lo has encontrado? —jadeó—. ¿Me lo dejas ver a mí también? Te
juro que te lo devolveré.
—¿Encontrado qué? ¿Devolver qué? —pregunté.
—Eso que tienes entre las manos. Nos será útil a los dos.
Estiró sus largos dedos, que parecían garras de pájaro, temblando de
ansiedad.
—Yo no pude encontrarlo jamás —continuó—. Lo había escondido en su
propia persona. Por eso lo maté, pero, a pesar de ello, me fue imposible
encontrarlo.
Gunga Dass se había olvidado de la patraña sobre la bala disparada desde
el barco. Recibí la información con absoluta calma. La moral se embota al
contacto con los Muertos Vivientes.
—¿Qué demonios estás diciendo? ¿Qué quieres que te dé?
—El trozo de papel que había en el cuaderno. Nos será útil a los dos. ¡Oh!
¡Qué estúpido eres! ¡Qué estúpido! ¿Es que no te das cuenta de lo que significa
para nosotros? ¡Escaparemos de aquí!
Su voz degeneró en un grito agudo y se puso a bailar de emoción delante
de mí. Confieso que me conmovió la idea de escapar.
—¡Deja de brincar! ¡Explícate! ¿Quieres decir que ese pedazo de papel
puede ayudarnos? ¿Qué significa?
—¡Léelo en voz alta! ¡Léelo en voz alta! ¡Te ruego, te suplico que lo leas en
voz alta!
Así lo hice. Gunga Dass escuchó entusiasmado y trazó con los dedos una
línea irregular en la arena.
—¡Ahora lo comprendo! Es la longitud de los cañones de su escopeta, sin la
culata. Yo tengo los cañones. Cuatro cañones a partir del lugar donde cacé las
cornejas. De frente, ¿me sigues? Luego tres a la izquierda... ¡Ah! Recuerdo
perfectamente cómo buscaba la ruta, noche tras noche. Luego nueve de frente, y
así sucesivamente. De frente quiere decir en línea recta hacia el norte, a través de
las arenas movedizas. Me lo dijo antes de que le matara.
—Pero si sabías todo esto, ¿por qué no escapaste antes?
—No lo sabía. Hace un año y medio me dijo que estaba intentando
resolverlo, y que trabajaba en ello noche tras noche, en cuanto el barco se iba y
resultaba factible aproximarse sin peligro a las arenas movedizas. Después me
dijo que nos escaparíamos juntos. Pero yo tenía miedo de que me dejara
abandonado una noche, cuando descubriera la ruta, y por eso lo maté. Además,
no es conveniente que los hombres que han venido aquí una vez, consigan
escapar. Sólo yo, pues yo soy un Brahmín.
La perspectiva de evasión había devuelto a Gunga Dass el orgullo de su
casta. Se levantó y deambuló de un lado a otro, gesticulando violentamente. Al
final conseguí que hablara con sensatez y me contó cómo aquel inglés había
pasado seis meses explorando noche tras noche, pulgada a pulgada la ruta que
atravesaba las arenas movedizas; cómo le había confesado que se trataba de la
cosa más sencilla del mundo, pues consistía en avanzar unas veinte yardas desde
la orilla del río después de contornear el flanco izquierdo de la herradura. Le
faltaba por completar este último trecho, evidentemente, cuando Gunga Dass lo
mató con su escopeta.
En el frenesí de mi alegría ante la posibilidad de evasión, recuerdo que
estreché efusivamente las manos de Gunga Dass, después de haber decidido que
intentaríamos la fuga esa misma noche. Aquella tarde de espera se nos hizo
interminable.
A eso de las diez, según mis cálculos, cuando la luna despuntó por el borde
del cráter, Gunga Dass se dirigió a su madriguera para traer los cañones de la
escopeta, a fin de medir nuestra ruta. Los miserables habitantes del cráter se
habían retirado a sus agujeros hacía ya rato. El bote centinela había descendido
río abajo hacía horas, de modo que estábamos completamente solos en el
montículo de las cornejas. Gunga Dass, que llevaba los cañones de la escopeta,
dejó caer el trozo de papel que iba a ser nuestra guía. Yo me paré enseguida para
recogerlo y, mientras me inclinaba, me di cuenta de que el diabólico brahmín
estaba a punto de asestarme un duro golpe con los cañones en la nuca. Ni
siquiera me dio tiempo a girarme. Debí de recibir el golpe en el cogote. Un millar
de brillantes estrellas danzaron ante mis ojos y caí sin sentido al borde de las
arenas movedizas.
Cuando recobré el conocimiento, la luna declinaba y sentía un dolor
insoportable en la parte posterior de la cabeza. Gunga Dass había desaparecido y
mi boca estaba llena de sangre. Me tumbé otra vez en el suelo y supliqué al cielo
que me enviara a la muerte sin más tardanza. Después volvió a apoderarse de mí
la furia insensata que ya he mencionado y me dirigí tambaleándome hacia las
paredes del cráter. Entonces me pareció que alguien me llamaba en susurros:
«¡Sahib, Sahib, Sahib!», exactamente como solía llamarme mi porteador por las
mañanas. Creí que era víctima del delirio, pero en ese momento, un puñado de
arena cayó a mis pies. Alcé los ojos y vi una cabeza asomada por el borde del
anfiteatro, la cabeza de Dunnoo, el muchacho que cuidaba de mis perros. Tan
pronto como atrajo mi atención, alargó la mano y me enseñó una cuerda. Le hice
una señal, tambaleándome aún de un lado a otro, para que me tirara la cuerda.
Se trataba de un par de correas de punkah atadas, de cuero, con un lazo en el
extremo. Me pasé el lazo por la cabeza y lo fijé bajo los brazos; oí con claridad los
esfuerzos de Dunnoo, que tiraba hacia arriba, consciente de que me subían, con
la cara contra la pared, a lo largo de la empinada vertiente de arena. Poco
después me encontré medio asfixiado e inconsciente, sobre las dunas que
dominaban el cráter. Dunnoo, con el rostro ceniciento a la luz de la luna, me
suplicaba que no permaneciéramos allí por más tiempo y que regresara a mi
tienda inmediatamente.
Al parecer, había seguido las huellas de Pornic a través de las arenas
durante catorce millas, hasta llegar al cráter; regresó y se lo contó a mis
sirvientes, que rechazaron de plano mezclarse con nadie, blanco o negro, que
hubiera caído en la horrible Aldea de los Muertos. Después Dunnoo cogió uno
de mis caballos y un par de correas de punkah, regresó al cráter y me sacó de allí
como he descrito.
Para terminar esta larga historia, sólo me resta decir que Dunnoo es ahora
mi sirviente personal con un sueldo mensual de un mohur8 de oro —una suma
que considero demasiado pequeña teniendo en cuenta los servicios que me ha
prestado. Nada en la tierra me inducirá a aproximarme otra vez a aquel inmundo
lugar, o a revelar su emplazamiento con mayor detalle de lo que lo he hecho. No
he encontrado jamás la pista de Gunga Dass, ni lo deseo. El único motivo que me
impulsa a publicar este relato, es la esperanza de que le sea posible a alguien
identificar, a partir de los detalles y el inventario de objetos que he dado, el
cadáver del hombre de la guerrera de color verde oliva.
8 Moneda de oro, originaria de Persia y utilizada en la India desde el siglo XVI.
Equivale a quince rupias.

No hay comentarios:

-

INTERESANTES

¿QUIERES SALIR AQUI? ; ENLAZAME

-

Twitter

.

Etiquetas

h. p. lovecraft (122) relato (114) cuento (76) Stephen King (63) gotico (60) GIBRÁN KHALIL GIBRÁN (57) Robert Bloch (50) terror (48) lovecraft (46) guy de maupassant (44) Lord Dunsany (43) anne rice (39) horror (37) maupassant (37) scifi (35) Edgar Allan Poe (31) cuentos (28) ambrose bierce (27) Jorge Luis Borges (26) oscar wilde (26) los mitos de cthulhu (24) algernon blackwood (23) poema (23) ray bradbury (23) blood gothic (22) august derleth (21) dark (21) enlaces (21) 1ªparte (20) bloodgothic.blogspot.com (20) demonios (19) imagenes (19) poemas (19) 2ªparte (18) mario benedetti (18) vampiros (18) capitulo del necronomicon (17) h.p. lovecraft (17) poesia (17) relatos (16) Clark Ashton Smith (15) Horacio Quiroga (15) amanecer vudú (15) musica (15) alejandro dumas (14) becquer (13) blood (13) gothic (13) underground (13) Philip K. Dick (12) amor (12) charles dickens (12) fantasia (12) fredric brown (12) pulp (12) poe (11) EL BAR DEL INFIERNO (10) Howard Phillips Lovecraft (10) el vampiro (10) las mil y una noche (10) necronomicon (10) vampiro (10) Charles Bukowski (9) el hombre ilustrado (9) friedrich nietzsche (9) gibran khalil gibran (9) lilith (9) onirico (9) paul auster (9) subrealismo (9) terror onirico (9) victoriano (9) 2 (8) Andrés Díaz Sánchez (8) Fantasmagoría (8) Isaac Asimov (8) Lewis Carroll (8) Yukio Mishima (8) arte (8) cuento de amor (8) cuento gotico (8) diccionario (8) el extraño (8) fantasmas (8) franz kafka (8) king (8) psicodelicos (8) realidad (8) vamp (8) varios (8) videos (8) Bram Stoker (7) El Castillo de Otranto (7) Selección (7) autor novel (7) cthulhu (7) cuento corto (7) cuento onirico (7) demonologia (7) entrevista con el vampiro (7) guy (7) julio cortazar (7) mitos (7) novel (7) novela (7) oscuro (7) psi-ci (7) recopilacion (7) seleccion (7) sentimientos (7) shelley (7) tatuajes parlantes (7) un mundo feliz (7) 2ª parte (6) ALFRED BESTER (6) ANTON CHEJOV (6) Bestiario (6) Douglas Adams (6) LA VOZ DEL DIABLO (6) LAS BRUJAS DE MAYFAIR (6) RESIDENT EVIL (6) Rubén Darío (6) Selecciones (6) bukowsky (6) clive barker (6) crepusculo (6) cuento victoriano de amor (6) darknes (6) el paraiso perdido (6) el pasillo de la muerte (6) ficcion (6) john milton (6) la metamorfosis (6) mary (6) meyer stephenie (6) pandora (6) rammstein (6) ramsey campbell (6) realidad sucia (6) stephen (6) vampirismo (6) 3ªparte (5) ALEXANDRE DUMAS (5) ANGELES (5) ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA (5) Charles Nodier (5) En busca de la ciudad del sol poniente (5) Flores de las Tinieblas (5) Lord des Morte (5) Marqués de Sade (5) aire frio (5) al azif (5) angel oscuro (5) aventuras (5) charles bukowsky (5) dioses (5) el cazador de sueños (5) el ceremonial (5) el demonio de la peste (5) el horla (5) gotica (5) henry kuttner (5) la casa del pasado (5) la hermandad negra (5) lavey (5) leyendas (5) libros (5) links (5) relato corto (5) wikipedia (5) Aldous Huxley (4) BRIAN W. ALDISS (4) CUESTION DE ETIQUETA (4) Drácula (4) Dylan Thomas (4) EL BESO SINIESTRO (4) EL RUISEÑOR Y LA ROSA (4) EL templo (4) ENTRADAS (4) Edmond Hamilton (4) Federico García Lorca (4) Historias de fantasmas (4) LIBROS DE LA UNIDAD (4) LOS MISERABLES (4) Las Mil y Una Noches (4) Los Fantasmas (4) Los Versos Satánicos (4) Poemas vampíricos (4) Poul Anderson (4) Richard Matheson (4) Robert E. Howard (4) Rudyard Kipling (4) Una Voz En La Noche (4) William Hope Hodgson (4) allan (4) anime (4) anonimo (4) avatars (4) chuck palahniuk (4) citas (4) colleen gleason (4) comentario (4) cuento gotico-victoriano (4) cyberia (4) de lo mejor de paul auster (4) diablos (4) donde cruzan los brujos (4) edgar (4) el diablo (4) el retrato de dorian gray (4) el sabueso (4) el wendigo (4) espiritus (4) fantastico (4) frankestein (4) frases (4) galeria (4) goticos (4) hechizos (4) historias (4) infierno (4) jorge fondebrider (4) la ciudad sin nombre (4) la hermosa vampirizada (4) letra (4) licantropia (4) los amados muertos (4) mito (4) muerte (4) saga vampiros (4) salman rushdie (4) schahrazada (4) twilight (4) victor hugo (4) voces de oscuridad (4) 1984 (3) 3 (3) 666 (3) A n n e R i c e (3) A r m a n d (3) AL ABISMO DE CHICAGO (3) ALGO LLAMADO ENOCH (3) Al otro lado del umbral (3) Alejandro Dolina (3) Apariciones de un Ángel (3) Arthur Machen (3) BOB SHAW (3) Brian Lumley (3) CRONICAS VAMPIRICAS 2 (3) Corto de Animación (3) Dan Brown (3) Días de ocio en el Yann (3) E. Hoffmann Price (3) E. T. A. Hoffmann (3) EL DESAFÍO DEL MAS ALLÁ (3) EL FANTASMA DE CANTERVILLE (3) EL HORROR OCULTO (3) EL LADRON DE CUERPOS (3) EL TEMPLO DEL DESEO DE SATÁN (3) EL TIEMPO ES EL TRAIDOR (3) El Espectro (3) El Libro Negro (3) El espectro de madam Crowl (3) El morador de las tinieblas (3) El príncipe feliz (3) Emisario Errante (3) En la cripta (3) Frank Kafka (3) Fritz Leiber (3) Ghost in the Shell (3) Giovanni Papini (3) Gitanjali (3) Hombre con manías (3) J. Ramsey Campbell (3) JOSEPH PAYNE BRENNAN (3) John Stagg (3) Jr. (3) LA BIBLIOTECA DE BABEL (3) LA CONFESIÓN (3) LA EXTRAÑA CASA EN LA NIEBLA (3) LA IGLESIA DE HIGH STREET (3) LA MARCA DE LA BESTIA (3) LA RISA DEL VAMPIRO (3) LAS RUINAS CIRCULARES (3) La Jaula (3) La Trilogía de Nueva York (3) Mercenarios del Infierno (3) Miguel Hernández (3) Palomos Del Infierno (3) Pío Baroja (3) Rafael Alberti (3) Thanatopia (3) Théophile Gautier (3) Tomás Moro (3) Un Sueño en un Sueño (3) abraham merrit (3) alas rotas (3) alien (3) alquimia (3) amuletos (3) angeologia (3) antiguas brujerias (3) antologia (3) apocalipsis (3) biografia (3) cain (3) carrie (3) charles baudelaire (3) cronicas vampiricas (3) cuento victoriano (3) cuentos del siglo XIX (3) danza macabra (3) dark . gotico (3) david langford (3) de profundis (3) definicion (3) el abismo en el tiempo (3) el alquimista (3) el demonio en la tierra (3) el exorcista II (3) el libro negro de alsophocus (3) el loco (3) el mono (3) el sacrifico (3) el superviviente (3) el vampiro estelar (3) ensayo (3) escritor novel (3) exorcismo (3) fabula (3) fabulas (3) filosofia (3) frank b. long (3) goth (3) gotic (3) guion (3) helena petrovna blabatsky (3) himno al dolor (3) historias de terror (3) inquisicion (3) introduccion (3) john baines (3) john william polidori (3) justine (3) la casa maldita (3) la casa tellier (3) la ciudad de los muertos (3) la llamada de cthulhu (3) la sombra fuera del espacio (3) la tumba (3) las flores del mal (3) legion (3) leyenda (3) lisa tuttle (3) lo innombrable (3) locura (3) lord byron (3) los brujos hablan (3) los gatos de ulthar (3) luna sangrienta (3) mail (3) martín s. warnes (3) maturin (3) mein teil (3) melmoth el errabundo (3) milowishmasterfox (3) neorealismo (3) nombres (3) nombres demoniacos (3) oscuros (3) pacto de sangre (3) pensamientos (3) poemas en prosa (3) poesias (3) polaris (3) que viene el lobo (3) rabindranat tagore (3) ratas (3) rimas (3) roald dahl (3) robert silverberg (3) rosenrot (3) rostros de calabera (3) satanismo (3) snake (3) sueño (3) suicidas (3) teatro (3) vida (3) vudu (3) yveline samoris (3) Ángeles y demonios (3) 1 (2) 4ªparte (2) A. Bertram Chandler (2) ABANDONADO (2) ALBERT FISH (2) Akira (2) Alfonso Linares (2) Algunos Poemas a Lesbia (2) Antonio Gala (2) Aparicion (2) Astrophobos (2) Ayer... hace tanto tiempo (2) BETHMOORA (2) Blade Runner (2) Brad Steiger (2) C. M. EDDY (2) CELEPHAÏS (2) CHICKAMAUGA (2) CONFESIONES DE UN ARTISTA DE MIERDA (2) CORAZONADA (2) Carrera Inconclusa (2) Charon (2) Christian Jacq (2) Clarimonda (2) Cowboy Bebop (2) Cyberpunk (2) Cómo Ocurrió (2) E D G A R A L L A N P O E (2) E. F. Benson (2) EL ASESINO (2) EL BAUTISMO (2) EL BESO (2) EL CABALLERO (2) EL CENTRO DEL INFIERNO (2) EL DESIERTO (2) EL DIABLO EN EL CAMPANARIO (2) EL EXORCISTA (2) EL FANTASMA Y EL ENSALMADOR (2) EL GOLEM (2) EL GRITO DEL MUERTO (2) EL JARDÍN DEL PROFETA (2) EL OTRO YO (2) EL PISO DE CRISTAL (2) EL PRESUPUESTO (2) EL RETRATO DE ROSE MADDER (2) EL SÉPTIMO CONJURO (2) EL VAGABUNDO (2) EL ÁRBOL (2) Ecos (2) El Conde de Montecristo (2) El Cuerno Del Horror (2) El Dr. Jekyll y Mr. Hyde (2) El Funeral de John Mortonson (2) El Hombre De Arena (2) El Monte de las Ánimas (2) El Puñal (2) El Que Cierra El Camino (2) El Sacrificio (2) El Tulipán Negro (2) El Valle Perdido (2) El Visitante Y Otras Historias (2) El artista del hambre (2) El ciclo del hombre lobo (2) El clérigo malvado (2) El gato del infierno (2) El gato negro (2) El homúnculo (2) El legado (2) El miedo (2) El rapto de la Bella Durmiente (2) El saber mágico en el Antiguo Egipto (2) El árbol de la colina (2) Elogio de la locura (2) En la noche de los tiempos (2) Estirpe de la cripta (2) Fuera de Aquí (2) GUARDIANES DEL TIEMPO (2) GUSTAVO ADOLFO BECQUER (2) Gustav Meyrink (2) H. Barlow (2) H.P.Lovecraft (2) HERMANN HESSE (2) Harlan Ellison (2) Hasta en los Mares (2) Historia (2) Historia Del Necronomicon (2) Historia de fantasmas (2) Hocus Pocus (2) ICARO DE LAS TINIEBLAS (2) INTERNET (2) JUANA INES DE LA CRUZ (2) Jack Vance (2) John Sheridan Le Fanu (2) José Luis Velarde (2) Kurt Vonnegut (2) LA BIBLIA SATANICA (2) LA BÚSQUEDA (2) LA CAIDA DE BABBULKUND (2) LA DECLARACIÓN DE RANDOLPH CARTER (2) LA FARSA (2) LA LOTERÍA DE BABILONIA (2) LA MUERTA ENAMORADA (2) LA MUERTE (2) LA MUSA DE HYPERBOREA (2) LA PERLA (2) LAS LEGIONES DE LA TUMBA (2) LESTAT EL VAMPIRO (2) LOS VERSOS SATANICOS (2) La Bestia en la Cueva (2) La Calle (2) La Casa de la Pesadilla (2) La Habitación Cerrada (2) La Monja Sangrienta (2) La Tortura de la Esperanza (2) La Verdad (2) La chica más guapa de la ciudad (2) La conspiración Umbrella (2) La marquesa de Gange (2) La noche de los feos (2) La pasión turca (2) Letras (2) Los Sueños de la Casa de la Bruja (2) Los crímenes que conmovieron al mundo (2) Los ojos de la momia (2) Los reyes malditos (2) Los tres mosqueteros (2) MAGOS (2) MARIO BENEDETTI - LA MUERTE (2) MINORITY REPORT (2) MOBY DICK (2) MUJERES (2) Mark Twain (2) Morella (2) Narrativa gótica (2) No hay camino al paraíso (2) PABLO NERUDA (2) POPSY (2) PUNTERO IZQUIERDO (2) R. L. Stevenson (2) RADIO FUTURA (2) ROSTRO DE CALAVERA (2) Rabindranath Tagore (2) Retornos de una sombra maldita (2) Robert A. Heinlein (2) SAMAEL AUN WEOR (2) SATANAS (2) SU VIDA YA NO ES COMO ANTES (2) SUPERVIVIENTE (2) Sherry Hansen Steiger (2) The Last Vampire (2) Thomas M. Disch (2) UN DÍA DE CAMPO (2) UTOPIA (2) Un habitante de Carcosa (2) Un juguete para Juliette (2) Una mujer sin importancia (2) Una tienda en Go-by Street (2) V.O. (2) VELANDO EL CADÁVER (2) Vida después de la Muerte (2) Vida y Muerte (2) Villiers de L'Isle-Adam (2) Vinum Sabbati (2) YO CRISTINA F. (2) a la puta que se llevó mis poemas (2) a las aguas (2) a un general (2) agonico (2) al amor de mi vida (2) aladino (2) alaide floppa (2) alas nocturnas (2) albunes (2) alexandre (2) amistad (2) andres diaz sanchez (2) angel de la muerte (2) animas y fantasmas (2) anime-blood (2) antonio machado (2) apocaliptico (2) arena y espuma (2) arthur c. clarke (2) asesinato (2) baudelaire (2) bequer (2) blancanieves (2) brujas (2) busqueda (2) c. m. eddy jr. (2) cabala (2) capitulo suelto (2) caronte (2) castigo (2) catolico (2) cementerios (2) ciberespacio (2) ciberpunk (2) cielo (2) ciudad de cristal (2) ciudad vampiro (2) coleccion (2) colette gothic darknes (2) comics (2) computadora (2) conjuros (2) cortos (2) costazar (2) creepwar.gotico (2) cria cuervos (2) cruelmente romantica (2) cuento amor (2) cuentos coliniales de terror (2) cuentos cortos (2) cuentos de canterbury (2) cuentos de un soñador (2) cumbres borrascosas (2) dagon (2) death (2) demonio (2) depeche mode (2) diagnostico de muerte (2) dios (2) disciplinas de vampiro (2) dolor (2) don juan (2) dracula (2) e l v a m p i r o (2) ecce homo (2) el (2) el abismo (2) el anticristo (2) el arbol de la vida (2) el caballero de la maison rouge (2) el canibal de rotenburgo (2) el caos reptante (2) el club de la lucha (2) el club de los suicidas (2) el coche del diablo (2) el disco (2) el dueño de rampling gate (2) el elixir de larga vida (2) el entierro (2) el espectro del novio (2) el evangelio de los vampiros (2) el fabricante de ataúdes (2) el fantasma de la opera (2) el gran inquisidor (2) el hijo (2) el jinete en el cielo (2) el joven lovecraft (2) el palacio de la luna (2) el pantano de la luna (2) el profeta (2) el signo (2) ellinson (2) elogio de tu cuerpo (2) emily bronte (2) entendimiento (2) entre sueños (2) epistola (2) escritor (2) espacio (2) esperanza (2) esquizofrenia (2) eva (2) fin (2) fiodor dostoiesvski (2) fobia (2) fragmentos del necronomicon (2) frankenstein (2) g. a. becquer (2) gabriel garcia marquez (2) genesis (2) gothic darknes (2) gracia torres (2) guerra (2) guillotina (2) h. (2) hada (2) harry harrison (2) hazel heald (2) hechizo (2) herman hesse (2) historia / ficcion (2) historia real (2) hombre-lobo (2) honore de balzac (2) horror en el museo (2) indice (2) ingles (2) intriga (2) introductoria (2) italo calvino (2) juego (2) juguemos a los venenos (2) kafka (2) kir fenix (2) la carta robada (2) la catedra de lucifer (2) la cosa en el dormitorio (2) la creacion (2) la cruz del diablo (2) la dama de las camelias (2) la habitacion cerrada (2) la hoya de las brujas (2) la imagen de la muerte (2) la maquina de follar (2) la muerte y la condesa (2) la noche boca arriba (2) la novia del hombre caballo (2) la piedra negra (2) la torre oscura (2) lacrimosa (2) leyes (2) lhiliht (2) libro (2) literatura (2) los habitantes del pozo (2) los otros dioses (2) los perros de tindalos (2) los zuecos (2) m. r. james (2) milady (2) miskatonic (2) misterio (2) morfina (2) morgue (2) mp3 (2) music (2) mª. covadonga mendoza (2) narracion ocultista (2) nobel (2) noir (2) nota (2) notas (2) nuestros primos lejanos (2) nuevas cronicas vampiricas (2) occidente (2) ocultismo (2) on-line (2) oriente (2) orson scott card (2) p. (2) paris (2) paulo coelho (2) pecados (2) peter blatty (2) poderes (2) primigenio (2) prometeo (2) prosas luciferinas (2) psico (2) r.l. stevenson (2) reglas (2) relato amor (2) religion-ficcion (2) reliquia de un mundo olvidado (2) revelacion (2) revolucion francesa (2) ritual (2) rituales (2) robert a. lowndes (2) robert louis stevensont (2) roger zelazny (2) roll (2) romancero gitano (2) romanticismo (2) rpg (2) saki (2) sangre (2) serie cronicas vampiricas gardella (2) simbolismo (2) suicidio (2) sumario (2) surrealismo (2) taisha abelar (2) tetrico (2) the best (2) the cure (2) tragedia (2) traidor (2) un dia en el confin del mundo (2) una cruz de siglos (2) varios autores (2) varios cuentos (2) vaticano (2) video (2) violin (2) vistoriano (2) washington irving (2) willian blatty (2) ¿QUO VADIS? (2) ÁNGELES IGNORANTES (2) Ángela (2) "Vivo sin vivir en mí" (1) (1515-1582) (1) (1816) (1) (1934) (1) + y - (1) -- ANONIMO (1) -- EL HORROR DE DUNWICH (1) . EL PROFETA ERMITAÑO (1) . LA SANTA COMPAÑA . (1) . La locura del mar (1) . Luis Cernuda (1) . VENOM (1) .El Club del Ataúd. (1) .ecunemico (1) .rar (1) 100 (1) 13 fantasmas (1) 17THIS SECRET HAS TO BE KEPT by you from anyone else (1) 1809-1849 (1) 1810 (1) 1812 (1) 1862 (1) 1918/19 (1) 1939-1941? (1) 1ª parte (1) 1ªmujer (1) (1) 26 CUENTOS PARA PENSAR (1) 2parte (1) 2ª Serie (1) (1) 2ºlibro (1) 2ºlibro de nuevas cronicas vampiricas (1) 334 (1) 360º (1) 3:47 a.m. (1) 4 (1) 5 (1) 6 (1) 7 pecados capitales (1) 84 de charing cross road (1) (1) 9000 años (1) A LA ESPERA (1) A M B R O S E B I E R C E (1) A imagen y semejanza (1) A restos.. de ti (1) A través de la puerta de la llave de plata (1) A través de las puertas de la llave de plata (1) A. E. VAN VOGT (1) A. MERRIT (1) A. Merritt (1) A.R. Ammons (1) A: lord Alfred Douglas (1) ABAJO (1) ABONO PARA EL JARDÍN (1) ABUELITO (1) ACERO -- Richard Matheson (1) ADEFESIA (1) AGENTE DEL CAOS (1) AL MAGNIFICO LORENZO DE MÉDECIS (1) AL OTRO LADO (1) ALGUIEN ME APRECIA AHÍ ARRIBA (1) ALGÚN QUE OTRO ANIMAL (1) ALMAS EN PENA (1) AMADEO KNODLSEDER (1) AMANECER EN MERCURIO (1) AMANECER VUDU (1) AMBROSE GWINET BIERCE (1) AMERICAN ZOMBIE (1) AMOR Y ODIO (1) ANDREA SOL (1) ANGEL DE LUZ (1) ANIUTA (1) ANTES DEL ESPECTÁCULO (1) APARECIÓ CAÍN (1) APRENDED GEOMETRIA (1) AQUEL VIEJO (1) ARMAGEDON Fredric Brown (1) ARTHUR JERMYN (1) ASESINOS SATÁNICOS (1) AYER (1) Abraham Merritt (1) Abraza la oscuridad (1) Acorralado (1) Ad Lucem (1) Adam Kadmon (1) Adan (1) Adiós al siglo XX (1) Adolf Hitler (1) Afuera (1) Agatha Christie (1) Ahmad Ibn Ata'Illah (1) Alan Barclay (1) Albertina desaparecida (1) Alejandro Pushkin (1) Alejo Carpentier (1) Aleksandr Nikoalevich Afanasiev (1) Aleksandr Pushkin (1) Alfred E. Van Vogt (1) Alfred Elton van Vogt (1) Algernoon Blackwood (1) Alien earth (1) Amityville (1) Ana María Matute (1) Anatoli Dneprov (1) Andrei Chikatilo (1) Andrógino (1) Animismo (1) Anne Brontë (1) Another Google Bot (1) Antiguas brujerías (1) Antipoemas (1) Antología (1) Anubis (1) Anónimo (1) Appleseed (1) Aramis (1) Arcipreste de Hita (1) Armand (1) Asesinado Al Pie De Un Altar Vudú (1) Asimov (1) Atentamente suyo Jack el Destripador (1) Atentamente suyo. Jack el Destripador (1) Athos (1) August W. Derleth (1) Auguste Villiers de l'lsle‑Adam (1) Augusto Monterroso (1) Augustus Hare (1) Autobiografía (1) Auténtico Amor (1) Ayuda Alienígena (1) BAJO LAS PIRÁMIDES H. P. LOVECRAFT (1) BARBA AZUL (1) BERTA (1) BLANCO Y AZUL (1) BOCCACCIO (1) BOITELLE (1) BOLA DE SEBO (1) Bacarat (1) Balada nupcial (1) Barry Longyear (1) Battle Angel Alita (1) Bibliografía (1) Biblioteca (1) Boogiepop Phamtom (1) Breve comentario sobre la esquizofrenia (1) Bruce Sterling (1) Bubblegum Crisis (1) C. L. MOORE (1) C. S. Lewis (1) C.L. Moore (1) CABEZA DE CONO (1) CANCIÓN DE AMOR (1) CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA (1) CARTA A UN FÉNIX (1) CARTA DE UN LOCO (1) CARTAS (1) CASTIGOS (1) CEREMONIAL (1) CHARLES PERRAULT (1) CHERTOGON (1) CIBER-DARK (1) COCAINA (1) COCO.COCO. COCO FRESCO (1) COMO PARA CONFUNDIRSE (1) COMPLICIDAD PREVIA AL HECHO (1) CON DIOS (1) CONFESIONES DE UNA MUJER (1) CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 (1) CONVERSIONES (1) COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE (1) CORTÁZAR (1) COTO DE CAZA (1) CRONICAS VAMPÍRICAS 2 (1) CRÍTICA AL CRISTIANISMO Y A LA SOCIEDAD (1) CUADERNO HALLADO EN UNA CASA DESHABITADA (1) CUENTOS DE AMOR. DE LOCURA Y DE MUERTE (1) CUERPO Y ALMA (1) Cabeza de Lobo (1) Camilo José Cela (1) Canaan negro (1) Canción del pirata (1) Cannibal Corpse (1) Canon Pali (1) Carmilla (1) Carolina (1) Cartas Desde La Tierra (1) Casi Extinguidos (1) Catastrofe Aerea (1) Catherine Crowe (1) Catulo (1) Charles Dickens El guardavías (1) Charles Grant (1) Charles Nightingale (1) Chaugnar Faugn (1) Chica gótica (1) Chitterton House (1) Chris Chesley (1) Christopher Marlowe (1) Ciencia Ficción (1) Cine (1) Claudia (1) Colección (1) Conan (1) Conoce la Ciudad Gótica en 3D (1) Conología de la caza de hackers (1) Conquístate a ti mismo y conquistarás al mundo (1) Conversación (1) Corazones Perdidos (1) Corman (1) Cosas Zenna Henderson (1) Crom (1) Crumtuar y la Diosa (1) Cría cuervos (1) Cuando los cementerios son una atracción (1) Cuarta parte (1) Cynthia Asquith (1) CÁTULO (1) Cómo mueren los mitos (1) D'Artagnan (1) DAGÓN (1) DANTE ALIGHIERI (1) DE COMO EL Dr. JOB PAUPERSUM LE TRAJO ROSAS ROJAS A SU HIJA (1) DE COMO LLEGO EL ENEMIGO A THULNRANA (1) DE SADE (1) DECAMERON (1) DEL MÁS ALLÁ (1) DELENDA EST... (1) DESPERTARES (1) DIABLO (1) DICCIONARIO DE ÁNGELES (1) DICCIONARIO DEL DIABLO (1) DIÁLOGO SOBRE LA PENA CAPITAL (1) DOBLE CREER (1) DOS POEMAS (1) DOS SERES IGUALES (1) Dan Brown Ángeles y demonios (1) Dark Gotico (1) Dark Icarus (1) David F. Bischoff (1) De guardia (1) Death Fails (1) Del toro (1) Demonios babilónicos (1) Demoníacos (1) Dennis Etchison (1) Dentro de mí (1) Deportacion (1) Depresión (1) Der Vampir (1) Derek Rutherford (1) Descargo de responsabilidad (1) Desde Lugares Sombríos (1) Desert Punk (1) Diagnóstico de Muerte (1) Diccionario De Relaciones Y Sexo (1) Diccionario de Símbología (1) Donde habite el olvido XII (1) Douglas Rushkoff (1) Dr. Bloodmoney (1) Duelo (1) Dulces para esa dulzura (1) E L E N T I E R R O P R E M A T U R O (1) E L E N T I E R R O P R E M A T U R O (1) E L A N T I C R I S T O (1) E-volution (1) E. M. Johnson (1) E.F.Benson (1) E.T.A. Hoffmann (1) EL ABONADO (1) EL ABUELO ASESINO (1) EL ALEPH (1) EL ALEPH ficcion (1) EL ALMOHADON DE PLUMAS (1) EL ARISTÓCRATA SOLTERÓN (1) EL ARMARIO (1) EL ARO (1) EL ASESINATO DE DIOS (1) EL BARON DE GROGZWIG (1) EL BARRILITO (1) EL BICHO DE BELHOMME (1) EL BIGOTE (1) EL CARDENAL NAPELLUS (1) EL CETRO (1) EL CLUB DE LUCHA (1) EL CONDE DE MONTECRISTO II (1) EL CONDE DE MOTECRISTO (1) EL CONDUCTOR DEL RAPIDO (1) EL COTTAGE DE LANDOR (1) EL CRIMEN DE LORD ARTHUR SAVILLE (1) EL CRIMINAL Y EL DETECTIVE (1) EL CUENTO FINAL DE TODOS LOS CUENTOS (1) EL DEMONIO DE LA PERVERSIDAD (1) EL DIENTE DE BALLENA (1) EL DIOS SIN CARA (1) EL DUEÑO DE RAMPLING GATE (1) EL ERMITAÑO (1) EL FINAL (1) EL FLASH (1) EL FRUTO DE LA TUMBA (1) EL GATO Y EL RATÓN (1) EL GRABADO EN LA CASA H. P. LOVECRAFT (1) EL GRAN GRIMORIO (1) EL HOMBRE DE LA CALAVERA (1) EL HURKLE ES UN ANIMAL FELIZ (1) EL INCORREGIBLE BUITRE DE LOS ALPES (1) EL JOVEN GOODMAN BROWN (1) EL JUEGO DE LOS GRILLOS (1) EL JUEGO DE PELOTA EN RAMTAPUR (1) EL LIBRO DE LO INCREÍBLE (1) EL LIBRO DE LOS SERES IMAGINARIOS (1) EL MATRIMONIO DEL CIELO Y EL INFIERNO (1) EL MESMERISMO (1) EL METRONOMO (1) EL MUNDO AVATAR: ANDY WARHOL (1) EL NECRONOMICON (1) EL NUMERO QUE SE HA ALCANZADO (1) EL OJO SIN PARPADO (1) EL ORACULO DE SADOQUA (1) EL ORINAL FLORIDO (1) EL ORO (1) EL OTRO VAGABUNDO (1) EL PESCADOR DEL CABO DEL HALCON (1) EL PRECURSOR (1) EL REGRESO (1) EL RELÁMPAGO (1) EL REY (1) EL REY DE HIERRO (1) EL ROBLE HA CAÍDO (1) EL RÍO (1) EL SEXO FRIO (1) EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO (1) EL SUEÑO DEL REY KARNA-VOOTRA (1) EL SUSURRADOR EN LA OSCURIDAD (1) EL TRUEQUE (1) EL USURPADOR DE CADAVERES (1) EL VALLE DE LOS DIOSES (1) EL VAMPIRO ARMAND (1) EL VAMPIRO ARMAND (1) EL VENGADOR DE PERDONDARIS (1) EL VIUDO TURMORE (1) EL ZOPILOTE (1) EL _ ALEPH (1) EL cantar del exangel (1) EL ÚLTIMO EXPERTO (1) ELIGE TU DESTINO (1) ELISA BROWN (1) EN EL BOSQUE DE VILLEFERE (1) EN EL CREPUSCULO (1) EN ESTADO LATENTE (1) EN LA FERIA (1) EN ZOTHIQUE (1) Eco (1) Edad Media (1) Edgar Allan Poe El Cuervo (1) Edward Bulwer-Lytton (1) Edward Lucas White (1) El Almohadón de Plumas (1) El Arte de la Estrategia (1) El Asirio (1) El BAR II (1) El Barril de Amontillado (1) El Boogie Del Cementerio (1) El Borametz (1) El Buque Fantasma (1) El Carbunclo Azul (1) El Caso de los Niños Deshidratados (1) El Centinela (1) El Clan De Los Parricidas (1) El Club del Ataúd (1) El Corsario (1) El Crimen Invisible (1) El Cuarto en la Torre (1) El Dios de los Brujos (1) El Dios-Monstruo De Mamurth (1) El Dragón (1) El Eclipse (1) El Espejo De Nitocris (1) El Gigante Egoista (1) El Gris Gris En El Escalón De Su Puerta Le Volvió Loco (1) El Haschich (1) El Hombre Del Haschisch (1) El Hombre que Soñó (1) El Hueco (1) El Mago de Oz (1) El Mensajero de la Muerte (1) El Misterio del Mary Celeste (1) El Nuevo Acelerador (1) El Nuevo Acelerador Herbert George Wells. (1) El Príncipe (1) El Regalo de los Terrestres (1) El Rey Estelar (1) El Ritual (1) El Ruido de un Trueno (1) El Sacerdote Y Su Amor (1) El Signo Amarillo (1) El Underground digital (1) El Vengador de Perdóndaris (1) El Violador de la Moto (1) El Visitante Y Otras Historias Dylan Thomas (1) El Yoga (1) El amor de mi vida (1) El aprendiz de brujo. (1) El armonizador (1) El cadillac de Dolan (1) El camaleón (1) El campamento del perro (1) El cartero del rey (1) El caso de Charles Dexter Ward (1) El cuarto de goma (1) El demonio en Ceirno (1) El duque de L'Omelette (1) El espejo de Ko Hung (1) El extraño vuelo de Richard Clayton (1) El francotirador cazado (1) El grimorio del papa Honorio (1) El guardián entre el centeno (1) El horror del montículo (1) El informe del inspector Legrasse (1) El jardín de Adompha (1) El jardín del tiempo (1) El judío errante (1) El judío errante.Thomas M. Disch (1) El mal de la muerte (1) El muchacho que escribia poesia (1) El mundo que ella deseaba (1) El pararrayos (1) El pecado de Hyacinth Peuch (1) El perfume (1) El pescador del Cabo del Halcón (1) El pescador y su alma (1) El puñal del godo (1) El que acecha en la oscuridad (1) El que susurraba en las tinieblas (1) El roble de Bill (1) El sexo y yo (1) El soldado y la muerte (1) El telar (1) El terror volvió a Hollywood (1) El Árbol de las Brujas (1) El árbol de la buena muerte (1) El árbol de oro (1) El último sueño del viejo roble (Cuento de Navidad) (1) Eliphas Lévi (1) Ellen Schreiber (1) Empirismo (1) En donde suben y bajan las mareas (1) En el Calor de la Noche (1) En persona (1) Ensayo al viejo estilo (1) Erasmo de Rotterdam (1) Erecciones (1) Eres tan bella como una flor (1) Ergo Proxy (1) Eric Frank Russell (1) Eric Lavín (1) Escéptico (1) Ese Gran simulacro (1) Esoterismo (1) Esta noche se rebelan las estrellas (1) Estilo gótico (1) Exhibiciones (1) Eyaculaciones (1) F R I E D R I C H N I E T Z S C H E (1) FABULAS Y SIMBOLOS (1) FBI (1) FEMINISTAS (1) FESTIVAL DEL TESTÍCULO (1) FICCIONES (1) FLUYAN MIS LÁGRIMAS DIJO EL POLICÍA (1) FRANCIS MARION CRAWFORD (1) FRANK BELKNAP L. (1) FRASES DE POLÍTICOS (1) FREDIE MERCURY (1) FUERA DE ESTE MUNDO (1) Factotum (1) Fahrenheit 451 (1) Farenheit 451 (1) Feuerräder (1) Fiel amigo (1) Flautistas en el bosque (1) Fondo Monetario (1) Frank Belknap Long (1) Frankenstein o el moderno Prometeo (1) Franz Harttmann (1) Fred Saberhagen (1) Frederick Marryat (1) Frederick pohl (1) Freud (1) Fruto negro (1) Fuego Brillante (1) Fuego infernal (1) G. A. BEQUER (1) GENTE REUNIDA (1) GIBRÁN KHALIL GIBRÁN LADY RUTH (1) GIGANTE (1) GITANO (1) GOTHICPUNK (1) GUARDIANES DEL TIEMPO EXTRAÑOS TERRÍCOLAS ORBITA ILIMITADA ONDA CEREBRAL UN MUNDO EN EL CREPUSCULO (1) GUERRA DE ALADOS (1) GUIA DEL AUTOESTOPISTA GALACTICO (1) Gardner F. Fox (1) Gastón (1) Gauguin (1) Geoffrey Chaucer (1) George Berkeley (1) George Gordon Byron (1) George Langelaan (1) George Orwell (1) Ghost lover (1) Gilbert Thomas (1) Gordon Leigh Bromley (1) Gottfried Benn (1) Greg Egan (1) Grimoires (1) Guión para Alíen III (1) Gustave Flaubert (1) Génesis (1) Gómez (1) H. G. WELLS (1) H. P. Lovecraft LA BÚSQUEDA DE IRANON (1) H. P. Lovercraft (1) H.P.Lovecraft y E. Hoffmann Price (1) HAN CAIDO LOS DOS (1) HECHIZOS DE AMOR (1) HERBERT WEST (1) HIJO DE LA LUNA (1) HIPNOS (1) HISTORIA DE MAR Y TIERRA (1) HISTORIA DEL ENDEMONIADO PACHECO (1) HISTORIA DEL JOVEN DE LAS TARTAS DE CREMA (1) HISTORIA DEL MANDADERO (1) HISTORIA GÓTICA (1) HISTORIA PRODIGIOSA DE LA CIUDAD DE BRONCE (1) HOMBRES y DRAGONES (1) HOY Y MAÑANA (1) Hasta donde mueran los sentimientos (1) Hay Tigres (1) Hector G. Oesterheld (1) Heinrich August Ossenfelder (1) Hell-fire 1956 (1) Herbert George Wells. (1) Herman Melville (1) Hierba gatera (1) Historia Del Necronomicon H. P. Lovecraft (1) Historia de un muerto contada por él mismo (1) Historia de una demonización. (1) Horace Walpole (1) Howard Fast (1) Howard P. Lovecraft (1) Howard Philip Lovecraft (1) Héctor Álvarez (1) Híbrido (1) II parte (1) III (1) III parte (1) IMAGEN DE TU HUELLA (1) IMAGINE (1) IMÁGENES MALDITAS (1) INDICE MIO CID (1) Ideas (1) Ilusionismo (1) Inanna (1) Intento (1) Investigador De Lo Oculto (1) Isthar (1) Iván A. Efrémov (1) Iván Turguéniev (1) J. G. Ballard (1) J. J. Van der Leeuw (1) J.D. Salinger (1) JACK LONDON (1) JON WIENER (1) JORGE ADOUM (1) JUAN SALVADOR GAVIOTA (1) JUEGO DE SOMBRAS (1) JUNTO A UN MUERTO (1) Jaime Bayly (1) James H. Schmitz (1) James Montague RhodesCORAZONES PERDIDOS (1) Javi (1) Jean Lorrain (1) Jean Ray (1) Jim Morrison (1) John Lennon (1) John Silence (1) John Stagg - El Vampiro (1) John W. Campbell (1) John Wyndham (1) John/Yoko (1) Jorge Bucay (1) Jorge Manrique (1) Jose Antonio Rodriguez Vega (1) Joseph Sheridan Le Fanu (1) José Luis Garci (1) José Luis Zárate Herrera (1) José Manuel Fernández Argüelles (1) José María Aroca (1) José de Esponceda (1) Juan C. "REX" García Q. (1) Juan Darién (1) Juan Ruiz (1) Juan de la Cruz (1) Juan-Jacobo Bajarlía (1) Kabbalah (1) Keith Laumer (1) Khnum (1) Kit Reed (1) L a Muerte De Halpin Frayser A mbrose Bierce (1) L a Mujer Loba (1) LA ALQUIMIA COMO CIENCIA DEL ARTE HERMETICO (1) LA AVENTURA DEL ASESINO METALICO (1) LA BAILARINA (1) LA BALLENA DIOS (1) LA BALLENA Y LA MARIPOSA (1) LA BARONESA (1) LA BECADA (1) LA BELLEZA INÚTIL (1) LA BELLEZA INÚTILguy de maupassant (1) LA BODA DEL LUGARTENIENTE LARÉ (1) LA CABELLERA (1) LA CASA (1) LA COMPAÑERA DE JUEGO (1) LA CONFESIÓN DE TEODULIO SABOT (1) LA CRIBA (1) LA ESCUELA DE LA PIEDRA DE LOYANG (1) LA ESPADA DE WELLERAN (1) LA ESTATUA (1) LA EXTRAÑA CABALGADA DE MOROWBIE JUKES Rudyard Kipling (1) LA FERIA DE LAS TINIEBLAS (1) LA INVASIÓN DIVINA (1) LA LUNA LLENA (1) LA MAGIA NEGRA (1) LA MALDICIÓN (1) LA MAQUINA DEL SONIDO (1) LA MASCARA DE LA MUERTE ROJA (1) LA MOSCA (1) LA MÚSICA DE ERICH ZANN (1) LA NARIZ (1) LA PARENTELA DE LOS ELFOS (1) LA PARÁBOLA CHINA (1) LA PIMPINELA ESCALATA (1) LA QUE ERA SORDA (1) LA RAÍZ CUADRADA DE CEREBRO (1) LA SEGUNDA LEY (1) LA SENDA (1) LA SOMBRA. (1) LA TEMPESTAD (1) LA TEORIA DE LAS MASCOTAS DE L.T. (1) LA TIERRA DE ZAAD (1) LA TIERRA ROJA (1) LA TRAMA CELESTE (1) LA TRÁGICA HISTORIA DEL DOCTOR FAUSTO (1) LA VENTANA ABIERTA (1) LA VENUS DE ILLE (1) LA VISITA QUE J. H. OBERHEIT HACE A LAS TEMPIJUELAS (1) LAGARTIJA (1) LAGRIMAS Y RISAS (1) LAGRIMAS Y SONRISAS (1) LAS BECADAS (1) LAS DOS PRINCESAS (1) LAS GRANADAS (1) LAS HOJAS SECAS (1) LAS LEYES (1) LAS PERVERSAS CRIATURAS DE SERGIO LAIGNELET (1) LAS RANAS (1) LAS RATAS DEL CEMENTERIO (1) LAS REVELACIONES DE BECKA PAULSON (1) LAS TUMBAS DE TIEMPO (1) LEOPOLDO LUGONES (1) LEYENDA DE LA CALLE DE NIÑO PERDIDO (1) LEYES DE DROGAS (1) LIBRO DE LA DUALIDAD (1) LIBRO DE LA IGNORANCIA (1) LIBRO DEL AMOR (1) LILIHT (1) LOS AGUJEROS DE LA MASCARA (1) LOS CANGREJOS CAMINAN SOBRE LA ISLA (1) LOS CLANES DE LA LUNA ALFANA (1) LOS CONSTRUCTORES (1) LOS CUATRO HERMANOS LUNARES (1) LOS DOS CAZADORES (1) LOS DOS HERMANOS (1) LOS DOS POLÍTICOS (1) LOS DOS ÁNGELES (1) LOS HOMBRES QUE ASESINARON A MAHOMA (1) LOS HOMBRES QUE BAILAN CON LOS MUERTOS (1) LOS HUÉSPEDES -- SAKI (1) LOS IMPOSTORES (1) LOS SIETE PUENTES (1) LOS VEINTICINCO FRANCOS DE LA SUPERIORA (1) LOS ÁRBOLES DEL AZUL (1) LSD (1) LUZIFER (1) La Acacia (1) La Aureola Equivocada (1) La Callejuela Tenebrosa (1) La Campaña (1) La Casa Croglin (1) La Casa De Los Espíritus (1) La Caza de Hackers (1) La Ciudad (1) La Cámara De Los Horrores (1) La Cámara de los Tapices (1) La Entrada Del Monstuo (1) La Estatua de Sal (1) La Extraña Cabalgada De Morowbie Jukes (1) La Fiera Y La Bella (1) La Leyenda De San Julian El Hospitalario (1) La Liberación de la Bella Durmiente (1) La Luna Nueva (1) La Magia (1) La Mandrágora (1) La Mascarada (1) La Muerte Enamorada (1) La Máscara de la Muerte Roja (1) La Palida Esposa De Toussel (1) La Pradera Verde (1) La Pócima Vudú De Amor Comprada Con Sangre (1) La Torre del Elefante (1) La Tregua (1) La Vérité (1) La bahía de las corrientes irisadas (1) La capa (1) La casa de Cthulhu (1) La casa del hacha (1) La casa hechizada (1) La catacumba (1) La condena (1) La cultura del miedo (1) La dama de compañía (1) La familia de Pascual Duarte (1) La guadaña (1) La hija del árbol (1) La llave de plata (1) La lucha por la vida I (1) La lucha por la vida II (1) La lucha por la vida III (1) La mansión de las rosas (1) La mañana verde (1) La muerte del borracho (1) La mujer de Dennis Haggarty (1) La mujer del bosque (1) La máquina del sonido (1) La novia del ahorcado (1) La parra (1) La pregunta (1) La reina estrangulada (1) La soledad del escritor en el siglo XXI (1) La sombra de Eva (1) La sombra que huyó del capitel (1) La sombra que huyó del capitel. los mitos de cthulhu (1) La sombra que huyó del chapitel (1) La vampiro española (1) La ventana en la buhardilla (1) La vida de la muerte (1) La vida en las trincheras del Hiperespacio (1) La vida nueva (1) Lain (1) Las botas mágicas (1) Las figurillas de barro (1) Las imprudentes plegarias de Pombo el idólatra (1) Las mandrágoras (1) Las once mil vergas -- Guillaume Apollinaire -- Advertencia (1) Las palabras mágicas (1) Las puertas del Valhalla (1) Lawrence C.Conolly (1) Leigh Brackett (1) Lestat (1) Ley y Orden (1) León Tolstoi (1) Libro de Buen Amor (1) Libro de Eibon (1) Lilitú (1) Lista de los demonios en el Ars Goetia (1) Llegado desde el infierno (1) Lluvia Negra (1) Lord of the Flies (1) Los Crímenes de la Rue Morgue (1) Los Elementales (1) Los Nueve Pecados Satánicos (1) Los Poemas Ocultos (1) Los cazadores de cabezas (1) Los colmillos de los árboles (1) Los comedores de lotos (1) Los gatos de Père Lachaise (1) Los hijos de Babel (1) Los príncipes demonio I (1) Los reploides (1) Los árboles parlantes (1) Lotófagos (1) Luana (1) Luis Enrique Délano (1) Luisa Axpe (1) Lydia Cabrera (1) Lyman Frank Baum (1) M .R. James (1) MACHISTAS (1) MAESE LEONHARD (1) MAGICO (1) MANUSCRITO ENCONTRADO EN UNA BOTELLA DE CHAMPAGNE (1) MAQUIAVELO (1) MARIDOS (1) MARIO VARGAS LLOSA (1) MARY W. SHELL (1) MAS ALLÁ DEL MURO DEL SUEÑO (1) MAUPASSANT. AHOGADO (1) MAUPASSANT. ADIOS (1) MAUPASSANT.EL AFEMINADO (1) MAUPASSANT.EL ALBERGUE (1) MEN IN BLACK (1) METAMORFOSIS (1) MI MONSTRUO DE OJOS SALTONES (1) MI RESPETADO SUELO DURMIENTE (1) MINICUENTOS ESCALOFRÍO (1) MULTIPLICACIÓN. (1) Mage La (1) Magia menor (1) Manual de zoología fantástica (1) Manuel González Noriega (1) Mao (1) Marcel Proust (1) Margaret A. Murray (1) Margarita Guerrero (1) Margaritas Fredric Brown Daisies (1) Marguerite Duras (1) Mario Benedetti - La noche de los feos (1) Mario Benedetti - Ni Cinicos Ni Oportunistas (1) Mario Flecha (1) Marx (1) Mary Shelley. (1) Mary Wolfman (1) Marzo Negro (1) Matrix (1) Maxim Jakubowski (1) Maximiliano Ferzzola (1) Me siento sola (1) Memnoch El Diablo (1) Memoria de Crímenes (1) Memorias de un moribundo (1) Mentalismo (1) Metadona (1) Metzengerstein (1) Mi Querida Muerte (1) Miguel de Cervantes Saavedra . NOVELA (1) Miguel de Cervantes Saavedra . NOVELA LA GITANILLA (1) Mitología hebrea (1) Monopolio (1) Montado en la bala (1) Mujer de pie (1) MundoDisco (1) My buddy (1) MÁSCARAS (1) Más allá de los confines del mundo (1) Más vasto que los imperios (1) Máximo Torralbo (1) Música (1) NARRACIONES OCULTISTAS (1) NEGLIGENCIA (1) NO MIRES ATRÁS (1) NOTICIAS (1) NOTICIAS DEL MAS ALLA (1) NUL-O (1) Nathaniel Hawthorne (1) Necrológica (1) Neil Olonoff (1) Nelly Kaplan (1) Neuromancer (1) Ni Cinicos Ni Oportunistas (1) Ni Corruptos Ni Contentos (1) Nicolás Maquiavelo (1) Nieto de un verdugo (1) Nightmares and dreamscapes (1) Nikolàj Semënovic Leskov (1) No Despertéis a los Muertos (1) No Tengo Boca. Y Debo Gritar (1) No a la censura (1) No te Salves (1) No tocarte (1) Nona (1) Novela de terror (1) Nyarlathotep (1) Nyarlathotep el Terrible (1) O V I D I O (1) OLIVER ONIONS (1) ORGIAS (1) ORISHAS (1) OSCURA Y FRIA NOCHE (1) Opinion Personal (1) Otros mundos. otros dioses (1) PACIENTE BERLIN (1) PACTO (1) PACTOS DIABOLICOS EN FLORES PACTOS DIABOLICOS EN FLORES (1) PALABRAS (1) PAPÁ BENJAMIN (1) PARANOYAS (1) PARCAS (1) PARTE 1 (1) PATTI SMITH (1) PAZ CONTAGIOSA (1) PAZ Y GUERRA (1) PELIGROS DEL SATANISMO (1) PINOSANGUINOCHETBURUNDA (1) PLURIEMPLEO (1) POBRE (1) POE Y OTROS (1) POEMA INDIO (1) POEMA VAMP (1) POEMAS ÚLTIMOS (1) POEMÊ (1) POIROT INFRINGE LA LEY (1) POQUITA COSA (1) POR LA SANGRE ES LA VIDA (1) PRELUDIOS (1) PREMIOS (1) PROCESO (1) PRÍNCIPE Y MENDIGO (1) PUERTA AL INFIERNO SANGRE EN EL CIELO (1) PUNK (1) PUNTO DE PARTIDA (1) PUTA (1) Padma Sambava (1) Padre fundador (1) Para las seis cuerdas (1) Parricidios (1) Patakí De Ofún (1) Patrick Süskind (1) Paulo Navas (1) Pecados capitales (1) Pedro Pastor (1) Pelotón D (1) Pequeña Antología (1) Pesadilla (1) Pete Adams (1) Peter Shilston (1) Peter Valentine Timlett (1) Peter Wake (1) Philaréte Chasles (1) Poema de amor a una chica que hacía striptease (1) Poemas Completos (1) Poemas Malditos (1) Poemas de Gilgamesh (1) Poemas de amor (1) Porthos (1) Primer amor (1) Primera parte (1) Primera parte 2 (1) Prosper Mérimée (1) Protesta Anonima General (1) Proyección (1) Príncipe (1) Príncipe de las tinieblas (1) Próxima Centauri (1) Pseudomonarchia Daemonum (1) Psiquismo (1) Punch Drunk (1) QUE DIFÍCIL ES SER DIOS (1) R. E. HOWARD (1) R. W. Chambers (1) R.E.3 (1) RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA (1) REANIMADOR (1) REGIONES APARTADAS (1) RELATOS DE TERROR (1) RENZO (1) RETRANSMISION ETERNA (1) RIMA VII (1) RIMA XXXVIII (1) RITUALES SATANICOS (1) ROBERT LOUIS STEVENSON (1) ROBOT CITY (1) ROLL AND ROLL (1) ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE (1) Raymond J. Martínez (1) Reaper (1) Recetas (1) Respuesta del Forastero (1) Reto (1) Retoños (1) Reventando el sistema (1) Rhea (1) Richard Bellush (1) Richard Calder (1) Richard Shrout (1) Richelieu (1) Ritos (1) Rituales con los ángeles (1) Robert Ervin Howard (1) Robert Ervin Howard: Un Recuerdo (1) Rochefort (1) Rockefeller (1) R’Iyeh (1) S. SV - XVIII (1) SALIDA DEL EDEN (1) SALVAME (1) SATANICo (1) SATÁN (1) SECTAS SATÁNICAS (1) SECUESTRO HOCHSCHILD (1) SEHNSUCHT (1) SETENTA (1) SIDDHARTA (1) SIN TON NI SON (1) SLAN (1) SOBRE LA ARENA (1) SORTEOS (1) SORTILEGIO DE OTOÑO (1) STANLEY CEPILLO DE DIENTES (1) STÉPHANE MALLARMÉ (1) SUEÑOS (1) Sandy Lopez Juarez (1) Santa Teresa de Ávila (1) Saquitos (1) Segador (1) Segunda parte (1) Serial Experiments Lain (1) Sharon N. Farber (1) Si Viene Damon (1) Siembra de Marte (1) Siglo XV (1) Silent Möbius (1) Simbiótica (1) Skull and Bones (1) Sobre Todo Madrid (1) Sociedad Thule (1) Sociedad Vril (1) Soy Leyenda (1) Soy la Puerta (1) Stalin (1) Stanley G. Weinbaum (1) Stanley Weinbaum (1) Stephen Vincent Benet (1) Supieras... (1) SÍMBOLO DE BALPHOMET (1) TALENTO (1) TOBERMORY (1) TOMBUCTÚ (1) TONTOS (1) TRAGEDIAS (1) TRATADO ESOTÉRICO DE TEURGIA (1) TRES DIOSES Y NINGUNO (1) TRES REGALOS (1) TRINITY BLOOD (1) TROPAS DEL ESPACIO (1) TU FRIALDAD (1) Tanith Lee (1) Taveret (1) Teatro de Crueldad (1) Templarios (1) Tercera parte (1) Tercera parte 2 (1) Terror en el espacio (1) Terry Carr (1) Terry Pratchett (1) Tetas (1) The Green Meadow (1) The Lilim (1) The Matrix (1) The Reward (1) The dead beat (1) The garden of time (1) The green morning (1) Theodore Sturgeon (1) Thomas Burnett Swann (1) Théàtre des Vampires (1) Tierra extraña (1) Tokio (1) Totemismo (1) Transmisión (1) Transmutación Transferencia Misticismo Desarrollismo (1) Trigun (1) Tsathoggua (1) Términos (1) U N C A M I N O A L A L U Z D E L A L U N A (1) UN AS DEL AJEDREZ (1) UN ASESINATO (1) UN COMPENDIO DE SECTAS (1) UN DIA EN EL REFLEJO DEL ESPEJO (1) UN LUGAR DE LOS DIOSES (1) UN MENSAJE IMPERIAL (1) UN OLOR A MUNDO (1) UN SEÑOR MUY VIEJO CON UNAS ALAS ENORMES (1) UN SUEÑO (1) UNA CONFLAGRACION IMPERFECTA (1) UNA ISLA (1) UNA ODISEA MARCIANA (1) UNA PEQUEÑA FABULA (1) UNA TARDE EN LO DE DIOS (1) UNA TUMBA SIN FONDO (1) URSULA K. LEGUIN (1) USA (1) USURPACIÓN DE DERECHOS DE AUTOR (1) Un crimen fuera de lo corriente (1) Un día en el confín del Mundo (1) Un escándalo en Bohemia (1) Un escándalo en Bohemia sir Arthur Conan Doyle (1) Un manifiesto Cyberpunk (1) Un marido ideal (1) Una carta abierta a H. P. Lovecraft (1) Una confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II (1) Una cuestión de identidad (1) Universo desierto (1) Ursula K. Le Guin (1) Utopía (1) V I N C E N T V A N G O G H (1) VENGANZAS (1) VESTIDURAS (1) VIEJO VINO (1) VIH-SIDA (1) VINTAGE (1) VITTORIO EL VAMPIRO (1) VIVIDOR A SU PESAR (1) VIVOS (1) VOLUMEN 1 (1) VOLUMEN 1parte 2 (1) Valencia (1) Valencia nocturno (1) Venganzas Y Castigos De Los Orishas (1) Viaje a la semilla (1) Viktor Saparin (1) Villiers de L'Isle (1) Villiers de L'Isle Adam (1) Vivian Meik (1) Voces de la Oscuridad (1) Von Junzt (1) Vuelto a nacer (1) Víctor Hugo (1) W.W. Jacobs (1) WHITE (1) WHITE ZOMBIE (1) Walter Scott (1) WannaFlock (1) Ward Moore (1) Weird Tales (1) Wendigo (1) Wilfred Blanch Talman (1) William Golding (1) William H. Hogdson (1) William Irish (1) William Shakespeare (1) Winifred Jackson (1) Wlliam Shakespeare (1) Wood'stown (1) Y cada día nos cuesta más soñar. (1) YERMA (1) YING-YANG (1) YO OS SALUDO (1) YVETTE (1) Yasutaka Tsutsui (1) Yra Reybel (1) YulyLizardi (1) ZOMBIE (1) ZOTHIQUE (1) Zenna Henderson (1) Zuzana_dt666(arrova)hotmail.com (1) a dreamer`s tales (1) a la caza (1) abducciones (1) abortivo (1) abstractos (1) aceite de perro (1) acerca de nyarlatoted (1) acido (1) actual (1) actualizacion 4.0 (1) adicción (1) adios (1) adolfo (1) agathos (1) aguelles (1) ahogado (1) al pueblo hebreo (1) alcacer (1) aldoux huxley (1) aleksandr (1) alfa (1) algo sobre los gatos (1) algunas formas de amar (1) ali-baba y los cuarenta ladrones (1) almas (1) alto (1) amante fantasma (1) amateur (1) ambiente (1) amor . i love... (1) amy foster (1) analogia (1) anarko-undergroud (1) anarquía (1) anecdota (1) angel (1) angela (1) angeles guardianes (1) angelustor (1) animales racionales (1) animas (1) ann (1) anonimos (1) antes del espectaculo (1) antifona (1) antiguos (1) anton (1) antropologia de la muerte (1) apariciones (1) apocalipsis 2012 (1) apocalipsis-ficcion (1) apocapocalipsis (1) apocrifos (1) aqui hay tigres (1) aqui vive el horror (1) arcangel negro (1) archivos (1) arde (1) arfego (1) arkham (1) armagedon (1) armando (1) armas (1) arqueologia (1) arquetipo (1) arquitectura (1) arrebatado (1) articulo (1) articulos (1) artista gotica (1) asesino (1) asesino en serie (1) asesinos (1) asfódelo (1) ashkin (1) atlantida (1) auto de fe (1) autobiografia carcelaria (1) autores (1) avalon (1) avatar (1) ayuda alienigena (1) bajo (1) bajo la piramide (1) barrilamontillado (1) bdsm (1) berenice (1) berkeley (1) berlin (1) bert-sellers (1) biblia (1) bibliografia (1) bien (1) biotecnologia (1) blanco y negro (1) blog (1) blogs (1) blood canticle (1) bloods (1) boemios (1) boix (1) books of bloods (1) bram (1) brenda (1) breve (1) bruja (1) brujas y ovnis (1) bublegum (1) budhismo (1) budismo (1) bukoski (1) cabalista (1) cabalistico (1) caballeros de Jerusalén (1) caballeros de tabla redonda (1) campbell (1) cancion (1) canciones (1) canibal (1) canto (1) canto vii (1) cantos (1) caotico (1) capilla (1) capitulos eliminados (1) capuletos montescos (1) carl sagan (1) carlo frabetti (1) carta a colin wilson (1) casa tomada (1) catacumbas (1) causas (1) cd (1) celebres (1) celta (1) cementerio (1) cenizas (1) censura (1) centinela (1) cesar vallejo (1) charles (1) charles fort (1) charlotte mew (1) chulhut (1) ciber (1) cibercultura (1) ciencias de la educación (1) cinico (1) circulo (1) claro de luna (1) cocaína (1) coeficiente intelectual (1) coelho (1) coleccion relatos de terror (1) collins (1) color (1) comentarios (1) como ser un gran escritor (1) completo (1) compramos gente (1) concepto gotico (1) concilio de rivendel (1) condecorado (1) confesion (1) conocer (1) contemporaneo.1863 (1) control de las informaciones (1) conversacion (1) correspondencias sephirothicas (1) corrupcion (1) costumbre (1) crackanthorpe (1) creador (1) creencias (1) crimenesdelamor (1) cripta (1) cristiana (1) cristiano (1) cronicas marcianas (1) cronopios (1) cubres borrascosas (1) cuento clásico de terror (1) cuento extraño (1) cuento macabro (1) cuento terror (1) culto secreto. algernon lackwood (1) cultura (1) curita (1) cyberglosario (1) cyborg (1) cíclopes (1) dactilo (1) dalia negra (1) damon knight (1) daniel defoe (1) darex (1) darex vampire (1) darg (1) dark art (1) darks (1) data desde el siglo X hasta el XV (1) david lake (1) de kadath el desconocido (1) de leng en el frio yelmo (1) de los antiguos y su simiente (1) de los diversos signos (1) de los tiempos y las epocas que deben observarse (1) debilidades (1) definiciones (1) delicioso dolor (1) demonios sin cuernos (1) demons (1) demons et merveilles (1) dendrofilia (1) dependencia (1) dependencia de las computadoras (1) depresion (1) derleht (1) derleth (1) desamparado en el infierno (1) desaparición (1) descanso (1) desconocido (1) descubrimiento (1) desintoxicación (1) desmembramiento (1) desolacion (1) devil doll (1) diablos internos (1) diabolico (1) diabolos (1) diccionario de los infiernos (1) dicho (1) dickens (1) dictadores (1) dictionarie infernal (1) dikens (1) diligencias (1) dinero (1) diosa (1) diosas madres (1) discipulos (1) disculpas (1) dolor-fiel amigo (1) dominio publico (1) dorian gray (1) down (1) dowson (1) doyle (1) dragones (1) dramaturgo (1) droga (1) duende (1) e l v a m p i r o (1) e-mails (1) e.a.poe (1) e.t.a. hoffman (1) eclipse (1) ecuador (1) eddy (1) edicion fria (1) el ahogado mas hermoso del mundo (1) el alberge (1) el alfabeto de nug-soth (1) el amo de moxon (1) el angel (1) el arbol (1) el arbol de la bruja (1) el arma (1) el arpa (1) el artista (1) el auxiliar de la parroquia (1) el avaro (1) el ayunador (1) el barbero de bagdad (1) el coco (1) el cohete (1) el conde dracula (1) el contejo de anthony garstin (1) el corazon de la señorita winchelsea (1) el dia de los trifidos (1) el diablo en la botella (1) el dios caballo (1) el duende (1) el enamorado y la muerte (1) el engendro maldito (1) el entierro de las ratas (1) el estatuto de las limitaciones (1) el fantasma (1) el grabado de la casa (1) el gran dios pan (1) el hechizo mas fuerte (1) el hombre (1) el hombre del cohete (1) el horror de dunwich (1) el horror de salem (1) el huesped de dracula (1) el huracan (1) el intruso (1) el ladron de cadaveres (1) el libro de los condenados (1) el manuscrito (1) el manuscrito de un loco (1) el martillo de vulcano (1) el mercado de niños (1) el milagro secreto (1) el misterio de las catedrales (1) el monte de las animas (1) el mortal inmortal (1) el mundo (1) el mundo avatar (1) el mundo poseido (1) el negro (1) el otro pie (1) el padre escrupuloso (1) el poder de las palabras (1) el pozo y el pendulo (1) el principe (1) el principe feliz (1) el puente del troll (1) el que se enterro (1) el que tenia alas (1) el rayo que no cesa (1) el regreso del brujo (1) el retrato oval (1) el saber del sueño (1) el secreto del barranco de macarger (1) el sello de yog-sothoth (1) el señor de las moscas (1) el señor de los anillos (1) el temple (1) el tenorio (1) el ungüento de khephens el egipcio (1) el veto del hijo . thomas hardy (1) el viejo terrible (1) el visitante (1) el visitante del cementerio (1) el zorro y el bosque (1) elias (1) elizabeth gaskell (1) email (1) emisarios (1) en las montañas alucinantes (1) en las montañas de la locura (1) encantamientos (1) enfermedad (1) engaño (1) enrique andersont imbert (1) ente (1) entrad a mi reino (1) enviados (1) epilogo (1) equivocado (1) eric lavin (1) escapar (1) escrito (1) escrito 1514 (1) escritura (1) escuela (1) esoterico (1) espacio-tiempo (1) españolito que vienes al mundo (1) especial (1) espiritus rebeldes (1) essex (1) esteban echeverria (1) estetica (1) etchinson (1) evangelion (1) evangelista (1) excluidos (1) experimental (1) extractos (1) extraño (1) fantasticas (1) favole (1) feeds (1) felicidad (1) filtros (1) fin del mundo (1) final (1) fondos (1) foro (1) fosas comunes (1) fracmento (1) fragmento (1) fragmentos .las mil y una noche (1) frances (1) francisco (1) francisco umbral (1) frases celebres (1) fredo (1) free (1) fructuoso de castro (1) fulcanelli (1) funciones (1) futurista (1) fuy un profanador de tumbas adolescente (1) gabriela mistral (1) gai (1) galsworthy (1) gaston leroux (1) geirtrair-la desmembradora (1) geometria euclediana (1) george gissing (1) georgie porgie (1) ghost (1) gor­gonas (1) goth darknes (1) gothh (1) gothico (1) gothnight (1) goticas (1) gotico-victoriano (1) grimorio (1) guerraarte (1) guerras (1) guerras espirituales (1) guillermo (1) gusana_0520(arrova)hotmail.com (1) gustavo adolfo bequer (1) gótica (1) gótico (1) hambre (1) hara-kiri (1) harian (1) hay que aguantar a los niños (1) hebrea (1) hechiceria (1) hecho real (1) helena (1) helene hannf (1) henry james un dia unico (1) herlink harland (1) heroina (1) hilanderas (1) hill house (1) hipertexto (1) historia de amor (1) historia de vampiros (1) historia desconocida del cannabis (1) historia gotica (1) historia gotica cañi (1) historia terror (1) historias vampiricas (1) hombre oscuro (1) horacio (1) houdini (1) howard p.lovecraft (1) http://www.youtube.com/watch?v=qGuF-_SIYnc (1) huellas (1) hugo mujica (1) ian watson (1) ibañez (1) identidades (1) ignacio almada (1) imagenes . art (1) imagenes de culto (1) imagenes malditas (1) imagenes.blogdiario.com (1) inconvencional (1) ineditos (1) inez wallace (1) infiledidades (1) inhumano (1) instrucciones (1) intolerancia (1) inusual (1) invocacion (1) invocacion satanica (1) invocaciones (1) iq (1) irreal (1) isabel allende (1) isidro marin gutierrez (1) j.w. goethe (1) jack womack (1) japan/spain (1) jay anson (1) jazz (1) jinetes del apocalipsis (1) joan aiken (1) john marks (1) johnathan y las brujas (1) johnson spencer (1) jose maria aroca (1) jose martin (1) joseph conrad (1) juan g. atienza (1) juan marino (1) judeo-mesopotamica (1) juez (1) justicia (1) juventud (1) kabala (1) kamasutra (1) kipling (1) klein (1) kons (1) la abjuracion del gran cthulhu (1) la aventura de los coches de punto (1) la boda de john charrington (1) la busqueda de iranon (1) la caida de la casa usher (1) la casa vacia (1) la cisterna (1) la cueva de los ecos (1) la cueva de malachi (1) la dama de las sombras (1) la demanda de las lagrimas de la reina (1) la desolacion de soom (1) la divina comedia (1) la durmiente (1) la encina (1) la esfinge sin secreto (1) la flor del membrillo (1) la formula de dho-hna (1) la futura difunta (1) la gran ramera (1) la gran ramera : ICCRA (1) la guarida (1) la hija de ramses (1) la hija del tratante de caballos (1) la historia de moises y aone (1) la hora final de coffey (1) la invencion de la soledad (1) la ironía (1) la lampara de alhazred (1) la larva (1) la leyenda de esteban (1) la llamada de chylhu (1) la luns nueva (1) la mano (1) la mano disecada (1) la mezcladora de cemento (1) la misa del ateo (1) la montaña de la locura (1) la nave blanca (1) la noche de los tiempos (1) la playa (1) la playa y la muerte (1) la politica del cuerpo (1) la pradera (1) la prueba del amor (1) la puerta del señor de maletroit (1) la rabia (1) la resurreccion de los muertos (1) la rosa del vampiro (1) la sal de la tierra (1) la siesta de un fauno (1) la sombra del desvan (1) la sombra del lago (1) la tos (1) la vela carmesi (1) la venta de los gatos (1) la venus de las pieles (1) la voz de hastur (1) lady (1) las 3.47 de la madrugada (1) las almas de animales muertos (1) las gemelas asesinadas (1) las islas voladoras (1) las joyas (1) las manos de coffey (1) las niñas de alcacer (1) las parcas (1) las piedras magicas (1) latin (1) lawrence (1) lectura (1) lecturas para el baño (1) leonora (1) lesli_paloma_estrella(arroba)hotmail.com (1) letanias de satan (1) levi (1) leviatan (1) leyenda del valle dormido (1) lhiliht-La novia de Corinto (1) li po (1) libre (1) libro cuarto (1) libro de la vida (1) libro de los vampiros (1) libro de poemas (1) libro decimo (1) libro septimo (1) ligeia (1) lilit (1) limpio (1) linkmesh.com (1) lirics (1) listado (1) literatura sucia (1) lo grotesco (1) lobos (1) londres (1) lores (1) los alfileres (1) los cuatro jinetes del apocalipsis (1) los despojos (1) los desterrados (1) los devoradores del espacio (1) los espadachines de varnis (1) los infortunios de la virtud (1) los primigenios (1) los secretos del corazon (1) los suicidios (1) los superjuguetes duran todo el verano (1) lovecrat (1) lover (1) luis cernuda (1) luis fernando verissimo (1) lullaby (1) lyrics (1) madame D (1) madre de serpiente (1) madres (1) maestros del terror (1) magacine (1) magia (1) magia blanca (1) magia eclesiastica (1) mal (1) maleficios (1) manera de vivir (1) manga (1) manifiesto subrealista (1) manuscrito (1) manuscritos del mar muerto (1) maria en distintas religiones (1) marques de sade (1) martir (1) marvel (1) mas alla del muro de los sueños (1) mas alla del muro del sueño (1) mas visitadas (1) matanzas de polonias (1) maters (1) matriarcado (1) matrimonio del brigadier (1) maupassant.gotico (1) maximo torralbo (1) meditacion (1) memoria (1) memorias (1) memorias de una princesa rusa (1) mentiras iglesia catolica (1) mi lamento (1) mi raza (1) midi (1) mil y una noche (1) minicuentos (1) miseria campesina (1) misiva (1) mistico (1) mitologia (1) modernizacion (1) moderno (1) moliere (1) moradas (1) moradores (1) morgana (1) morirse de amor (1) morphinoman (1) mortician corpse (1) moscu (1) movil (1) msn (1) muete roja (1) mundo muerto (1) mutante (1) nExTuz (1) narrativa completa (1) naturalista (1) necropolis (1) negocios (1) negra (1) negro (1) negromantico (1) neo (1) neo-historia-futurista (1) neo-nazi futurista (1) neoclasical (1) neon (1) nesbit (1) neuquen gaston (1) new york (1) nicolas maquiavelo (1) nikolaj vasilievic gogol (1) ninfos (1) niño (1) niñosfantasia (1) no tengo boca y debo gritar (1) noche ahogadora... (1) normal (1) nota;lectura (1) novelas cortas (1) nueva frontera (1) nueva jerusalem (1) nueve (1) o manual practico do vampirismo (1) obra ficticia. (1) obsesiones (1) obsesivo (1) odin (1) ohann L. Tieck (1) oinos (1) ola de violencia (1) olonoff (1) omega (1) opio (1) oracion a la diosa liliht (1) orden (1) oscura (1) oscuridad (1) oscuro.imagenes (1) otros (1) paciencia (1) pactos (1) paganos (1) paginas goticas (1) pandilleros (1) para componer el incienso de kzauba (1) para convocar a shub-niggurath (1) para el conjuro de las esferas (1) para erguir las piedras (1) para forjar la cimitarra de barzay (1) para hacer el polvo de ibn ghazi (1) para invocar a yog-sothoth (1) parabola (1) parabola de las prisiones (1) paracelso (1) paradoja (1) paradojico (1) paranormal (1) parodia (1) parte1 (1) pasajero (1) pasajeros (1) pasion (1) paul (1) pecado (1) pekiz (1) pendulo (1) pensamientos y meditaciones (1) pequeña antologia (1) pequeños mosnstruos (1) perder los nervios o la cabeza (1) perdida (1) perdon (1) perez (1) pero las nubes nos separan (1) personalidad multiple (1) personas (1) pespectivas paranoicas (1) picassa (1) piezas condenadas (1) pigmeos (1) pin-pon (1) plagas (1) plegaria (1) plumas etereas (1) poder policial (1) poema dolor (1) poema novel (1) poemario (1) poemas vampiricos (1) poesia completa (1) poesia popular rusa (1) poesia sucia (1) poeta (1) poetry (1) policia (1) policia 1999 (1) policia del pensamiento (1) polidori (1) pop (1) pop art (1) por fin se hace justicia (1) por ti (1) portugues (1) posguerras (1) postestades (1) pozo (1) practicas (1) pratchett (1) preambulos (1) premoditorio (1) primer temor (1) primeros tiempos (1) primigenios (1) primordiales (1) principados (1) principio (1) principio del mundo (1) prosapoema (1) prostibulo (1) prudencia (1) psiquicos (1) pubertad (1) pura y dura (1) pushkin (1) querubines (1) quien se ha llevado mi queso (1) quija (1) quimeras (1) quimica (1) quincalla (1) quiroga (1) raciocinio (1) racismo (1) radicalismo religioso pentecostal (1) radios (1) rafael lopez rivera (1) raices (1) rea silvia (1) realidad alternativa (1) realismo del subrealismo (1) realismo sucio (1) rebote (1) recopilaciones (1) recuerdos (1) red (1) redsatanica (1) referencias (1) registro (1) registro exoterico (1) rehabilitacion de marginados (1) rehabilitacion de toxicomanos (1) reino gótico (1) relato gotico (1) relato gotico de amor (1) relato negro (1) relato oscuro (1) relato.horror (1) relatos cortos (1) relicario de tinieblas (1) religioso (1) relojero (1) remar (1) renegado catolicamente (1) requien por un dios mortal (1) reseñas (1) residuos (1) restaurantes (1) retazo (1) retrato (1) robert e.howard (1) rocio (1) romance (1) romance de lobos (1) romeo y julieta (1) ropas viejas (1) rosaroja (1) ruinas (1) rumores blasfemos (1) rusos (1) sacher-masoch (1) sacramento (1) sacrilegium (1) sadman (1) salamandras (1) san juan (1) san petesburgo (1) santa compaña (1) santa parca (1) satanas vende objetos usados (1) satanica (1) satanicos (1) satanizarus (1) sbrealismo (1) sectario (1) seleccion de poemas (1) semilla negra (1) sentido (1) sephirotico (1) sepulveda (1) ser (1) seven (1) sexo (1) señales (1) shirley jackson (1) sigils (1) significado (1) silfos (1) simbolgia (1) simbolica (1) similitud (1) sin cortes (1) sin identidad (1) sindbab el marino (1) sinfonica (1) sion (1) sir Arthur Conan Doyle (1) sires (1) sistema (1) sistina (1) situacion (1) slideshow (1) snuff (1) snuff movie (1) socrates (1) soledad (1) soluciones (1) song (1) sordo.mudo y ciego (1) stan rice (1) stevenson (1) stocker (1) strange (1) subconciente (1) subcubo (1) submundo del terror (1) sueños de nombres muertos (1) sueños difusos (1) sueños fobicos (1) sumeris (1) sunis (1) supersticiones (1) surrealism (1) surrealista (1) suttas (1) szandor (1) tarot.vida (1) tatuaje (1) te degollare de nuevo kathleem (1) te quiero puta (1) te sientas bien (1) teem (1) telato (1) telequinesico (1) temas (1) temas varios (1) tematicos (1) temor (1) terror desconocido (1) terror supertiscioso (1) terror.gotico (1) testimonio (1) texas (1) texto de un comentario (1) texto satanico (1) thackeray (1) the black cat (1) the haunting (1) the number in the best (1) tiempo (1) tierra de vampiros (1) tiros de gracia (1) tisera martin (1) todo depende de un cabello (1) todocharlas (1) toledo (1) tolkien (1) tomo3 (1) tortura (1) trabajos (1) traduccion (1) trailer (1) trainspotting (1) transilvania (1) tres-fechas (1) tribunales rusticos (1) triste (1) trollope (1) ubbo-sathla (1) un adios (1) un asunto de otro tiempo (1) un beso (1) un dia de campo (1) un hijo (1) un hombre (1) un naufragio psicologico.laguna mental (1) un poco de lejia en polvo (1) un raton en el pasillo (1) una carta (1) una ejecucion espeluznante (1) una hija de ramses (1) una jaula para la muerte (1) una pequeña historia piadosa (1) una vez en la vida (1) una victima del espacio superior (1) unamuno (1) universo sin límites (1) vacuna vih/sida (1) valentine (1) valle inclan (1) valle o paraiso (1) vampira (1) vampirica (1) vampirismus (1) vampíricos.varios (1) van hellsing (1) varios. (1) vejez (1) velatorio (1) ven... (1) veneno del cielo (1) verdugos voluntarios (1) viajando (1) viaje nocturno (1) vida de un vagabundo (1) videoart (1) videopoema (1) villiers de l´isle-adam (1) violacion (1) vision del futuro remoto (1) visual (1) vittorio (1) voladores (1) vuelta (1) wallpapers (1) walpurgis (1) wasington (1) web`s oficiales (1) wells (1) william (1) winston sanders (1) within temptation (1) wmv (1) woody allen (1) wrong (1) y más lento (1) yhvh (1) yo andube con un zombie (1) ªparte (1) ¿De que escapaban nuestros dioses? (1) ¿QUIERE USTED ESPERAR? (1) ¿Tenian ombligo Adan y Eva? (1) ¿cantara el polvo tus alabanzas? (1) ¿quien mato a zebedee? (1) ÁNIMAS Y FANTASMAS. (1) Álvares de Azevedo (1) Época de siembra (1) ÍNDICE DE VARIAS HISTORIAS (1) ΩMEGΛ (1) अल अजिफ (1)

.