BLOOD

william hill

Seguidores

lunes, 29 de marzo de 2010

LOS MITOS DE CTHULHU -- VARIOS AUTORES -- HISTORIA DEL NECRONOMICOM

HISTORIA DEL NECRONOMICON (1936)

H. P. Lovecraft

Breve pero completo, resumen de la historia de este libro, de su autor, de diversas traducciones y ediciones desde su redacción (en el 730) hasta nuestros días.

Edición conmemorativa y limitada a cargo de Wilson H. Shepherd, The Rebel Press, Oakman, Alabama.

El título original era Al-Azif, Azif era el término utilizado por los árabes para designar el ruido nocturno (producido por los insectos) que, se suponía, era el murmullo de los demonios. Escrito por Abdul Al Hazred, un poeta loco huido de Sanaa al Yemen, en la época de los califas Omeyas hacia el año 700. Visita las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasa diez años en la soledad del gran desierto que se extiende al sur de Arabia, el Roba el-Khaliyeh, o "Espacio vital" de los antiguos, y el Dahna, o "Desierto Escarlata" de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus malignos y monstruos tenebrosos. Todos aquellos que aseguran haber penetrado en sus regiones cuentan cosas extrañas y sobrenaturales. Durante los últimos años de su vida, Al Hazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicon (Al-Azif) y por donde circulan terribles y contradictorios rumores sobre su muerte o desaparición en el 738. Su biógrafo del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asesinado por un monstruo invisible en pleno día y devorado horriblemente en presencia de un gran número de aterrorizados testigos. Se cuentan, además, muchas cosas sobre su locura. Pretendía haber visto la famosa IIrem, la Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de una inencontrable ciudad del desierto los anales secretos de una raza más antigua que la humanidad. No participaba de la fe musulmana, adoraba a unas desconocidas entidades a las que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu.

En el año 950, el Azif, que había circulado en secreto entre los filósofos de la época, fue traducido ocultamente al griego por Theodorus Philetas de Constantinopla, bajo el título de Necronomicon. Durante un sigo, y debido a su influencia, tuvieron lugar ciertos hechos horribles, por lo que el libro fue prohibido y quemado por el patriarca Michael. Desde entonces no tenemos más que vagas referencias del libro, pero en el 1228, Olaus Wormius encuentra una traducción al latín que fue impresa dos veces, una en el siglo XV, en letras negras (con toda seguridad en Alemania), y otra en el siglo XVII (probablemente en España). Ninguna de las dos ediciones lleva ningún tipo de aclaración, de tal forma que es sólo por su tipografía que por lo que se supone su fecha y lugar de impresión. La obra, tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el Papa Gregorio IX, en el 1232, poco después de que su traducción al latín fuese un poderoso foco de atención. La edición árabe original se perdió en los tiempos de Wormius, tal y como se dijo en el prefacio (hay vagas alusiones sobre la existencia de una copia secreta encontrada en San Francisco a principios de siglo, pero que desapareció en el gran incendio). No hay ningún rastro de la versión griega, impresa en Italia, entre el 1500 y el 1550, después del incendio que tuvo lugar en la biblioteca de cierto personaje de Salem, en 1692. Igualmente, existía una traducción del doctor Dee, jamás impresa, basada en el manuscrito original. Los textos latinos que aún subsisten, uno (del siglo XV) está guardado en el Museo Británico, y el otro (del sigo XV) se halla en la Biblioteca Nacional de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca de Wiedener de Harvard y otra en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic, en Arkham; mientras que hay una más en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente existían más copias secretas, y se rumoreaba persistentemente que una copia del siglo XV fue a parar a la colección de un célebre millonario americano. Existe otro rumor que asegura que una copia del texto griego del siglo XVI es propiedad de la familia Pickman de Salem; pero es casi seguro que esta copia desapareció, al mismo tiempo que el artista R. U. Pickman, en 1926. La obra está severamente prohibida por las autoridades y por todas las organizaciones legales inglesas. Su lectura puede traer consecuencias nefastas. Se cree que R. W. Chambers se basó en este libro para su obra El rey en amarillo.

CRONOLOGÍA

Al-Azif es escrito en Damasco en el 730 por Abdul Al-Hazred.

Traducción al griego con el título de Necronomicon, a cargo de Theodorus Philetas, en el 950

El patriarca Michael lo prohibe en el 1050 (el texto griego). El árabe se ha perdido.

En 1228, Olaus traduce el texto griego al latín.

Las ediciones latina y griega son destruidas por Gregorio IX en 1232.

En 14... (?) aparece una edición en letras góticas en Alemania.

En 15... (?) el texto griego es impreso en Italia.

En 16... (?) aparece la traducción al castellano del texto latino.

LOS MITOS DE CTHULHU -- VARIOS AUTORES -- LOS DEVORADORES DEL ESPACIO

LOS DEVORADORES DEL ESPACIO

Frank Belknap Long

(Título original: The Space Eaters)

Como señala el propio Derleth en su prólogo, existe un indudable paralelismo entre la mitología lovecraftiana y la cristiana, sobre todo en lo referente a la expulsión de los Primordiales (equivalente a la caída de los ángeles rebeldes) y a la secular lucha entre el Bien y el Mal. En el siguiente relato de F. B. Long, la conexión entre ambas mitologías se explicita abiertamente. Por otra parte, la narración es un claro homenaje a Lovecraft, hasta el punto de que roza la alusión directa.


1

El horror llegó a Partridgeville en forma de niebla impenetrable.

Toda aquella tarde, los espesos vapores del mar se habían arremolinado y remansado alrededor de la granja, y la humedad flotaba en la habitación en la que estábamos sentados. La niebla ascendía en espirales desde debajo de la puerta, y sus largos y húmedos dedos rozaban mi pelo hasta hacerlo gotear. Las ventanas de cuadrados cristales estaban cubiertas de una película espesa y perlada de humedad; el aire era pesado y denso e increíblemente frío.

Miré con tristeza a mi amigo. Se había vuelto de espaldas a la ventana, y escribía furiosamente. Era un hombre alto, delgado, algo cargado de espaldas y de hombros muy anchos. De perfil, su cara era impresionante. Tenía una frente extremadamente ancha, la nariz larga y la barbilla algo pronunciada; un rostro sólido, sensitivo, que sugería una naturaleza sobremanera imaginativa, reprimida por una inteligencia escéptica y auténticamente extraordinaria.

Mi amigo escribía relatos cortos. Lo hacía por placer, desafiando el gusto contemporáneo, y sus cuentos eran insólitos. Habrían encantado a Poe, y también a Hawthorne, a Ambrose Bierce o a Villiers de l'Isle Adam. Eran bosquejos de hombres anormales, de bestias anormales, de plantas anormales. Escribía sobre remotas regiones de imaginación y de horror, y los colores, ruidos y olores que se atrevía a evocar jamás se habían visto, oído ni olido bajo la cara familiar de la luna. Proyectaba sus creaciones sobre fondos estremecedores. Caminaban furtivas por entre los altos y solitarios bosques, subían a las agrestes montañas, bajaban vacilantes por las escalinatas de antiguas casas y andaban entre los bloques de los negros muelles corroídos.

Uno de sus cuentos, La casa del gusano, había inducido a un joven estudiante de la Universidad Midwestern a buscar refugio en un enorme edificio de ladrillo, donde a todos pareció natural que se sentase en el suelo y gritase a voz en cuello: «Mi bienamada es más pura que todas las lilas entre las lilas del jardín de las lilas.» Otro, Los corruptores, fue la causa de que recibiera ciento diez cartas indignadas de los lectores locales, cuando apareció en la Partridgeville Gazette.

Estaba yo mirándole todavía, cuando dejó de escribir súbitamente y sacudió la cabeza.

—No puedo —dijo—. Tendría que inventar un lenguaje nuevo. Y no obstante, puedo comprenderlo emocionalmente, intuitivamente, si quieres. Si al menos pudiese expresarlo en una frase, algo así como «el extraño reptar de su espíritu descarnado».

—¿Es algún nuevo horror? —pregunté.

Movió la cabeza negativamente.

—No es nuevo para mí. Lo conozco y lo siento desde hace años: es un horror absolutamente inconcebible para tu prosaico cerebro.

—Muchas gracias —dije.

—Todos los cerebros humanos son prosaicos —explicó—. No quería ofenderte. Son los sombríos terrores que acechan detrás y por encima de ellos, lo que es misterioso y espantoso. ¿Qué pueden saber nuestros pequeños cerebros de las vampiresas entidades que acaso acechan en dimensiones que están por encima de la nuestra, o más allá del universo de las estrellas? —Ahora me miraba con fijeza.

—¡Pero no puedes creer sinceramente en semejantes tonterías! —exclamé.

—¡Por supuesto que no! —sacudió la cabeza y rió—. Demasiado sabes que soy profundamente escéptico para creer en nada. He descrito meramente las reacciones de un poeta ante el universo. Si uno desea escribir historias espectrales y de verdad logra plasmar una sensación de horror, deberá creer en todo... y en cualquier cosa. Por cualquier cosa entiendo el horror que trasciende cualquier cosa, que es más terrible e imposible que nada. Debe creer que hay seres en el espacio exterior que pueden descender y cebarse en nosotros con una maldad capaz de destruirnos completamente: tanto corporal como espiritualmente.

»Pero ¿cómo podría describir esta monstruosidad del espacio exterior si no conoce su forma, tamaño y color?

»Es prácticamente imposible hacerlo. Eso es lo que yo he intentado... y he fracasado. Quizá algún día..., pero entonces, dudo que pueda conseguirlo. Aunque el artista puede insinuarlo, sugerirlo...

—¿Sugerir qué? —pregunté, un poco desconcertado.

—Sugerir un horror que es completamente extraterreno, que se deja sentir en términos que no tienen parangón alguno en la Tierra.

Yo aún estaba perplejo. El sonrió cansadamente, y explicó su teoría.

—Hay algo prosaico —dijo— aun en los mejores relatos clásicos de misterio y terror. La vieja señora Radcliffe, con sus subterráneos secretos y sus espectros ensangrentados; Maturin, con sus alegóricos héroes perversos del estilo de Fausto y sus llamas surgiendo de la boca del infierno; Edgar Poe, con sus cadáveres manchados de grumos de sangre y sus gatos negros, sus corazones delatores y sus Valdemares en descomposición; Hawthorne, con su divertida preocupación por los problemas y horrores derivados del mero pecado humano (como si los pecados humanos tuviesen algún significado para la maligna inteligencia de más allá de las estrellas). Luego, los maestros modernos: Algernon Balckwood, que nos invita al festín de los altos dioses y nos muestra a una vieja de labio leporino sentada ante un tablero mágico manoseando unas cartas manchadas, o un absurdo nimbo de ectoplasma emanando de algún estúpido clarividente; Bram Stoker con sus vampiros y hombres lobos, meros mitos convencionales residuos del folklore medieval; Wells, con sus vehículos, hombres peces del fondo del mar, damas de la luna; y el centenar de idiotas que escriben constantemente historias de fantasmas para revistas... ¿en qué han contribuido a la literatura de lo espantoso?

»¿No somos de carne y hueso? Es natural que nos rebelemos y horroricemos cuando se nos muestra la carne y los huesos en estado de corrupción y descomposición, con los gusanos pululando por debajo y por encima. Es natural que una historia que trata de un cadáver nos haga estremecer, nos llene de miedo y horror y repugnancia. Cualquier imbécil puede suscitar esas emociones en nosotros... Poe hizo bien poco con su lady Usher y su licuescente Valdemar. Recurrió a las simples, naturales y comprensibles emociones, y era inevitable que sus lectores respondiesen.

»¿No somos descendientes de los bárbaros? ¿No habitamos durante un tiempo en altos y siniestros bosques, a merced de las bestias que desgarran y destrozan? Es inevitable que temblemos y nos rebajemos cuando tropezamos en literatura con sombras tenebrosas de nuestro propio pasado. Harpías y vampiros y hombres lobos... ¿qué son sino ampliaciones, distorsiones de los grandes pájaros y murciélagos y perros feroces que hostigaban y torturaban a nuestros antepasados? Es muy fácil suscitar el miedo manejando tales medios. Es muy fácil asustar a los hombres con las llamas de la boca del infierno, porque son ardientes y consumen y queman la carne, y ¿quién no comprende y tiene miedo del fuego? Golpes que matan, fuegos que abrasan, sombras que horrorizan porque sus sustancias acechan perversamente en los negros corredores de nuestros recuerdos heredados... Estoy cansado de los escritores que nos aterrorizan con semejantes elementos patéticamente fáciles y triviales.

Una auténtica indignación fulguraba en sus ojos.

—¿Y si existiese un horror más grande? —prosiguió—. ¿Y si seres perversos de alguna otra parte del universo decidiesen invadir éste? ¿Y si no pudiésemos verlos? ¿Y si no pudiésemos percibir su presencia? ¿Y si fuesen de un color desconocido en la Tierra, o más bien, de un aspecto que careciese de color?

»¿Y si tuviesen una forma desconocida en la Tierra? ¿Y si fuesen tetradimensionales, o tuviesen cinco o seis dimensiones? ¿Y si tuviesen cien? ¿O no tuviesen dimensiones, y existiesen no obstante? ¿Qué haríamos?

»¿No existirían para nosotros? Existirían, si nos causaran dolor. ¿Y si no fuese el dolor del calor ni del frío ni de nada que conozcamos, sino un dolor nuevo? ¿Y si afectasen a algo más que a nuestros nervios y llegasen a nuestro cerebro de una manera nueva y terrible? ¿Y si se hiciesen sentir de un modo nuevo y extraño e indecible? ¿Qué haríamos? Tendríamos las manos atadas. No puedes defenderte de lo que está dotado de mil dimensiones. ¡Imagina que, devorando, pudiesen esos seres abrirse camino hacia nosotros a través del espacio!

Ahora hablaba con una intensidad de emoción que contradecía el escepticismo que se había atribuido un momento antes.

—Sobre eso he intentado escribir. Quería hacer que mis lectores sintiesen y viesen a ese ser de otro universo, de más allá del espacio. Podría insinuarlo o sugerirlo fácilmente —cualquier idiota puede hacerlo—, pero quisiera describirlo realmente. ¡Describir un color que no es color, una forma que es amorfa!

»Un matemático podría, quizá, sugerirlo un poco más. Habría extrañas curvas y ángulos que un inspirado matemático en pleno frenesí de cálculo podría bosquejar vagamente. Es absurdo decir que los matemáticos no han descubierto la cuarta dimensión. La han vislumbrado frecuentemente, se han acercado a menudo a ella, la han intuido infinidad de veces; pero son incapaces de demostrarla. Conozco a un matemático que jura que vio una vez la sexta dimensión en una ascensión a los sublimes cielos de los cálculos diferenciales.

»Desgraciadamente, no soy matemático. Soy tan sólo un pobre artista loco y creador, y el ser del espacio exterior se me escapa completamente.

Alguien aporreó sonoramente la puerta. Crucé la habitación y retiré el cerrojo.

—¿Qué desea? —pregunté—. ¿Qué ocurre?

—Siento molestarle, Frank —dijo una voz familiar—, pero tengo que hablar con alguien.

Reconocí la cara flaca y blanca de mi más inmediato vecino, y me hice a un lado en seguida.

—Pase —dije—. Pase, no faltaba más. Howard y yo hemos estado hablando de fantasmas, y los seres que hemos invocado no son del todo agradables. Tal vez pueda usted conjurarlos.

Llamé fantasmas a los horrores de Howard porque no quería impresionar a mi vecino vulgar. Henry Wells era muy alto y corpulento, y al entrar en la habitación pareció introducir consigo una parte de la noche.

Se derrumbó en un sofá y nos miró con ojos asustados. Howard abandonó la historia que había estado leyendo, se quitó y limpió las gafas, y arrugó el ceño. Era relativamente tolerante con mis bucólicos visitantes. Aguardó quizá un minuto, y luego empezamos los tres a hablar casi al mismo tiempo.

—¡Qué noche más horrible!

—Espantosa, ¿verdad?

—¡Aciaga!

Henry Wells arrugó el ceño.

—Esta noche —dijo—, me ha... me ha ocurrido un curioso incidente. Iba con «Hortense» por Mulligan Wood...

—¿Con «Hortense»? —interrumpió Howard.

—Su yegua —expliqué impaciente—. Regresaba de Brewster, ¿no es así, Harry?

—De Brewster, sí —dijo—. Marchaba entre los árboles, atento con cien ojos a las luces deslumbrantes de los coches que surgían de la oscuridad y venían derechos hacia mí, y escuchaba las sirenas de la bahía roncar y gemir, cuando me cayó en la cabeza una cosa mojada. «Va a llover —pensé—, espero que no se me mojen las provisiones.»

»Me volví para asegurarme de que iban bien cubiertas la mantequilla y la harina, y algo blando como una esponja se elevó del fondo del carro y me golpeó en la cara. Di una manotada y lo cogí entre los dedos.

»Me dio la sensación de que tenía en las manos una especie de gelatina. La apreté, y la cosa mojada se me escurrió muñeca abajo. El caso es que no estaba tan oscuro como para no verlo. Es extraña la claridad que encierra la niebla... parece hacer la noche más diáíana. Había una especie de luminosidad en el ambiente. No sé, puede que no fuera la niebla, en definitiva. Los árboles parecían apartarse. Podía verlos recortados y claros. Como iba diciendo, miré aquello y ¿qué creerán ustedes que parecía? Pues parecía un trozo de hígado crudo. O sesos de vaca. Ahora que me paro a pensarlo, creo que se parecía más a unos sesos de vaca. Tenía pliegues, y los hígados no tienen muchos pliegues. El hígado es por lo general terso como un cristal.

»Pasé un momento espantoso. "Debe de haber alguien en lo alto de estos árboles —pensé—. Debe de ser algún trampero, o algún chiflado, y ha estado comiendo hígado. Mi carro le ha asustado y lo ha dejado caer... bueno, un trozo nada más." No cabe duda. No había ningún hígado en el carro al salir de Brewster.

»Miré hacia arriba. Usted sabe lo altos que son los árboles en Mulligan Wood. No pueden verse las copas de algunos de ellos desde el camino en un día luminoso. Y ya sabe lo retorcidos y extraños que resultan algunos. Es curioso, pero siempre me han parecido hombres viejos... viejos y enormemente altos, por supuesto; altos y encorvados y perversos. Siempre los he imaginado como deseando causar algún daño. Hay algo malsano en esos árboles que crecen tan juntos y tan retorcidos.

»Alcé los ojos.

»Al principio no vi más que los corpulentos árboles, blancos y relucientes debido a la niebla, y por encima de ellos, una bruma espesa y blancuzca que ocultaba las estrellas. Y entonces, algo largo y blanco descendió velozmente por el tronco de uno de ellos.

»Bajó tan de prisa que no pude verlo claramente. De todos modos era tan delgado que no pude distinguirlo muy bien. Pero parecía un brazo. Era como un brazo largo, blanco y muy delgado. ¿Quién ha visto jamás un brazo tan largo como un árbol? No sé qué me induce a compararlo con un brazo, porque no era más que una línea delgada... como un alambre o una cuerda. Además, no estoy siquiera seguro de haberlo visto. Puede que lo imaginara. Ni siquiera estoy seguro de que tuviese el grosor de una cuerda. Pero tenía mano. ¿O no? Cuando pienso en eso se me ofusca la cabeza. Bueno, se movió tan de prisa que no me dio tiempo a verlo con claridad.

»Pero me dio la impresión de que buscaba algo que había caído. Por un instante, la mano pareció extenderse por encima de la carretera, y luego se apartó del árbol y se dirigió hacia el carro. Era como una mano enorme y blancuzca que avanzaba sobre sus dedos con un brazo terriblemente largo unido a ella que se elevaba hasta la niebla, o quizá hasta las estrellas.

«Solté un grito y fustigué a "Hortense" con las riendas, pero el animal no necesitaba que lo apremiasen. Se puso fuera de alcance antes de que yo tuviese tiempo de arrojar el hígado o los sesos de vaca o lo que fuese al camino. Salió disparada a tal velocidad que casi vuelca el carro, pero yo no tiré de las riendas. Prefería caerme en una zanja y romperme una costilla a que una mano larga y blancuzca me cogiese por el cuello y me cortase la respiración.

»Casi habíamos salido del bosque y empezaba a respirar nuevamente, cuando se me heló el cerebro. No puedo describir lo que sucedió de ningún otro modo. Sentí que el cerebro se me quedaba frío como el hielo dentro de la cabeza. Les aseguro que estaba asustado.

»No crean que no podía pensar claramente. Tenía conciencia de todo lo que sucedía a mi alrededor, pero mi cerebro estaba tan frío que grité de dolor. ¿Han sostenido alguna vez un trozo de hielo en la palma de la mano durante dos o tres minutos? Quema, ¿verdad? El hielo quema más que el fuego. Bien, sentí el cerebro como si hubiese estado en hielo durante horas y horas. Tenía un horno dentro de la cabeza, pero era un horno de frío. Rugía de frío violento.

»Tal vez debiera dar gracias de que no durara el dolor. Me desapareció a los diez minutos, y cuando llegué a casa no se me ocurrió que hubiera sufrido daño alguno por esta experiencia. No pensé efectivamente en eso, hasta que me miré en el espejo. Entonces descubrí este agujero en la cabeza.

Henry Wells se inclinó hacia adelante y se apartó el pelo de la sien derecha.

—Aquí está la herida —dijo—. ¿Qué piensa de ello? —Se golpeó con los dedos debajo de un pequeño orificio redondo en dicho lugar—. Es como una herida de bala —comentó—, pero no me ha salido sangre y se puede ver que es bastante profundo. Parece como si me llegara al centro de la cabeza. No debería estar vivo.

Howard se había levantado y miraba fijamente a mi vecino con ojos furiosos y acusadores.

—¿Por qué nos ha mentido? —gritó—. ¿Por qué nos ha contado esta absurda historia? ¡Una mano larga! Usted está bebido. Borracho... y sin embargo, ha logrado lo que a mí me habría costado sudar sangre. Si yo lograse hacer que mis lectores pudiesen sentir ese horror, sentir por un momento ese miedo que nos ha descrito usted de los bosques, me situaría entre los inmortales... sería más grande que Poe, más grande que Hawthorne. Y usted... un burdo embustero borracho...

Me puse de pie con una furiosa protesta.

—No es un embustero —dije—. Le han disparado un tiro... alguien le ha disparado un tiro en la cabeza. Mira esta herida. ¡Dios mío, no tienes ningún derecho a insultarle!

La ira de Howard se desvaneció y el fuego desapareció de sus ojos.

—Perdóneme —dijo—. No puedes figurarte de qué manera necesitaba yo atrapar ese horror fundamental, traspasarlo al papel; y él lo ha dicho con toda facilidad. Si me hubiese advertido que iba a describir una cosa así habría tomado notas. Pero naturalmente, él no sabe que es un artista. Se trata de un tour de force casual lo que ha hecho; no podría hacerlo otra vez, estoy seguro. Siento haberme acalorado... discúlpeme. ¿Quiere que vaya a buscarle un médico? Esa herida es grave.

Mi vecino negó con la cabeza.

—No quiero médicos —dijo—. Ya he visto a uno. No tengo ninguna bala en la cabeza... el agujero no ha sido causado por una bala. Cuando el médico no pudo explicarlo, me reí de él. Odio a los médicos; y me tiene sin cuidado la gente estúpida que cree que tengo por costumbre mentir. Me tiene sin cuidado la gente que no me cree cuando digo que he visto deslizarse por un árbol una cosa larga, blancuzca, con tanta claridad como si fuese de día.

Pero Howard examinaba la herida pese a la indignación de mi vecino.

—Ha sido hecha por algo redondo y afilado —dijo—. Es extraño, pero la carne no ha sido destrozada. Un cuchillo o una bala habría desgarrado la carne, habría dejado un borde destrozado.

Asentí, y me incliné para examinar la herida, cuando Wells gritó, y se llevó las manos a la cabeza.

—¡Ahhhh! —farfulló—. Ha vuelto... el terrible, terrible frío.

Howard le miró fijamente.

—¡No espere de mí que crea semejante tontería! —exclamó disgustado.

Pero Wells siguió sujetándose la cabeza y danzando por la habitación en un delirio de agonía.

—¡No puedo soportarlo! —gritaba—. Se me está congelando el cerebro. No es un frío normal. ¡Oh, Dios! Es algo como no ha sentido nadie jamás. Muerde, abrasa, despedaza. Es como el ácido.

Le puse una mano sobre el hombro y traté de apaciguarle, pero él me apartó y se dirigió hacia la puerta.

—Tengo que salir de aquí —exclamó—. Ese ser necesita espacio. Mi cabeza no puede contenerlo. Necesita la noche... la inmensidad de la noche. Quiere revolcarse en la noche.

Abrió la puerta y desapareció en la niebla. Howard se secó la frente con la manga de la chaqueta y se derrumbó en la silla.

—Loco —murmuró—. Es un caso trágico de psicosis maníaco-depresiva. ¿Quién lo habría sospechado? La historia que nos ha contado no era en absoluto una invención consciente. Era simplemente un producto pesadillesco concebido por el cerebro de un lunático.

—Sí —dije—. Pero ¿cómo explicas el agujero de su cabeza?

—¡Ah, eso! —Howard se encogió—. Probablemente lo tiene de siempre... a lo mejor es de nacimiento.

—Tonterías —dije—. Ese hombre no tenía antes ningún agujero en la cabeza. Personalmente, creo que le han pegado un tiro. Deberíamos hacer algo. Necesita atención médica. Será mejor que telefonee al doctor Smith.

—Es inútil intervenir —dijo Howard—. Ese agujero no ha sido causado por una bala. Te aconsejo que lo olvides hasta mañana. Su locura puede ser temporal; puede que se le pase, y entonces nos reprocharía el habernos entremetido. Si mañana se encuentra todavía emocionalmente trastornado, si vuelve otra vez e intenta armar jaleo, puedes dar parte a las autoridades correspondientes. ¿Se ha comportado de modo extraño con anterioridad?

—No —dije—. Siempre ha estado completamente sano. Creo que seguiré tu consejo y esperaré. Pero quisiera poder explicarme el agujero de la cabeza.

—La historia que ha contado me interesa más —dijo Howard—. Voy a escribirla antes de que se me olvide. Por supuesto, no seré capaz de hacer que el horror resulte tan real como él, pero quizá pueda reflejar un poco la impresión de extrañeza y fascinación.

Desenroscó el capuchón de su estilográfica y empezó a rellenar una cuartilla con extrañas frases.

Sentí un escalofrío y cerré la puerta.

Durante varios minutos, no se oyó otro ruido en la habitación que el del garabateo de su pluma al correr por el papel. Durante varios minutos hubo silencio... y luego, empezaron los alaridos. ¿O eran gemidos?

Los oímos a través de la puerta cerrada, por encima del ulular de las sirenas y el oleaje de la playa de Mulligan. Los oímos por encima de un millón de ruidos de la noche que nos habían horrorizado y deprimido, mientras estuvimos sentados charlando en la casa solitaria y envuelta por la niebla. Y los oímos tan claramente que por un momento creímos que provenían de muy cerca de la casa. Hasta que no los escuchamos una y otra vez —prolongados, taladrantes gemidos—, no descubrimos una calidad de lejanía. Poco a poco, nos fuimos dando cuenta de que provenían de muy lejos, muy lejos; quizá del bosque de Mulligan.

—Es un alma en pena —murmuró Howard—. Una pobre alma condenada, en las garras del horror del que te he hablado... el horror que yo he conocido y sentido durante años.

Se puso en pie inquieto. Sus ojos centelleaban y respiraba agitadamente.

Le cogí por los hombros y lo sacudí.

—No deberías proyectarte en tus historias de esa manera —exclamé—. Probablemente es algún desdichado que se encuentra en apuros. No sé qué habrá pasado. Puede que haya naufragado algún barco. Voy a ponerme un chubasquero y averiguar qué ocurre. Me parece que nos necesitan.

—Puede que nos necesiten —repitió Howard lentamente—. Puede que nos necesiten de verdad. No se quedarán satisfechos con una simple víctima. Pienso en el gran viaje a través del espacio, ¡la sed y el hambre que deben de haber pasado! ¡Es absurdo imaginar que se contentarán con una simple víctima!

Luego, de pronto, le sobrevino un cambio. Se apagó la luz de sus ojos y su voz perdió su vibración. Se estremeció.

—Perdóname —dijo—. Tengo miedo de que pienses que estoy tan loco como el patán que ha estado aquí hace unos minutos. Pero no puedo por menos de identificarme con mis personajes cuando escribo. He descrito algo tremendamente perverso, y esos alaridos... bueno, son exactamente como los que daría un hombre si... si...

—Comprendo —le interrumpí—, pero no tengo tiempo para hablar de eso ahora. Hay un pobre hombre allá —señalé vagamente hacia la puerta—, sin duda en apuros. Está tratando de liberarse de algo... no sé de qué. Tenemos que ayudarle.

—Por supuesto, por supuesto —accedió él, y me siguió a la cocina.

Sin decir palabra, bajé, cogí un chubasquero y se lo tendí. Le di también un gran sombrero de hule.

—Póntelos lo más pronto que puedas —dije—. Ese hombre debe de necesitar ayuda desesperadamente.

Había cogido yo mi propio chubasquero de la percha y forcejeaba para meter los brazos en sus pegajosas mangas. Un momento después, nos abríamos paso a través de la niebla.

La niebla parecía un ser vivo. Sus largos dedos nos alcanzaban y abofeteaban incesantemente en la cara. Se enroscaba alrededor de nuestros cuerpos y se elevaba en enormes espirales grisáceas desde lo alto de nuestras cabezas. Retrocedía ante nosotros, y de pronto se precipitaba sobre nosotros y nos envolvía.

A lo lejos, confusamente, vimos las luces de unas cuantas granjas solitarias. Detrás de nosotros, palpitaba el mar y las sirenas emitían un ulular continuo y lúgubre. El cuello del chubasquero de Howard estaba levantado por encima de las orejas, y la humedad goteaba de su larga nariz. Había una torva decisión en sus ojos, y tenía la mandíbula apretada.

Caminamos durante largo rato en silencio, sin decir palabra, hasta que nos aproximamos al bosque de Mulligan.

—Si es preciso —dijo—, entraremos en el bosque.

—No hay razón para que no entremos —dije—. No es un bosque muy grande.

—¿Podría salir uno rápidamente?

—Podría salir en seguida, sí. ¡Dios mío!, ¿has oído eso?

Los gritos habían aumentado horriblemente.

—Ése está sufriendo —dijo Howard—. Está sufriendo terriblemente. ¿Crees... crees que puede ser tu amigo el chiflado?

Había formulado una pregunta que me había estado haciendo yo mismo desde hacía un rato.

—Es posible —dije—. Pero tenemos que intervenir, si está loco. Me habría gustado traer a algunos vecinos con nosotros.

—¿Y por qué, en nombre del cielo, no lo has hecho? —exclamó Howard—. Puede que haga falta una docena de hombres para sujetarlo.

No apartaba la vista de los altos árboles que se elevaban ante nosotros, y no creo que dedicara a Henry Wells un solo pensamiento.

—Ese es el bosque de Mulligan —dije. Tragué saliva—. No es muy grande —añadí estúpidamente.

—¡Oh, Dios mío! —De la niebla nos llegó el sonido de una voz en la última extremidad del dolor—. Me están devorando el cerebro. ¡Oh, Dios mío!

Yo estaba en ese momento mortalmente asustado, a punto de volverme tan loco como el hombre del bosque. Agarré el brazo de Howard.

—Vámonos —grité—. Vámonos inmediatamente. Sería una insensatez entrar. Aquí no vamos a encontrar sino la locura y el sufrimiento y quizá la muerte.

—Puede ser —dijo Howard—, pero vamos a entrar.

Su rostro estaba ceniciento bajo el gran sombrero goteante, y sus ojos eran dos delgadas rendijas azules.

—Muy bien —dije de mala gana—. Pues entremos.

Nos internamos lentamente por entre los árboles. Estos se elevaban inmensos por encima de nosotros, y la espesa niebla los deformaba y fundía de tal modo que parecían avanzar con nosotros. La niebla colgaba en jirones de sus ramas retorcidas. ¿He dicho jirones? Eran más bien serpientes de niebla, serpientes contorsionantes de venenosa lengua y ojos hipnóticos. A través de las alborotadas nubes de niebla, vimos los escamosos, nudosos troncos de los árboles, y cada uno de ellos se asemejaba al cuerpo torcido de un anciano perverso. Sólo la pequeña mancha oblonga de luz de mi linterna nos protegía contra su malevolencia.

Avanzábamos a través de los grandes bancos de niebla, y a cada paso los gritos se hacían más audibles. No tardamos en distinguir fragmentos de frases, gritos histéricos que se fundían en gemidos prolongados: «Más, más, más frío... me van devorando el cerebro, ¡más frío! ¡Ahhh!»

Howard me apretó el brazo.

—Lo encontraremos —dijo—. No podemos volver atrás ahora.

Lo encontramos tendido de costado. Se apretaba la cabeza con las manos y tenía el cuerpo doblado en dos con las rodillas tan encogidas que casi le tocaban el pecho. Estaba callado. Nos inclinamos y lo sacudimos, pero no emitió sonido alguno.

—¿Está muerto? —pregunté con voz ahogada. Sentía desesperados deseos de dar media vuelta y echar a correr. Los árboles estaban muy cerca de nosotros.

—No sé —dijo Howard—. No sé. Espero que sí.

Le vi arrodillarse y deslizar una mano bajo la camisa del pobre desdichado. Durante un momento, su rostro fue una máscara. Luego se levantó vivamente y movió negativamente la cabeza.

—Está vivo —dijo—. Debemos ponerle ropas secas lo antes posible.

Le ayudé. Entre los dos levantamos la doblada figura del suelo y la transportamos entre los árboles. Tropezamos dos veces y estuvimos a punto de caer, y las enredaderas nos desgarraban las ropas. Las enredaderas eran pequeñas manos malévolas que agarraban y desgarraban según la maligna instigación de los grandes árboles. Sin una estrella que nos guiase, sin otra luz que la pequeña linterna de bolsillo, cada vez más débil, nos abrimos paso hasta salir del bosque de Mulligan.

El zumbido no comenzó hasta que salimos del bosque. Al principio apenas lo oíamos; era muy bajo, como el ronroneo de aparatos gigantescos muy dentro de la tierra. Pero lentamente, mientras caminábamos con nuestra carga, se fue elevando hasta que ya resultó imposible ignorarlo.

—¿Qué es eso? —murmuró Howard, y a través de los espectrales jirones de la niebla vi que su rostro tenía un tinte verdoso.

—No sé —murmuré—. Es algo horrible. Jamás había oído nada semejante. ¿No puedes caminar más de prisa?

Hasta ese momento habíamos estado luchando contra horrores familiares, pero el zumbido y ronroneo que aumentaba detrás de nosotros no se parecía a nada de lo que pudiera oírse en la Tierra. Preso de incontenible horror, grité:

—¡Más de prisa, Howard, más de prisa! ¡ En nombre de Dios, salgamos de aquí!

Mientras hablaba, el cuerpo que transportábamos se retorció, y de sus labios contraídos brotó un torrente de palabras incoherentes:

—Yo iba entre los árboles, mirando hacia arriba. No podía ver las copas. Miraba hacia arriba, y luego de pronto miré hacia abajo y esa cosa aterrizó sobre mis hombros. Era todo patas... unas patas largas y serpeantes. Se lanzaron en seguida sobre mi cabeza. Yo quería alejarme de los árboles, pero no podía. Estaba solo en el bosque con eso a mi espalda, en mi cabeza, y cuanto traté de correr, los árboles me alcanzaron y me hicieron caer. Me ha hecho el agujero para poder penetrar. Quiere mi cerebro. Me ha hecho el agujero y se me ha metido dentro y no hace más que sorber y sorber y sorber. Es frío como el hielo y hace un ruido como de un enorme moscardón. Pero no es un moscardón. Y no es una mano. Me equivoqué cuando dije que era una mano. No se le puede ver. Yo no lo hubiera visto ni sentido de no haberme hecho un agujero, de no haber entrado dentro de mí. Cuando casi lo ves, cuando casi lo sientes, significa que se está preparando para penetrar.

—¿Puede caminar, Wells? ¿Puede caminar?

Howard había soltado las piernas de Wells, y pude oír el áspero jadeo de su respiración mientras forcejeaba por librarse de su chubasquero.

—Creo que sí —sollozó Wells—. Pero no importa. Ahora me tiene en su poder. Déjenme y sálvense ustedes.

—¡Tenemos que correr! —grité yo.

—Es nuestra única posibilidad —exclamó Howard—. Wells, síganos. Síganos, ¿entiende? Le consumirán el cerebro si le atrapan. Hay que correr, muchacho, ¡síganos!

Se alejó a través de la niebla. Wells se tambaleó y le siguió como un hombre en trance. Yo sentí un horror más terrible que la muerte. El ruido era espantosamente alto, lo sentía en mis oídos, y sin embargo, en ese momento no me fue posible moverme. El muro de niebla se hizo más espeso.

—¡Frank se perderá! —dijo la voz de Wells, que se elevó en un grito desesperado.

—¡Volvamos! —fue Howard el que gritó ahora—. Será la muerte, o algo peor, pero no podemos abandonarlo.

—Seguid —dije en voz alta—. No me cogerán. ¡Salvaos vosotros!

En mi ansiedad por evitar que se sacrificaran, eché a correr alocadamente. Un instante después me había reunido con Howard y le agarraba del brazo.

—¿Qué es eso? —exclamó—. ¿De qué tenemos que tener miedo?

El zumbido nos envolvía ahora, pero no era más fuerte.

—¡ Sigue corriendo o estaremos perdidos! —me instó él frenéticamente—. Han derribado todas las barreras. Ese zumbido es un aviso. Nosotros somos sensitivos... hemos sido advertidos, pero si aumenta estaremos perdidos. Ellos son fuertes cerca del bosque de Mulligan; es aquí donde se han hecho sentir. Están tanteando ahora... abriéndose camino. Más tarde, cuando hayan aprendido, se extenderán. Si pudiésemos llegar a la granja...

—¡Llegaremos! —grité, mientras me abría paso a manotazos entre la niebla.

—¡El cielo nos ayude si no podemos! —gimió Howard.

Iba sin su chubasquero, y su camisa empapada se pegaba trágicamente a su cuerpo flaco. Avanzaba en la negrura a largas y furiosas zancadas. Muy delante de nosotros oímos los alaridos de Henry Wells. Las sirenas gemían incesantemente, e incesantemente, la niebla se enroscaba en torno a nosotros y nos envolvía.

Y el zumbido continuaba. Parecía increíble que pudiésemos encontrar el camino de la granja en la negrura. Pero lo logramos, y entramos precipitadamente en ella dando gritos de alegría.

—¡ Cierra la puerta! —exclamó Howard.

Cerré la puerta.

—Aquí estamos a salvo, creo —dijo—. Aún no han alcanzado la granja.

—¿Qué le habrá ocurrido a Wells? —pregunté sin aliento, y entonces vi las huellas mojadas que conducían a la cocina.

Howard las vio también. Sus ojos brillaron momentáneamente de alivio.

—Me alegra ver que está a salvo —murmuró—. Temía por él.

Luego su rostro se ensombreció. La cocina estaba a oscuras, y ningún ruido salía de allí.

Sin decir palabra, Howard cruzó la habitación y se internó en la oscuridad del otro lado. Yo me dejé caer en una silla, me enjugué el agua de los ojos y me eché hacia atrás el pelo que me había caído en mojados mechones sobre la cara. Permanecí sentado un momento, respirando agitadamente, y cuando la puerta crujió, sentí un escalofrío. Pero en seguida recordé lo que había dicho Howard: «Aquí estamos a salvo, creo. Aún no han alcanzado la granja.»

En cierto modo, yo confiaba en Howard. Él se daba cuenta de que nos amenazaba un nuevo y desconocido horror, y de alguna oscura manera había captado sus limitaciones.

Confieso, sin embargo, que cuando oí los gritos de la cocina mi fe en mi amigo se tambaleó ligeramente. Oí gruñidos como no creo que hayan brotado jamás de una garganta humana, y la voz de Howard se elevó en una violenta reconvención.

—¡Apártese! ¿Está usted completamente loco? ¡Nosotros le hemos salvado! ¡No, por favor... deje mi pierna! ¡Ahhh!

Al ver a Howard entrar tambaleante en la habitación, corrí hacia él y le cogí en brazos. Estaba cubierto de sangre de pies a cabeza y su rostro era de color ceniza.

—Se ha vuelto loco, furioso —gimió—. Va a cuatro patas como un perro. Se me ha lanzado encima y casi me mata. He logrado zafarme de él, pero me ha dado un terrible mordisco. Le he pegado en la cara... le he dejado inconsciente. Puede que lo haya matado. Es un animal... tenía que defenderme.

Deposité a Howard en el sofá y me arrodillé a su lado, pero él rechazó mi ayuda.

—¡No te preocupes por mí! —me instó—. Coge una cuerda, rápido, y átalo. Si vuelve en sí tendremos que luchar para defender nuestras vidas.

Lo que siguió fue una pesadilla. Recuerdo vagamente que entré en la cocina con una cuerda y até al pobre Wells a una silla; luego lavé y vendé las heridas de Howard, y encendí un fuego en la chimenea. Recuerdo también que telefoneé pidiendo un médico. Pero los incidentes se confunden en mi memoria, y no tengo una noción clara de nada, hasta la llegada de un hombre alto y grave, de ojos afables y simpáticos, cuya presencia resultaba tan sedante como un narcótico.

Examinó a Howard, asintió con la cabeza, y explicó que las heridas no eran graves. Después examinó a Wells, pero no asintió. Luego dijo lentamente :

—Sus pupilas no responden a la luz. Será necesario operarle inmediatamente. Con franqueza, no creo que podamos salvarle.

—Esa herida de la cabeza, doctor —dije—, ¿ha sido hecha por una bala?

El médico arrugó el ceño.

—Me tiene perplejo —dijo—. Naturalmente, ha sido hecha por una bala, pero debería estar parcialmente cerrada. Penetra directamente en el cerebro. Usted dice que no sabe cómo ocurrió. Le creo, pero pienso que debería notificarlo inmediatamente a las autoridades. Seguramente se pondrán a buscar al homicida; a menos... —hizo una pausa—, a menos que sea él mismo quien se haya infligido la herida. Lo que usted me cuenta es muy raro. Parece increíble que haya sido capaz de caminar durante horas. La herida se ha curado, evidentemente. No hay sangre coagulada en absoluto.

Paseó arriba y abajo.

—Debemos operarle aquí, en seguida. Existe una ligera posibilidad. Por fortuna, he traído algunos instrumentos. Vamos a despejar esta mesa y... ¿Cree usted que podría sostenerme una lámpara?

Asentí.

—Lo intentaré —dije.

—¡Bien!

El médico se ocupó de los preparativos mientras yo deliberaba en mi interior sobre si telefonear a la policía o no.

—Estoy convencido —dije finalmente—, de que la herida se la ha hecho él mismo. Wells se comportaba de un modo muy extraño. Si usted no tiene inconveniente, doctor...

—¿Sí?

—Guardaremos silencio sobre este asunto hasta después de la operación. Si Wells vive, no habrá necesidad de involucrar al pobre hombre en una investigación policial.

El doctor asintió.

—Muy bien —dijo—. Le operaremos primero y decidiremos después.

Howard se rió en silencio desde el lecho.

—La policía —dijo en tono de burla—. ¿De qué serviría que corriese detrás de esos seres del bosque de Mulligan?

Había un acento irónico y siniestro en su risa que me turbó. Los horrores que habíamos conocido en la niebla parecían absurdos e imposibles ante la fría y científica presencia del doctor Smith, y no quise acordarme de ellos.

El doctor se apartó de sus instrumentos y me susurró al oído:

—Su amigo tiene un poco de fiebre, y parece que delira. Tráigame un vaso de agua y le prepararé un sedante.

Corrí a buscar el vaso, y un momento después Howard dormía profundamente.

—Tome —dijo el doctor al darme la lámpara—. Debe sostenerla firmemente, y enfocarla según le diga yo.

La blanca e inconsciente forma de Henry Wells yacía sobre la mesa que el doctor y yo habíamos despejado, y temblé de pies a cabeza al pensar en el panorama que tenía delante.

Tendría que estar presente y contemplar el cerebro vivo de mi pobre amigo cuando el doctor lo dejara implacablemente al descubierto.

Con dedos rápidos y experimentados, el doctor administró el anestésico. Yo me sentía oprimido por una espantosa sensación de que estábamos cometiendo un crimen, de que Henry Wells habría rechazado violentamente la operación, de que habría preferido morir. Es espantoso mutilar el cerebro de un hombre. Y no obstante, sabía que la decisión del doctor estaba por encima de todo reproche, y que la ética de su profesión le exigía operar.

—Ya estamos preparados —dijo el doctor Smith—. Baje la lámpara. ¡Ahora tenga cuidado!

Vi moverse el bisturí entre sus dedos hábiles y competentes. Estuve mirando un momento, y luego volví la cabeza. Lo que capté en una fugaz mirada me puso enfermo y me mareó. Puede que fuese la imaginación, pero en el instante de fijar los ojos en la pared tuve la impresión de que el doctor estaba a punto de desvanecerse. No pronunció sonido alguno, pero estaba casi seguro de que había hecho un horrible descubrimiento.

—Baje la lámpara —dijo. Su voz fue ronca y pareció provenir de lo más profundo de su garganta.

Bajé la lámpara unos centímetros sin volver la cabeza. Esperé un reproche suyo, una maldición quizá, pero permaneció tan callado como el hombre que yacía en la mesa. Sabía, sin embargo, que sus dedos seguían trabajando, pues los oía moverse. Podía escuchar sus manos ágiles y veloces en torno a la cabeza de Henry Wells.

De pronto, tuve conciencia de que mi mano temblaba. Tenía ganas de dejar caer la lámpara; sentía que no podía sostenerla más.

—¿Está terminando ya? —murmuré con desesperación.

—¡Sostenga esa lámpara con firmeza! —me ordenó el doctor—. Si mueve la lámpara otra vez... no... no podré terminar de coser. ¡Me importa un bledo que me ahorquen! ¡No soy curador de demonios!

Yo no sabía qué hacer. Apenas podía sostener la lámpara, y la amenaza del doctor me horrorizó.

—Haga todo lo que esté de su parte —insté histéricamente—. Déle una posibilidad de volver a la vida. Era un hombre afable y bueno... ¡antes!

Durante un momento hubo silencio, y yo temí que no me hubiese escuchado. Esperé durante un rato que arrojara el escalpelo y la esponja para echar yo a correr y salir a la niebla. Cuando oí otra vez el movimiento de dedos, supe que había decidido dar al condenado una posibilidad.

Pasada la medianoche, me dijo el doctor que ya podía dejar la lámpara. Me volví con una exclamación de alivio, y me encontré con un rostro que nunca olvidaré. En tres cuartos de hora, el doctor había envejecido diez años. Tenía oscuras ojeras bajo los ojos, y su boca estaba contraída convulsivamente.

—No sobrevivirá —dijo—. Tardará menos de una hora en expirar. No he tocado su cerebro. No podía hacer nada. Al ver... su estado... lo he cosido inmediatamente.

—¿Qué ha visto? —medio susurré.

Una expresión de indecible terror asomó a los ojos del doctor.

—He visto..., he visto... —su voz se quebró, y todo su cuerpo se estremeció—. He visto... ¡Oh!, la gran vergüenza, el mal que carece de forma y de figura...

De pronto, se enderezó y miró desorbitadamente en torno suyo.

—¡Vendrán aquí y lo reclamarán! —exclamó—. Han dejado su marca en él, y vendrán por él. No deben quedarse ustedes aquí. ¡Esta casa está condenada a la destrucción!

Le miré desamparadamente mientras cogía su sombrero y su maletín y se dirigía hacia la puerta. Con dedos blancos, temblorosos, quitó el cerrojo y por un instante su delgada figura se recortó en el rectángulo de ondulante vapor.

—¡Recuerde lo que le he advertido! —gritó; luego se lo tragó la niebla.

Howard se había incorporado y se frotaba los ojos.

—¡Ha sido una mala jugada! —murmuró—. ¡Drogarme deliberadamente! De haber sabido yo que ese vaso de agua...

—¿Cómo te sientes? —le pregunté, sacudiéndole violentamente por los hombros—. ¿Crees que podrás caminar?

—¡Me drogas, y luego me pides que camine! Frank, eres un artista muy poco razonable. ¿Qué pasa ahora?

Señalé la muda figura de la mesa.

—El bosque de Mulligan es más seguro que esto —dije—. ¡Este hombre les pertenece ahora!

Howard se puso en pie de un salto y me sacudió por el brazo.

—¿Qué quieres decir? —exclamó—. ¿Cómo lo sabes?

—El doctor ha visto su cerebro —expliqué—. Y ha visto también algo que no ha querido... que no ha podido describir. Pero ha dicho que vendrían por él, y yo le creo.

—¡Debemos marcharnos de aquí inmediatamente! —exclamó Howard—. Tu médico tiene razón. Corremos un peligro mortal. Hasta el bosque de Mulligan..., pero no necesitamos regresar al bosque. ¡Tenemos tu lancha!

—¡Tenemos la lancha! —repetí, con la esperanza despertando débilmente en mi mente.

—La niebla será nuestra más mortal amenaza —dijo Howard con el ceño fruncido—. Pero hasta la muerte en el mar es preferible a este horror.

El muelle no estaba lejos, y en menos de un minuto se encontró Howard sentado a popa de la lancha, y yo manipulando furiosamente en el motor. Las sirenas gemían todavía, pero no se veían luces en ningún punto del puerto. No podíamos ver a un metro de nuestras narices. Los blancos fantasmas de la niebla se hacían vagamente visibles en la oscuridad, pero más allá de ellos se extendía la noche interminable, oscura y cargada de terror.

Howard estaba hablando.

—Siento como si reinase la muerte ahí fuera —dijo.

—Hay algo más que la muerte ahí —dije, poniendo el motor en marcha—. Creo que podremos evitar las rocas. Hay muy poco viento y conozco el puerto.

—Y, naturalmente, contaremos con las sirenas que nos guiarán —murmuró Howard—. Creo que será mejor que salgamos a mar abierto.

Yo era del mismo parecer.

—La lancha no resistiría un temporal —dije—, pero no tengo el menor deseo de permanecer en el puerto. Si llegamos a mar abierto, probablemente nos recogerá algún barco. Sería un disparate quedarnos donde nos puedan alcanzar.

—¿Cómo sabemos hasta dónde pueden llegar? —gimió Howard—. ¿Qué representan las distancias de la Tierra para seres que han viajado a través del espacio? Invadirán la Tierra. Nos destruirán a todos completamente.

—Discutiremos eso más tarde —grité, mientras rugía el motor lleno de vida—. Nos alejaremos lo más posible. ¡Tal vez no se hayan enterado todavía! Mientras tengan limitaciones, podemos escapar.

Avanzábamos lentamente por el canal, y el chapoteo del agua contra los costados de la lancha resultaba extrañamente tranquilizador. A sugerencia mía, Howard había tomado la rueda del timón y la movía lentamente.

—Mantente a la vía —grité—. No hay peligro hasta que lleguemos a los estrechos.

Durante varios minutos seguí ocupado en el motor, mientras Howard gobernaba el timón en silencio. Luego, de pronto, se volvió hacia mí con un gesto de júbilo.

—Creo que la niebla se está levantando —dijo.

Miré hacia la oscuridad que tenía ante mí. Efectivamente, parecía menos opresiva, y las blancas espirales de bruma que se habían estado elevando en ella sin cesar se disolvían ahora en flecos inconsistentes.

—Mantente a la vía —grité—. Estamos de suerte. Si levanta la niebla podremos ver los estrechos. Estáte atento a ver si descubrimos el faro de Mulligan.

No es posible describir la alegría que nos invadió cuando vimos el faro. Amarillo y brillante, barría el agua e iluminaba vivamente las siluetas de las grandes rocas que se alzaban a ambos lados de los estrechos.

—Déjame la rueda —grité, y me acerqué rápidamente—. Este paso es peliagudo, pero ahora lo cruzaremos con facilidad.

En medio de nuestra excitación y alegría, casi habíamos olvidado el horror que habíamos dejado atrás. Me hice cargo del timón y sonreí con confianza mientras nos desplazábamos por las negras aguas. Las rocas se aproximaron rápidamente, hasta que sus enormes sombras se elevaron por encima de nosotros.

—¡Lo conseguiremos! —grité.

Pero no obtuve respuesta de Howard. Le oí toser y respirar con dificultad.

—¿Qué pasa? —pregunté de pronto, y al volverme, vi que estaba encogido de miedo sobre el motor. Se hallaba de espaldas a mí, pero supe instintivamente en qué dirección miraba.

La oscura orilla que habíamos abandonado brillaba como un crepúsculo inflamado. El bosque de Mulligan ardía. Unas llamas enormes se elevaban desde las crestas más altas de los árboles, y una espesa cortina de humo negro se desplegaba lentamente hacia el este, oscureciendo las pocas luces que quedaban en el puerto.

Pero no fueron las llamas lo que me hizo gritar de miedo y horror. Fue la forma que se alzaba por encima de los árboles, la inmensa, amorfa silueta que se desplazaba lentamente por el firmamento.

Bien sabe Dios que traté de creer que no había visto nada. Que traté de creer que la forma era una mera sombra que proyectaban las llamas, y recuerdo que agarré el brazo de Howard para darle confianza.

—El bosque quedará destruido completamente —grité—, y esos seres horribles que han venido morirán en él.

Pero cuando Howard se volvió y movió negativamente la cabeza, comprendí que la oscura, informe monstruosidad que se elevaba por encima de los árboles era algo más que una sombra.

—¡Si lo vemos claramente, estamos perdidos! —advirtió con la voz temblorosa por el terror—. ¡Reza por que sigamos viéndolo sin forma!

«Es más viejo que el mundo —pensé—, más viejo que toda religión. Antes del alba de la civilización, los hombres se arrodillaron ante él para adorarle. Está presente en todas las mitologías. Es el símbolo primordial. Quizá, en el oscuro pasado, hace miles y miles de años, acostumbraba a... rechazar a los invasores. Combatiré a esa sombra con un alto y terrible misterio».

De pronto, me sentí extrañamente sereno. Sabía que apenas tenía un minuto que perder, que algo más que nuestras vidas estaba en peligro, pero dejé de temblar. Me agaché tranquilamente bajo el motor y saqué un montón de algodón sucio de grasa.

—Howard —dije—, enciende una cerilla. Es nuestra única esperanza. Enciende una cerilla inmediatamente.

Durante lo que me pareció una eternidad, Howard se me quedó mirando sin comprender. Luego, quebró el silencio de la noche con su risa.

—¡Una cerilla! —gritó—. ¡Una cerilla para calentar nuestros pequeños cerebros! Sí; necesitamos una cerilla.

—¡Confía en mí! —supliqué—. Hazlo así... es nuestra única esperanza. Enciende una cerilla rápidamente.

—¡No comprendo! —Howard estaba serio ahora, pero le temblaba la voz.

—Se me ha ocurrido algo que puede salvarnos —dije—. Por favor, enciéndeme este algodón grasiento.

Asintió lentamente. Yo no le había dicho nada, pero sabía que había adivinado lo que me proponía hacer. Su intuición era a veces impresionante. Con dedos desmañados, sacó un fósforo y lo encendió.

—Ten valor —dijo—. Demuéstrales que no tienes miedo. Haz el signo con valentía.

Cuando se prendió el algodón, la forma que se extendía sobre los árboles cobró espantosa claridad.

Alcé el algodón en llamas y lo crucé en línea recta por delante de mi cuerpo desde mi hombro izquierdo al derecho. Luego me lo puse en la frente y lo bajé hasta mis rodillas.

Seguidamente cogió Howard el tizón y repitió el signo. Hizo dos cruces, una sobre su cuerpo y otra sobre la oscuridad, sosteniendo la antorcha en el extremo del brazo.

Cerré un instante los ojos, pero aún pude ver la forma por encima de los árboles. Después, se fue haciendo poco a poco más borrosa, más vasta y caótica... y cuando volví a abrirlos, había desaparecido. No se veía nada más que el bosque en llamas y las sombras que arrojaban los corpulentos árboles.

El horror había pasado, pero no me moví. Permanecí como una imagen de piedra contemplando el agua negra. Luego, algo pareció estallar en mi cabeza. Mi cerebro comenzó a girar, y me di un golpe contra la borda.

Habría caído, pero Howard me cogió por los hombros.

—¡Estamos salvados! —gritó—. ¡Hemos vencido!

—Me alegro —dije. Pero estaba demasiado exhausto para alegrarme realmente. Mis piernas cedieron y mi cabeza cayó hacia adelante. Todas las visiones y ruidos de la Tierra se sumieron en una piadosa negrura.

2

Howard estaba escribiendo cuando entré en la habitación.

—¿Cómo va la historia? —pregunté.

Por un momento, ignoró mi pregunta. Luego, lentamente, se volvió y me miró de frente. Tenía los ojos hundidos, y su palidez era alarmante.

—No va bien —dijo finalmente—. No me acaba de gustar. Hay facetas que todavía se me escapan. No he logrado plasmar todo el horror de ese ser del bosque de Mulligan.

Me senté y encendí un cigarrillo.

—Quiero que me expliques ese horror —dije—. Hace semanas que estoy esperando que hables. Sé que hay algunas cosas que me ocultas. ¿Qué fue aquella cosa húmeda y esponjosa que le cayó en la cabeza a Wells en el bosque? ¿Por qué oímos un zumbido cuando huíamos en la niebla? ¿Qué significaba la forma que vimos por encima de los árboles? ¿Y por qué, en nombre del cielo, no se extendió el horror a través de la noche como temíamos? ¿Qué lo detuvo? Howard, ¿qué crees que le sucedió realmente al cerebro de Wells? ¿Ardió su cuerpo con la casa, o lo... lo reclamaron? Y el otro cuerpo que encontraron en el bosque de Mulligan... aquel horror flaco y ennegrecido de cabeza acribillada... ¿cómo lo explicas?

(Dos días después del fuego habían encontrado un esqueleto en el bosque de Mulligan. Todavía había unos cuantos trozos de carne socarrada adherida a los huesos, y le faltaba la parte superior del cráneo.)

Transcurrió un largo rato antes de que Howard tomara la palabra. Estaba sentado con la cabeza inclinada y manoseaba su cuaderno de notas, y su cuerpo temblaba de pies a cabeza. Por último, alzó los ojos. Le brillaban con una luz salvaje, y sus labios eran color ceniza.

—Sí —dijo—. Hablemos de ese horror. La semana pasada no quise abordar el tema. Parecía demasiado espantoso para expresarlo con palabras. Pero no descansaré en paz hasta que lo haya tejido en un relato, hasta que haya hecho que mis lectores sientan y vean aquel horrible inexpresable ser. Y no puedo escribir sobre este asunto mientras no disipe por completo la sombra de una duda que me asalta. Puede que me ayude el hablar de todo ello.

»Me has preguntado qué era la cosa húmeda que le cayó a Wells en la cabeza. Bien, pues creo que era un cerebro humano... la sustancia de un cerebro humano, extraída a través de un agujero, o de varios, practicados en una cabeza humana. Creo que el cerebro fue extraído gradual e imperceptiblemente y reconstruido de nuevo por el monstruo. Creo que ese ser utilizaba cerebros humanos con algún fin personal... quizá para aprender de ellos. O quizá jugaba meramente con ellos. ¿El cuerpo ennegrecido y acribillado del bosque de Mulligan? Era el cuerpo de la primera víctima, algún pobre diablo que se extravió entre los árboles. Sospecho más bien que los árboles contribuyeron. Creo que el horror los dotó de una extraña vida. En cualquier caso, el pobre hombre perdió su cerebro. El horror se apoderó del cerebro, y jugó con él, y se le cayó accidentalmente. Cayó sobre la cabeza de Wells. Wells dijo que el brazo largo, delgado, blanquísimo, que vio, tanteaba buscando algo que se le había caído. Naturalmente, Wells no vio en realidad el brazo, objetivamente hablando, sino que el horror que carece de forma y color había penetrado ya en su cerebro y se revestía de pensamiento humano.

»En cuanto al zumbido que oímos y la forma que creímos ver por encima del bosque en llamas... eran el horror que trataba de hacerse sentir, que intentaba derribar las barreras, penetrar en nuestros cerebros y revestirse de nuestros pensamientos. Casi lo logró. De haber visto el brazo blanco, habríamos estado perdidos.

Howard se acercó a la ventana. Retiró las cortinas y contempló un momento el puerto populoso y los altos y blancos edificios que se alzaban contra la luz de la luna. Contempló el horizonte del Manhattan inferior. Exactamente debajo de él, los acantilados de las alturas de Brooklyn se veían surgir oscuramente.

—¿Por qué no se salieron con la suya? —exclamó—. Podían habernos destruido por completo. Podían habernos barrido de la Tierra... toda nuestra riqueza y nuestro poderío habrían sucumbido ante ellos.

Me estremecí.

—Sí... ¿por qué no se extendió el horror? —pregunté.

Howard se encogió de hombros.

—No lo sé. Quizá descubrieron que los cerebros humanos eran demasiado triviales y absurdos como para ocuparse de ellos. Quizá dejamos de interesarles. Puede que se cansaran de nosotros. Pero es posible también que los destruyera el signo. O los hiciera regresar a través del espacio. Para mí que habían venido hace ya millones de años, y el signo les ahuyentó. Cuando vieron que no habíamos olvidado el empleo del signo, seguramente huyeron aterrados. Desde luego, no han dado señales de su presencia en estas tres últimas semanas. Creo que se han ido.

—¿Y Henry Wells? —pregunté.

—Bueno, su cuerpo no ha sido encontrado. Supongo que se lo llevaron.

—¿Y tú te propones honradamente incluir esta... esta obscenidad en una historia? ¡Oh, Dios mío! Todo es tan increíble, tan inaudito, que no puedo pensar que sea verdad. ¿No lo habremos soñado? ¿Hemos estado verdaderamente alguna vez en Partridgeville? ¿Estuvimos en una casa vieja y hablamos de cosas horribles mientras la niebla se enroscaba a nuestro alrededor? ¿Es cierto que nos internamos por aquel bosque impío? ¿Estaban efectivamente vivos los árboles, y andaba Henry Wells a cuatro patas como un lobo?

Howard se sentó tranquilamente y se subió una manga. Extendió su brazo delgado ante mí.

—¿Puedes rebatir la realidad de esta cicatriz? —dijo—. Es la huella del animal que me atacó, del hombre-bestia que era Henry Wells. ¿Un sueño? Me cortaría el brazo inmediatamente por el codo si me convencieses de que ha sido un sueño.

Me acerqué a la ventana y me quedé contemplando Manhattan durante largo rato. «Ahí —pensé—, hay una realidad consistente. Es absurdo imaginar que algo puede destruirla. Es absurdo imaginar que el horror era realmente tan terrible como nos parecía en Partridgeville. Debo persuadir a Howard para que no escriba eso. Debemos tratar de olvidarlo.»

Me volví hacia donde estaba sentado y le puse una mano en el hombro.

—¿Por qué no renuncias a incluir eso en tu relato? —le pedí suavemente.

—¡Nunca! —se puso de pie, y sus ojos llamearon—. ¿Cómo piensas que puedo dejarlo cuando casi lo he conseguido? Escribiré una historia que penetrará hasta lo más profundo de un horror que carece de forma y de sustancia, pero que es más terrible que una ciudad asolada por una plaga cuando el tañido de la campana proclama el fin de toda esperanza. Superaré a Poe. Superaré a todos los maestros.

—Supérales, y condénate si quieres —dije airadamente—. Por ese camino se va a la locura, pero es inútil discutir contigo. Tu egoísmo es demasiado descomunal.

Di media vuelta y salí de la habitación. Se me ocurrió, mientras bajaba, que había hecho el ridículo con mis miedos; pero, con todo, miré receloso por encima del hombro, como si temiese que cayera rodando una piedra enorme y me aplastase contra el suelo. «Howard debería olvidar el horror —pensé—. Debería apartarlo de su mente. Se volverá loco si se empeña en escribir sobre eso.»

Pasaron tres días antes de que volviera a ver a Howard.

—Pase —dijo con voz extrañamente ronca cuando llamé a su puerta.

Le encontré en bata y zapatillas, y tan pronto como le vi comprendí que estaba tremendamente eufórico.

—¡Lo he conseguido, Frank! —exclamó—. ¡He reproducido la forma que es informe, la gran vergüenza que jamás ha visto hombre alguno, la rastrera y descarnada obscenidad que sorbe nuestros cerebros!

Antes de que yo pudiese abrir la boca, me puso en las manos el voluminoso mazo de hojas.

—Léelo, Frank —me ordenó—. ¡Siéntate ahora mismo y léelo!

Me dirigí a la ventana y me senté en el diván. Estuve allí abstraído de todo cuanto no fuera las hojas mecanografiadas que tenía delante. Confieso que me consumía la curiosidad. Jamás había puesto en duda el poder de Howard. Sabía obrar milagros con las palabras; de sus páginas emanaban siempre hálitos desconocidos, y a su invocación retornaban a la Tierra criaturas del más allá. Pero ¿podría sugerir siquiera el horror que los dos habíamos conocido?, ¿podría esbozar la repugnante, rastrera monstruosidad que había reclamado para sí el cerebro de Henry Wells?

Leí la historia de punta a cabo. La leí lentamente, agarrado a los cojines que tenía junto a mí en un frenesí de repugnancia. Tan pronto como la terminé, Howard me la arrebató. Evidentemente, temía que yo pudiera romperla.

—¿Qué te parece? —gritó rebosante de gozo.

—¡Es terriblemente inmunda! —exclamé yo—. Viola intimidades de la mente que jamás deberían ponerse al descubierto.

—Pero ¿concederás que he logrado plasmar el horror de manera convincente?

Asentí, y recogí el sombrero.

—Te ha salido tan convincente que no puedo quedarme a charlar contigo. Saldré a pasear hasta que amanezca. Hasta que esté tan cansado que no tenga fuerzas para preocuparme, ni pensar, ni recordar.

—¡Es un relato muy bueno! —me gritó, pero yo bajé las escaleras y salí de la casa sin contestar.

3

Eran pasadas las doce de la noche cuando sonó el teléfono. Dejé el libro que estaba leyendo y cogí el receptor.

—¿Sí, diga? —pregunté.

—¡Frank, soy Howard! —la voz era extrañamente alta—. ¡Ven lo más de prisa que puedas! ¡Han regresado! Y, Frank, el signo carece de poder. He probado a hacerlo, pero el zumbido se hace cada vez más fuerte, y hay una forma confusa... —la voz de Howard se apagó desdichadamente.

Grité con sinceridad al receptor:

—¡Valor, muchacho! No dejes que sospechen que tienes miedo. Haz el signo una y otra vez. Iré en seguida.

La voz de Howard llegó de nuevo, más ronca esta vez.

—La forma se va haciendo más y más definida. ¡Y no puedo hacer nada! Frank, no tengo poder para hacer el signo. He perdido todo derecho a la protección del signo. Me he convertido en un sacerdote del Diablo. Esa historia... no debí haberla escrito jamás.

—Demuéstrales que no tienes miedo —grité.

—¡Lo intentaré! ¡Lo intentaré! ¡Ah, Dios mío! ¡La forma está...!

No esperé a escuchar más. Cogí frenéticamente mi sombrero y mi chaqueta, y eché a correr escaleras abajo y salí a la calle. Cuando llegaba al bordillo de la acera sentí vértigo. Me agarré a una farola para no caerme e hice con la mano una vaga seña a un taxi que pasaba. Afortunadamente, el taxista me vio. Detuvo el coche y yo bajé tambaleándome a la calzada y me metí en él.

—¡Rápido! —grité—. ¡Lléveme al diez de Brooklyn Heights!

—Sí, señor. Fría noche, ¿no es verdad?

—¡Fría! —grité—. Fría será, efectivamente, cuando consigan penetrar. Fría cuando empiecen a...

El conductor me miré con asombro.

—Está bien, señor —dijo—. Llegaremos en seguida a su casa, señor. ¿Ha dicho Brooklyn Heights, señor?

—Brooklyn Heights —gruñí, y me hundí en el asiento.

Mientras el coche corría, traté de no pensar en el horror que me aguardaba. Me agarraba desesperadamente a un clavo ardiendo. «Es posible —pensé— que Howard haya perdido temporalmente el juicio. ¿Cómo podría haberle encontrado el horror entre tantos millones de personas? No puede ser que haya ido a buscarle expresamente a él, entre tantas multitudes. Es demasiado insignificante. Jamás irían eligiendo a los seres humanos de un modo deliberado. Jamás irían tras los seres humanos..., pero han ido a buscar a Henry Wells. ¿Y qué ha dicho Howard? "Me he convertido en sacerdote del Diablo". ¿Por qué no en sacerdote de ellos? ¿Y si Howard se ha convertido en su sacerdote en la Tierra? ¿Y si su historia le ha valido que le eligiesen como sacerdote?»

Este pensamiento resultaba una pesadilla para mí, así que lo deseché furiosamente. «Tendrá valor para resistir —pensé—. Les demostraré que no tiene miedo.»

—Hemos llegado, señor. ¿Le ayudo a entrar en la casa, señor?

El coche se había detenido, y yo gemí al darme cuenta de que estaba a punto de entrar en lo que podría resultar mi propia tumba. Bajé a la acera y le di al taxista todo el dinero suelto que llevaba encima. Él me miró asombrado.

—Me ha dado demasiado —dijo—. Tenga, señor...

Pero le despedí con un gesto y subí la escalinata de la entrada a toda prisa. Cuando metí la llave en la puerta, pude oírle que decía:

—¡Es el borracho más extravagante que he visto jamás! Me da cuatro dólares por llevarle a diez manzanas de distancia, y no quiere ni las gracias.

La entrada estaba a oscuras. Me detuve al pie de la escalera y grité:

—¡Estoy aquí, Howard! ¿Puedes bajar?

No hubo respuesta. Aguardé quizá unos diez minutos, pero no se oía ruido alguno en la habitación de arriba.

—¡Voy a subir! —grité con desesperación, y empecé a subir las escaleras. Temblaba de pies a cabeza. «Le han cogido —pensé—. He llegado demasiado tarde. Quizá sea mejor que no... ¡Gran Dios!, ¿qué ha sido eso?»

Estaba indeciblemente aterrado. Los ruidos de la habitación de arriba eran inequívocos, alguien suplicaba y gritaba en la agonía. ¿Era la voz de Howard? Capté confusamente algunas palabras: «¡Reptando, uf! ¡Reptando, uf! ¡Oh, ten piedad! Frío y cla-aro. ¡Reptando, uf! ¡Dios del cielo!»

Llegué al rellano, y cuando las súplicas se elevaron en roncos alaridos caí de rodillas, e hice sobre mi cuerpo y sobre la pared que tenía a mi lado la señal. Hice el signo original que nos había salvado en el bosque de Mulligan, pero esta vez la hice imperfectamente, no con fuego, sino con dedos que temblaban y se agarraban a mi ropa, sin valor ni esperanza, confusamente, con la convicción de que nada podría salvarme.

Y entonces me levanté rápidamente y acabé de subir las escaleras. Todo lo que pedía era que se apoderase de mí rápidamente, que mis sufrimientos fuesen breves bajo las estrellas.

La puerta de la habitación de Howard estaba entornada. Con un tremendo esfuerzo, alargué la mano y cogí el pomo. Lentamente, hice girar la puerta hacia dentro.

Durante un instante no vi nada, sino la forma inmóvil de Howard en el suelo. Estaba de espaldas. Tenía las rodillas levantadas y se había llevado una mano a la cara con la palma hacia afuera, como para tapar una visión atroz.

Al entrar en la habitación, reduje mi campo visual intencionadamente bajando los ojos. Sólo vi el suelo y la parte inferior de la estancia. No quise levantar la vista. La había bajado como medida de protección, por temor a lo que pudiese haber en la habitación.

No quería levantar la vista, pero allí dentro había poderes, que actuaron en ese momento, a los que no me fue posible resistir. Sabía que si miraba de frente, el horror podría destruirme, pero no tenía elección.

Lenta, dolorosamente, alcé los ojos y miré de frente la habitación. Habría sido preferible, creo, haberme arrojado inmediatamente y haberme entregado a la monstruosidad que se alzaba en el centro. La visión de esa terrible forma oscuramente velada se interpondrá entre mí y los placeres del mundo mientras viva.

Desde el techo al suelo flotaba e irradiaba una luz cegadora. Y atravesadas por las extremidades que giraban a un lado y a otro, estaban las páginas de la historia de Howard.

En el centro de la habitación, entre el techo y el suelo, giraban las páginas, y la luz iba quemando las hojas y los dardos espirales y descendentes penetraban en el cerebro de mi pobre amigo. La luz fluía en una continua corriente hacia el interior de su cabeza, y arriba, el Señor de la luz se movía con el lento balanceo de toda su magnitud. Solté un grito y me tapé los ojos con las manos, pero el Señor siguió moviéndose... adelante y atrás, adelante y atrás. Y siguió irradiando su luz hacia el cerebro de mi amigo.

Y entonces brotó de la boca del Señor el más espantoso sonido... Yo había olvidado el signo que había hecho tres veces abajo en la oscuridad. Había olvidado el inmenso y terrible misterio ante el cual son impotentes todos los invasores. Pero cuando lo vi formarse en la habitación, adquirir de manera inmaculada una configuración, con una terrible integridad por encima de la luz, supe que estaba salvado.

Sollocé y caí de rodillas. La luz disminuyó, y el Señor se contrajo ante mis ojos.

Y entonces, desde los muros, desde el techo, desde el suelo, brotaron llamas: una llama blanca y pura que consumía, que devoraba y destruía para siempre.

Pero mi amigo había muerto.

-

INTERESANTES

¿QUIERES SALIR AQUI? ; ENLAZAME

-

Twitter

.

Etiquetas

h. p. lovecraft (122) relato (114) cuento (76) Stephen King (63) gotico (60) GIBRÁN KHALIL GIBRÁN (57) Robert Bloch (50) terror (48) lovecraft (46) guy de maupassant (44) Lord Dunsany (43) anne rice (39) horror (37) maupassant (37) scifi (35) Edgar Allan Poe (31) cuentos (28) ambrose bierce (27) Jorge Luis Borges (26) oscar wilde (26) los mitos de cthulhu (24) algernon blackwood (23) poema (23) ray bradbury (23) blood gothic (22) august derleth (21) dark (21) enlaces (21) 1ªparte (20) bloodgothic.blogspot.com (20) demonios (19) imagenes (19) poemas (19) 2ªparte (18) mario benedetti (18) vampiros (18) capitulo del necronomicon (17) h.p. lovecraft (17) poesia (17) relatos (16) Clark Ashton Smith (15) Horacio Quiroga (15) amanecer vudú (15) musica (15) alejandro dumas (14) becquer (13) blood (13) gothic (13) underground (13) Philip K. Dick (12) amor (12) charles dickens (12) fantasia (12) fredric brown (12) pulp (12) poe (11) EL BAR DEL INFIERNO (10) Howard Phillips Lovecraft (10) el vampiro (10) las mil y una noche (10) necronomicon (10) vampiro (10) Charles Bukowski (9) el hombre ilustrado (9) friedrich nietzsche (9) gibran khalil gibran (9) lilith (9) onirico (9) paul auster (9) subrealismo (9) terror onirico (9) victoriano (9) 2 (8) Andrés Díaz Sánchez (8) Fantasmagoría (8) Isaac Asimov (8) Lewis Carroll (8) Yukio Mishima (8) arte (8) cuento de amor (8) cuento gotico (8) diccionario (8) el extraño (8) fantasmas (8) franz kafka (8) king (8) psicodelicos (8) realidad (8) vamp (8) varios (8) videos (8) Bram Stoker (7) El Castillo de Otranto (7) Selección (7) autor novel (7) cthulhu (7) cuento corto (7) cuento onirico (7) demonologia (7) entrevista con el vampiro (7) guy (7) julio cortazar (7) mitos (7) novel (7) novela (7) oscuro (7) psi-ci (7) recopilacion (7) seleccion (7) sentimientos (7) shelley (7) tatuajes parlantes (7) un mundo feliz (7) 2ª parte (6) ALFRED BESTER (6) ANTON CHEJOV (6) Bestiario (6) Douglas Adams (6) LA VOZ DEL DIABLO (6) LAS BRUJAS DE MAYFAIR (6) RESIDENT EVIL (6) Rubén Darío (6) Selecciones (6) bukowsky (6) clive barker (6) crepusculo (6) cuento victoriano de amor (6) darknes (6) el paraiso perdido (6) el pasillo de la muerte (6) ficcion (6) john milton (6) la metamorfosis (6) mary (6) meyer stephenie (6) pandora (6) rammstein (6) ramsey campbell (6) realidad sucia (6) stephen (6) vampirismo (6) 3ªparte (5) ALEXANDRE DUMAS (5) ANGELES (5) ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA (5) Charles Nodier (5) En busca de la ciudad del sol poniente (5) Flores de las Tinieblas (5) Lord des Morte (5) Marqués de Sade (5) aire frio (5) al azif (5) angel oscuro (5) aventuras (5) charles bukowsky (5) dioses (5) el cazador de sueños (5) el ceremonial (5) el demonio de la peste (5) el horla (5) gotica (5) henry kuttner (5) la casa del pasado (5) la hermandad negra (5) lavey (5) leyendas (5) libros (5) links (5) relato corto (5) wikipedia (5) Aldous Huxley (4) BRIAN W. ALDISS (4) CUESTION DE ETIQUETA (4) Drácula (4) Dylan Thomas (4) EL BESO SINIESTRO (4) EL RUISEÑOR Y LA ROSA (4) EL templo (4) ENTRADAS (4) Edmond Hamilton (4) Federico García Lorca (4) Historias de fantasmas (4) LIBROS DE LA UNIDAD (4) LOS MISERABLES (4) Las Mil y Una Noches (4) Los Fantasmas (4) Los Versos Satánicos (4) Poemas vampíricos (4) Poul Anderson (4) Richard Matheson (4) Robert E. Howard (4) Rudyard Kipling (4) Una Voz En La Noche (4) William Hope Hodgson (4) allan (4) anime (4) anonimo (4) avatars (4) chuck palahniuk (4) citas (4) colleen gleason (4) comentario (4) cuento gotico-victoriano (4) cyberia (4) de lo mejor de paul auster (4) diablos (4) donde cruzan los brujos (4) edgar (4) el diablo (4) el retrato de dorian gray (4) el sabueso (4) el wendigo (4) espiritus (4) fantastico (4) frankestein (4) frases (4) galeria (4) goticos (4) hechizos (4) historias (4) infierno (4) jorge fondebrider (4) la ciudad sin nombre (4) la hermosa vampirizada (4) letra (4) licantropia (4) los amados muertos (4) mito (4) muerte (4) saga vampiros (4) salman rushdie (4) schahrazada (4) twilight (4) victor hugo (4) voces de oscuridad (4) 1984 (3) 3 (3) 666 (3) A n n e R i c e (3) A r m a n d (3) AL ABISMO DE CHICAGO (3) ALGO LLAMADO ENOCH (3) Al otro lado del umbral (3) Alejandro Dolina (3) Apariciones de un Ángel (3) Arthur Machen (3) BOB SHAW (3) Brian Lumley (3) CRONICAS VAMPIRICAS 2 (3) Corto de Animación (3) Dan Brown (3) Días de ocio en el Yann (3) E. Hoffmann Price (3) E. T. A. Hoffmann (3) EL DESAFÍO DEL MAS ALLÁ (3) EL FANTASMA DE CANTERVILLE (3) EL HORROR OCULTO (3) EL LADRON DE CUERPOS (3) EL TEMPLO DEL DESEO DE SATÁN (3) EL TIEMPO ES EL TRAIDOR (3) El Espectro (3) El Libro Negro (3) El espectro de madam Crowl (3) El morador de las tinieblas (3) El príncipe feliz (3) Emisario Errante (3) En la cripta (3) Frank Kafka (3) Fritz Leiber (3) Ghost in the Shell (3) Giovanni Papini (3) Gitanjali (3) Hombre con manías (3) J. Ramsey Campbell (3) JOSEPH PAYNE BRENNAN (3) John Stagg (3) Jr. (3) LA BIBLIOTECA DE BABEL (3) LA CONFESIÓN (3) LA EXTRAÑA CASA EN LA NIEBLA (3) LA IGLESIA DE HIGH STREET (3) LA MARCA DE LA BESTIA (3) LA RISA DEL VAMPIRO (3) LAS RUINAS CIRCULARES (3) La Jaula (3) La Trilogía de Nueva York (3) Mercenarios del Infierno (3) Miguel Hernández (3) Palomos Del Infierno (3) Pío Baroja (3) Rafael Alberti (3) Thanatopia (3) Théophile Gautier (3) Tomás Moro (3) Un Sueño en un Sueño (3) abraham merrit (3) alas rotas (3) alien (3) alquimia (3) amuletos (3) angeologia (3) antiguas brujerias (3) antologia (3) apocalipsis (3) biografia (3) cain (3) carrie (3) charles baudelaire (3) cronicas vampiricas (3) cuento victoriano (3) cuentos del siglo XIX (3) danza macabra (3) dark . gotico (3) david langford (3) de profundis (3) definicion (3) el abismo en el tiempo (3) el alquimista (3) el demonio en la tierra (3) el exorcista II (3) el libro negro de alsophocus (3) el loco (3) el mono (3) el sacrifico (3) el superviviente (3) el vampiro estelar (3) ensayo (3) escritor novel (3) exorcismo (3) fabula (3) fabulas (3) filosofia (3) frank b. long (3) goth (3) gotic (3) guion (3) helena petrovna blabatsky (3) himno al dolor (3) historias de terror (3) inquisicion (3) introduccion (3) john baines (3) john william polidori (3) justine (3) la casa maldita (3) la casa tellier (3) la ciudad de los muertos (3) la llamada de cthulhu (3) la sombra fuera del espacio (3) la tumba (3) las flores del mal (3) legion (3) leyenda (3) lisa tuttle (3) lo innombrable (3) locura (3) lord byron (3) los brujos hablan (3) los gatos de ulthar (3) luna sangrienta (3) mail (3) martín s. warnes (3) maturin (3) mein teil (3) melmoth el errabundo (3) milowishmasterfox (3) neorealismo (3) nombres (3) nombres demoniacos (3) oscuros (3) pacto de sangre (3) pensamientos (3) poemas en prosa (3) poesias (3) polaris (3) que viene el lobo (3) rabindranat tagore (3) ratas (3) rimas (3) roald dahl (3) robert silverberg (3) rosenrot (3) rostros de calabera (3) satanismo (3) snake (3) sueño (3) suicidas (3) teatro (3) vida (3) vudu (3) yveline samoris (3) Ángeles y demonios (3) 1 (2) 4ªparte (2) A. Bertram Chandler (2) ABANDONADO (2) ALBERT FISH (2) Akira (2) Alfonso Linares (2) Algunos Poemas a Lesbia (2) Antonio Gala (2) Aparicion (2) Astrophobos (2) Ayer... hace tanto tiempo (2) BETHMOORA (2) Blade Runner (2) Brad Steiger (2) C. M. EDDY (2) CELEPHAÏS (2) CHICKAMAUGA (2) CONFESIONES DE UN ARTISTA DE MIERDA (2) CORAZONADA (2) Carrera Inconclusa (2) Charon (2) Christian Jacq (2) Clarimonda (2) Cowboy Bebop (2) Cyberpunk (2) Cómo Ocurrió (2) E D G A R A L L A N P O E (2) E. F. Benson (2) EL ASESINO (2) EL BAUTISMO (2) EL BESO (2) EL CABALLERO (2) EL CENTRO DEL INFIERNO (2) EL DESIERTO (2) EL DIABLO EN EL CAMPANARIO (2) EL EXORCISTA (2) EL FANTASMA Y EL ENSALMADOR (2) EL GOLEM (2) EL GRITO DEL MUERTO (2) EL JARDÍN DEL PROFETA (2) EL OTRO YO (2) EL PISO DE CRISTAL (2) EL PRESUPUESTO (2) EL RETRATO DE ROSE MADDER (2) EL SÉPTIMO CONJURO (2) EL VAGABUNDO (2) EL ÁRBOL (2) Ecos (2) El Conde de Montecristo (2) El Cuerno Del Horror (2) El Dr. Jekyll y Mr. Hyde (2) El Funeral de John Mortonson (2) El Hombre De Arena (2) El Monte de las Ánimas (2) El Puñal (2) El Que Cierra El Camino (2) El Sacrificio (2) El Tulipán Negro (2) El Valle Perdido (2) El Visitante Y Otras Historias (2) El artista del hambre (2) El ciclo del hombre lobo (2) El clérigo malvado (2) El gato del infierno (2) El gato negro (2) El homúnculo (2) El legado (2) El miedo (2) El rapto de la Bella Durmiente (2) El saber mágico en el Antiguo Egipto (2) El árbol de la colina (2) Elogio de la locura (2) En la noche de los tiempos (2) Estirpe de la cripta (2) Fuera de Aquí (2) GUARDIANES DEL TIEMPO (2) GUSTAVO ADOLFO BECQUER (2) Gustav Meyrink (2) H. Barlow (2) H.P.Lovecraft (2) HERMANN HESSE (2) Harlan Ellison (2) Hasta en los Mares (2) Historia (2) Historia Del Necronomicon (2) Historia de fantasmas (2) Hocus Pocus (2) ICARO DE LAS TINIEBLAS (2) INTERNET (2) JUANA INES DE LA CRUZ (2) Jack Vance (2) John Sheridan Le Fanu (2) José Luis Velarde (2) Kurt Vonnegut (2) LA BIBLIA SATANICA (2) LA BÚSQUEDA (2) LA CAIDA DE BABBULKUND (2) LA DECLARACIÓN DE RANDOLPH CARTER (2) LA FARSA (2) LA LOTERÍA DE BABILONIA (2) LA MUERTA ENAMORADA (2) LA MUERTE (2) LA MUSA DE HYPERBOREA (2) LA PERLA (2) LAS LEGIONES DE LA TUMBA (2) LESTAT EL VAMPIRO (2) LOS VERSOS SATANICOS (2) La Bestia en la Cueva (2) La Calle (2) La Casa de la Pesadilla (2) La Habitación Cerrada (2) La Monja Sangrienta (2) La Tortura de la Esperanza (2) La Verdad (2) La chica más guapa de la ciudad (2) La conspiración Umbrella (2) La marquesa de Gange (2) La noche de los feos (2) La pasión turca (2) Letras (2) Los Sueños de la Casa de la Bruja (2) Los crímenes que conmovieron al mundo (2) Los ojos de la momia (2) Los reyes malditos (2) Los tres mosqueteros (2) MAGOS (2) MARIO BENEDETTI - LA MUERTE (2) MINORITY REPORT (2) MOBY DICK (2) MUJERES (2) Mark Twain (2) Morella (2) Narrativa gótica (2) No hay camino al paraíso (2) PABLO NERUDA (2) POPSY (2) PUNTERO IZQUIERDO (2) R. L. Stevenson (2) RADIO FUTURA (2) ROSTRO DE CALAVERA (2) Rabindranath Tagore (2) Retornos de una sombra maldita (2) Robert A. Heinlein (2) SAMAEL AUN WEOR (2) SATANAS (2) SU VIDA YA NO ES COMO ANTES (2) SUPERVIVIENTE (2) Sherry Hansen Steiger (2) The Last Vampire (2) Thomas M. Disch (2) UN DÍA DE CAMPO (2) UTOPIA (2) Un habitante de Carcosa (2) Un juguete para Juliette (2) Una mujer sin importancia (2) Una tienda en Go-by Street (2) V.O. (2) VELANDO EL CADÁVER (2) Vida después de la Muerte (2) Vida y Muerte (2) Villiers de L'Isle-Adam (2) Vinum Sabbati (2) YO CRISTINA F. (2) a la puta que se llevó mis poemas (2) a las aguas (2) a un general (2) agonico (2) al amor de mi vida (2) aladino (2) alaide floppa (2) alas nocturnas (2) albunes (2) alexandre (2) amistad (2) andres diaz sanchez (2) angel de la muerte (2) animas y fantasmas (2) anime-blood (2) antonio machado (2) apocaliptico (2) arena y espuma (2) arthur c. clarke (2) asesinato (2) baudelaire (2) bequer (2) blancanieves (2) brujas (2) busqueda (2) c. m. eddy jr. (2) cabala (2) capitulo suelto (2) caronte (2) castigo (2) catolico (2) cementerios (2) ciberespacio (2) ciberpunk (2) cielo (2) ciudad de cristal (2) ciudad vampiro (2) coleccion (2) colette gothic darknes (2) comics (2) computadora (2) conjuros (2) cortos (2) costazar (2) creepwar.gotico (2) cria cuervos (2) cruelmente romantica (2) cuento amor (2) cuentos coliniales de terror (2) cuentos cortos (2) cuentos de canterbury (2) cuentos de un soñador (2) cumbres borrascosas (2) dagon (2) death (2) demonio (2) depeche mode (2) diagnostico de muerte (2) dios (2) disciplinas de vampiro (2) dolor (2) don juan (2) dracula (2) e l v a m p i r o (2) ecce homo (2) el (2) el abismo (2) el anticristo (2) el arbol de la vida (2) el caballero de la maison rouge (2) el canibal de rotenburgo (2) el caos reptante (2) el club de la lucha (2) el club de los suicidas (2) el coche del diablo (2) el disco (2) el dueño de rampling gate (2) el elixir de larga vida (2) el entierro (2) el espectro del novio (2) el evangelio de los vampiros (2) el fabricante de ataúdes (2) el fantasma de la opera (2) el gran inquisidor (2) el hijo (2) el jinete en el cielo (2) el joven lovecraft (2) el palacio de la luna (2) el pantano de la luna (2) el profeta (2) el signo (2) ellinson (2) elogio de tu cuerpo (2) emily bronte (2) entendimiento (2) entre sueños (2) epistola (2) escritor (2) espacio (2) esperanza (2) esquizofrenia (2) eva (2) fin (2) fiodor dostoiesvski (2) fobia (2) fragmentos del necronomicon (2) frankenstein (2) g. a. becquer (2) gabriel garcia marquez (2) genesis (2) gothic darknes (2) gracia torres (2) guerra (2) guillotina (2) h. (2) hada (2) harry harrison (2) hazel heald (2) hechizo (2) herman hesse (2) historia / ficcion (2) historia real (2) hombre-lobo (2) honore de balzac (2) horror en el museo (2) indice (2) ingles (2) intriga (2) introductoria (2) italo calvino (2) juego (2) juguemos a los venenos (2) kafka (2) kir fenix (2) la carta robada (2) la catedra de lucifer (2) la cosa en el dormitorio (2) la creacion (2) la cruz del diablo (2) la dama de las camelias (2) la habitacion cerrada (2) la hoya de las brujas (2) la imagen de la muerte (2) la maquina de follar (2) la muerte y la condesa (2) la noche boca arriba (2) la novia del hombre caballo (2) la piedra negra (2) la torre oscura (2) lacrimosa (2) leyes (2) lhiliht (2) libro (2) literatura (2) los habitantes del pozo (2) los otros dioses (2) los perros de tindalos (2) los zuecos (2) m. r. james (2) milady (2) miskatonic (2) misterio (2) morfina (2) morgue (2) mp3 (2) music (2) mª. covadonga mendoza (2) narracion ocultista (2) nobel (2) noir (2) nota (2) notas (2) nuestros primos lejanos (2) nuevas cronicas vampiricas (2) occidente (2) ocultismo (2) on-line (2) oriente (2) orson scott card (2) p. (2) paris (2) paulo coelho (2) pecados (2) peter blatty (2) poderes (2) primigenio (2) prometeo (2) prosas luciferinas (2) psico (2) r.l. stevenson (2) reglas (2) relato amor (2) religion-ficcion (2) reliquia de un mundo olvidado (2) revelacion (2) revolucion francesa (2) ritual (2) rituales (2) robert a. lowndes (2) robert louis stevensont (2) roger zelazny (2) roll (2) romancero gitano (2) romanticismo (2) rpg (2) saki (2) sangre (2) serie cronicas vampiricas gardella (2) simbolismo (2) suicidio (2) sumario (2) surrealismo (2) taisha abelar (2) tetrico (2) the best (2) the cure (2) tragedia (2) traidor (2) un dia en el confin del mundo (2) una cruz de siglos (2) varios autores (2) varios cuentos (2) vaticano (2) video (2) violin (2) vistoriano (2) washington irving (2) willian blatty (2) ¿QUO VADIS? (2) ÁNGELES IGNORANTES (2) Ángela (2) "Vivo sin vivir en mí" (1) (1515-1582) (1) (1816) (1) (1934) (1) + y - (1) -- ANONIMO (1) -- EL HORROR DE DUNWICH (1) . EL PROFETA ERMITAÑO (1) . LA SANTA COMPAÑA . (1) . La locura del mar (1) . Luis Cernuda (1) . VENOM (1) .El Club del Ataúd. (1) .ecunemico (1) .rar (1) 100 (1) 13 fantasmas (1) 17THIS SECRET HAS TO BE KEPT by you from anyone else (1) 1809-1849 (1) 1810 (1) 1812 (1) 1862 (1) 1918/19 (1) 1939-1941? (1) 1ª parte (1) 1ªmujer (1) (1) 26 CUENTOS PARA PENSAR (1) 2parte (1) 2ª Serie (1) (1) 2ºlibro (1) 2ºlibro de nuevas cronicas vampiricas (1) 334 (1) 360º (1) 3:47 a.m. (1) 4 (1) 5 (1) 6 (1) 7 pecados capitales (1) 84 de charing cross road (1) (1) 9000 años (1) A LA ESPERA (1) A M B R O S E B I E R C E (1) A imagen y semejanza (1) A restos.. de ti (1) A través de la puerta de la llave de plata (1) A través de las puertas de la llave de plata (1) A. E. VAN VOGT (1) A. MERRIT (1) A. Merritt (1) A.R. Ammons (1) A: lord Alfred Douglas (1) ABAJO (1) ABONO PARA EL JARDÍN (1) ABUELITO (1) ACERO -- Richard Matheson (1) ADEFESIA (1) AGENTE DEL CAOS (1) AL MAGNIFICO LORENZO DE MÉDECIS (1) AL OTRO LADO (1) ALGUIEN ME APRECIA AHÍ ARRIBA (1) ALGÚN QUE OTRO ANIMAL (1) ALMAS EN PENA (1) AMADEO KNODLSEDER (1) AMANECER EN MERCURIO (1) AMANECER VUDU (1) AMBROSE GWINET BIERCE (1) AMERICAN ZOMBIE (1) AMOR Y ODIO (1) ANDREA SOL (1) ANGEL DE LUZ (1) ANIUTA (1) ANTES DEL ESPECTÁCULO (1) APARECIÓ CAÍN (1) APRENDED GEOMETRIA (1) AQUEL VIEJO (1) ARMAGEDON Fredric Brown (1) ARTHUR JERMYN (1) ASESINOS SATÁNICOS (1) AYER (1) Abraham Merritt (1) Abraza la oscuridad (1) Acorralado (1) Ad Lucem (1) Adam Kadmon (1) Adan (1) Adiós al siglo XX (1) Adolf Hitler (1) Afuera (1) Agatha Christie (1) Ahmad Ibn Ata'Illah (1) Alan Barclay (1) Albertina desaparecida (1) Alejandro Pushkin (1) Alejo Carpentier (1) Aleksandr Nikoalevich Afanasiev (1) Aleksandr Pushkin (1) Alfred E. Van Vogt (1) Alfred Elton van Vogt (1) Algernoon Blackwood (1) Alien earth (1) Amityville (1) Ana María Matute (1) Anatoli Dneprov (1) Andrei Chikatilo (1) Andrógino (1) Animismo (1) Anne Brontë (1) Another Google Bot (1) Antiguas brujerías (1) Antipoemas (1) Antología (1) Anubis (1) Anónimo (1) Appleseed (1) Aramis (1) Arcipreste de Hita (1) Armand (1) Asesinado Al Pie De Un Altar Vudú (1) Asimov (1) Atentamente suyo Jack el Destripador (1) Atentamente suyo. Jack el Destripador (1) Athos (1) August W. Derleth (1) Auguste Villiers de l'lsle‑Adam (1) Augusto Monterroso (1) Augustus Hare (1) Autobiografía (1) Auténtico Amor (1) Ayuda Alienígena (1) BAJO LAS PIRÁMIDES H. P. LOVECRAFT (1) BARBA AZUL (1) BERTA (1) BLANCO Y AZUL (1) BOCCACCIO (1) BOITELLE (1) BOLA DE SEBO (1) Bacarat (1) Balada nupcial (1) Barry Longyear (1) Battle Angel Alita (1) Bibliografía (1) Biblioteca (1) Boogiepop Phamtom (1) Breve comentario sobre la esquizofrenia (1) Bruce Sterling (1) Bubblegum Crisis (1) C. L. MOORE (1) C. S. Lewis (1) C.L. Moore (1) CABEZA DE CONO (1) CANCIÓN DE AMOR (1) CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA (1) CARTA A UN FÉNIX (1) CARTA DE UN LOCO (1) CARTAS (1) CASTIGOS (1) CEREMONIAL (1) CHARLES PERRAULT (1) CHERTOGON (1) CIBER-DARK (1) COCAINA (1) COCO.COCO. COCO FRESCO (1) COMO PARA CONFUNDIRSE (1) COMPLICIDAD PREVIA AL HECHO (1) CON DIOS (1) CONFESIONES DE UNA MUJER (1) CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 (1) CONVERSIONES (1) COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE (1) CORTÁZAR (1) COTO DE CAZA (1) CRONICAS VAMPÍRICAS 2 (1) CRÍTICA AL CRISTIANISMO Y A LA SOCIEDAD (1) CUADERNO HALLADO EN UNA CASA DESHABITADA (1) CUENTOS DE AMOR. DE LOCURA Y DE MUERTE (1) CUERPO Y ALMA (1) Cabeza de Lobo (1) Camilo José Cela (1) Canaan negro (1) Canción del pirata (1) Cannibal Corpse (1) Canon Pali (1) Carmilla (1) Carolina (1) Cartas Desde La Tierra (1) Casi Extinguidos (1) Catastrofe Aerea (1) Catherine Crowe (1) Catulo (1) Charles Dickens El guardavías (1) Charles Grant (1) Charles Nightingale (1) Chaugnar Faugn (1) Chica gótica (1) Chitterton House (1) Chris Chesley (1) Christopher Marlowe (1) Ciencia Ficción (1) Cine (1) Claudia (1) Colección (1) Conan (1) Conoce la Ciudad Gótica en 3D (1) Conología de la caza de hackers (1) Conquístate a ti mismo y conquistarás al mundo (1) Conversación (1) Corazones Perdidos (1) Corman (1) Cosas Zenna Henderson (1) Crom (1) Crumtuar y la Diosa (1) Cría cuervos (1) Cuando los cementerios son una atracción (1) Cuarta parte (1) Cynthia Asquith (1) CÁTULO (1) Cómo mueren los mitos (1) D'Artagnan (1) DAGÓN (1) DANTE ALIGHIERI (1) DE COMO EL Dr. JOB PAUPERSUM LE TRAJO ROSAS ROJAS A SU HIJA (1) DE COMO LLEGO EL ENEMIGO A THULNRANA (1) DE SADE (1) DECAMERON (1) DEL MÁS ALLÁ (1) DELENDA EST... (1) DESPERTARES (1) DIABLO (1) DICCIONARIO DE ÁNGELES (1) DICCIONARIO DEL DIABLO (1) DIÁLOGO SOBRE LA PENA CAPITAL (1) DOBLE CREER (1) DOS POEMAS (1) DOS SERES IGUALES (1) Dan Brown Ángeles y demonios (1) Dark Gotico (1) Dark Icarus (1) David F. Bischoff (1) De guardia (1) Death Fails (1) Del toro (1) Demonios babilónicos (1) Demoníacos (1) Dennis Etchison (1) Dentro de mí (1) Deportacion (1) Depresión (1) Der Vampir (1) Derek Rutherford (1) Descargo de responsabilidad (1) Desde Lugares Sombríos (1) Desert Punk (1) Diagnóstico de Muerte (1) Diccionario De Relaciones Y Sexo (1) Diccionario de Símbología (1) Donde habite el olvido XII (1) Douglas Rushkoff (1) Dr. Bloodmoney (1) Duelo (1) Dulces para esa dulzura (1) E L E N T I E R R O P R E M A T U R O (1) E L E N T I E R R O P R E M A T U R O (1) E L A N T I C R I S T O (1) E-volution (1) E. M. Johnson (1) E.F.Benson (1) E.T.A. Hoffmann (1) EL ABONADO (1) EL ABUELO ASESINO (1) EL ALEPH (1) EL ALEPH ficcion (1) EL ALMOHADON DE PLUMAS (1) EL ARISTÓCRATA SOLTERÓN (1) EL ARMARIO (1) EL ARO (1) EL ASESINATO DE DIOS (1) EL BARON DE GROGZWIG (1) EL BARRILITO (1) EL BICHO DE BELHOMME (1) EL BIGOTE (1) EL CARDENAL NAPELLUS (1) EL CETRO (1) EL CLUB DE LUCHA (1) EL CONDE DE MONTECRISTO II (1) EL CONDE DE MOTECRISTO (1) EL CONDUCTOR DEL RAPIDO (1) EL COTTAGE DE LANDOR (1) EL CRIMEN DE LORD ARTHUR SAVILLE (1) EL CRIMINAL Y EL DETECTIVE (1) EL CUENTO FINAL DE TODOS LOS CUENTOS (1) EL DEMONIO DE LA PERVERSIDAD (1) EL DIENTE DE BALLENA (1) EL DIOS SIN CARA (1) EL DUEÑO DE RAMPLING GATE (1) EL ERMITAÑO (1) EL FINAL (1) EL FLASH (1) EL FRUTO DE LA TUMBA (1) EL GATO Y EL RATÓN (1) EL GRABADO EN LA CASA H. P. LOVECRAFT (1) EL GRAN GRIMORIO (1) EL HOMBRE DE LA CALAVERA (1) EL HURKLE ES UN ANIMAL FELIZ (1) EL INCORREGIBLE BUITRE DE LOS ALPES (1) EL JOVEN GOODMAN BROWN (1) EL JUEGO DE LOS GRILLOS (1) EL JUEGO DE PELOTA EN RAMTAPUR (1) EL LIBRO DE LO INCREÍBLE (1) EL LIBRO DE LOS SERES IMAGINARIOS (1) EL MATRIMONIO DEL CIELO Y EL INFIERNO (1) EL MESMERISMO (1) EL METRONOMO (1) EL MUNDO AVATAR: ANDY WARHOL (1) EL NECRONOMICON (1) EL NUMERO QUE SE HA ALCANZADO (1) EL OJO SIN PARPADO (1) EL ORACULO DE SADOQUA (1) EL ORINAL FLORIDO (1) EL ORO (1) EL OTRO VAGABUNDO (1) EL PESCADOR DEL CABO DEL HALCON (1) EL PRECURSOR (1) EL REGRESO (1) EL RELÁMPAGO (1) EL REY (1) EL REY DE HIERRO (1) EL ROBLE HA CAÍDO (1) EL RÍO (1) EL SEXO FRIO (1) EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO (1) EL SUEÑO DEL REY KARNA-VOOTRA (1) EL SUSURRADOR EN LA OSCURIDAD (1) EL TRUEQUE (1) EL USURPADOR DE CADAVERES (1) EL VALLE DE LOS DIOSES (1) EL VAMPIRO ARMAND (1) EL VAMPIRO ARMAND (1) EL VENGADOR DE PERDONDARIS (1) EL VIUDO TURMORE (1) EL ZOPILOTE (1) EL _ ALEPH (1) EL cantar del exangel (1) EL ÚLTIMO EXPERTO (1) ELIGE TU DESTINO (1) ELISA BROWN (1) EN EL BOSQUE DE VILLEFERE (1) EN EL CREPUSCULO (1) EN ESTADO LATENTE (1) EN LA FERIA (1) EN ZOTHIQUE (1) Eco (1) Edad Media (1) Edgar Allan Poe El Cuervo (1) Edward Bulwer-Lytton (1) Edward Lucas White (1) El Almohadón de Plumas (1) El Arte de la Estrategia (1) El Asirio (1) El BAR II (1) El Barril de Amontillado (1) El Boogie Del Cementerio (1) El Borametz (1) El Buque Fantasma (1) El Carbunclo Azul (1) El Caso de los Niños Deshidratados (1) El Centinela (1) El Clan De Los Parricidas (1) El Club del Ataúd (1) El Corsario (1) El Crimen Invisible (1) El Cuarto en la Torre (1) El Dios de los Brujos (1) El Dios-Monstruo De Mamurth (1) El Dragón (1) El Eclipse (1) El Espejo De Nitocris (1) El Gigante Egoista (1) El Gris Gris En El Escalón De Su Puerta Le Volvió Loco (1) El Haschich (1) El Hombre Del Haschisch (1) El Hombre que Soñó (1) El Hueco (1) El Mago de Oz (1) El Mensajero de la Muerte (1) El Misterio del Mary Celeste (1) El Nuevo Acelerador (1) El Nuevo Acelerador Herbert George Wells. (1) El Príncipe (1) El Regalo de los Terrestres (1) El Rey Estelar (1) El Ritual (1) El Ruido de un Trueno (1) El Sacerdote Y Su Amor (1) El Signo Amarillo (1) El Underground digital (1) El Vengador de Perdóndaris (1) El Violador de la Moto (1) El Visitante Y Otras Historias Dylan Thomas (1) El Yoga (1) El amor de mi vida (1) El aprendiz de brujo. (1) El armonizador (1) El cadillac de Dolan (1) El camaleón (1) El campamento del perro (1) El cartero del rey (1) El caso de Charles Dexter Ward (1) El cuarto de goma (1) El demonio en Ceirno (1) El duque de L'Omelette (1) El espejo de Ko Hung (1) El extraño vuelo de Richard Clayton (1) El francotirador cazado (1) El grimorio del papa Honorio (1) El guardián entre el centeno (1) El horror del montículo (1) El informe del inspector Legrasse (1) El jardín de Adompha (1) El jardín del tiempo (1) El judío errante (1) El judío errante.Thomas M. Disch (1) El mal de la muerte (1) El muchacho que escribia poesia (1) El mundo que ella deseaba (1) El pararrayos (1) El pecado de Hyacinth Peuch (1) El perfume (1) El pescador del Cabo del Halcón (1) El pescador y su alma (1) El puñal del godo (1) El que acecha en la oscuridad (1) El que susurraba en las tinieblas (1) El roble de Bill (1) El sexo y yo (1) El soldado y la muerte (1) El telar (1) El terror volvió a Hollywood (1) El Árbol de las Brujas (1) El árbol de la buena muerte (1) El árbol de oro (1) El último sueño del viejo roble (Cuento de Navidad) (1) Eliphas Lévi (1) Ellen Schreiber (1) Empirismo (1) En donde suben y bajan las mareas (1) En el Calor de la Noche (1) En persona (1) Ensayo al viejo estilo (1) Erasmo de Rotterdam (1) Erecciones (1) Eres tan bella como una flor (1) Ergo Proxy (1) Eric Frank Russell (1) Eric Lavín (1) Escéptico (1) Ese Gran simulacro (1) Esoterismo (1) Esta noche se rebelan las estrellas (1) Estilo gótico (1) Exhibiciones (1) Eyaculaciones (1) F R I E D R I C H N I E T Z S C H E (1) FABULAS Y SIMBOLOS (1) FBI (1) FEMINISTAS (1) FESTIVAL DEL TESTÍCULO (1) FICCIONES (1) FLUYAN MIS LÁGRIMAS DIJO EL POLICÍA (1) FRANCIS MARION CRAWFORD (1) FRANK BELKNAP L. (1) FRASES DE POLÍTICOS (1) FREDIE MERCURY (1) FUERA DE ESTE MUNDO (1) Factotum (1) Fahrenheit 451 (1) Farenheit 451 (1) Feuerräder (1) Fiel amigo (1) Flautistas en el bosque (1) Fondo Monetario (1) Frank Belknap Long (1) Frankenstein o el moderno Prometeo (1) Franz Harttmann (1) Fred Saberhagen (1) Frederick Marryat (1) Frederick pohl (1) Freud (1) Fruto negro (1) Fuego Brillante (1) Fuego infernal (1) G. A. BEQUER (1) GENTE REUNIDA (1) GIBRÁN KHALIL GIBRÁN LADY RUTH (1) GIGANTE (1) GITANO (1) GOTHICPUNK (1) GUARDIANES DEL TIEMPO EXTRAÑOS TERRÍCOLAS ORBITA ILIMITADA ONDA CEREBRAL UN MUNDO EN EL CREPUSCULO (1) GUERRA DE ALADOS (1) GUIA DEL AUTOESTOPISTA GALACTICO (1) Gardner F. Fox (1) Gastón (1) Gauguin (1) Geoffrey Chaucer (1) George Berkeley (1) George Gordon Byron (1) George Langelaan (1) George Orwell (1) Ghost lover (1) Gilbert Thomas (1) Gordon Leigh Bromley (1) Gottfried Benn (1) Greg Egan (1) Grimoires (1) Guión para Alíen III (1) Gustave Flaubert (1) Génesis (1) Gómez (1) H. G. WELLS (1) H. P. Lovecraft LA BÚSQUEDA DE IRANON (1) H. P. Lovercraft (1) H.P.Lovecraft y E. Hoffmann Price (1) HAN CAIDO LOS DOS (1) HECHIZOS DE AMOR (1) HERBERT WEST (1) HIJO DE LA LUNA (1) HIPNOS (1) HISTORIA DE MAR Y TIERRA (1) HISTORIA DEL ENDEMONIADO PACHECO (1) HISTORIA DEL JOVEN DE LAS TARTAS DE CREMA (1) HISTORIA DEL MANDADERO (1) HISTORIA GÓTICA (1) HISTORIA PRODIGIOSA DE LA CIUDAD DE BRONCE (1) HOMBRES y DRAGONES (1) HOY Y MAÑANA (1) Hasta donde mueran los sentimientos (1) Hay Tigres (1) Hector G. Oesterheld (1) Heinrich August Ossenfelder (1) Hell-fire 1956 (1) Herbert George Wells. (1) Herman Melville (1) Hierba gatera (1) Historia Del Necronomicon H. P. Lovecraft (1) Historia de un muerto contada por él mismo (1) Historia de una demonización. (1) Horace Walpole (1) Howard Fast (1) Howard P. Lovecraft (1) Howard Philip Lovecraft (1) Héctor Álvarez (1) Híbrido (1) II parte (1) III (1) III parte (1) IMAGEN DE TU HUELLA (1) IMAGINE (1) IMÁGENES MALDITAS (1) INDICE MIO CID (1) Ideas (1) Ilusionismo (1) Inanna (1) Intento (1) Investigador De Lo Oculto (1) Isthar (1) Iván A. Efrémov (1) Iván Turguéniev (1) J. G. Ballard (1) J. J. Van der Leeuw (1) J.D. Salinger (1) JACK LONDON (1) JON WIENER (1) JORGE ADOUM (1) JUAN SALVADOR GAVIOTA (1) JUEGO DE SOMBRAS (1) JUNTO A UN MUERTO (1) Jaime Bayly (1) James H. Schmitz (1) James Montague RhodesCORAZONES PERDIDOS (1) Javi (1) Jean Lorrain (1) Jean Ray (1) Jim Morrison (1) John Lennon (1) John Silence (1) John Stagg - El Vampiro (1) John W. Campbell (1) John Wyndham (1) John/Yoko (1) Jorge Bucay (1) Jorge Manrique (1) Jose Antonio Rodriguez Vega (1) Joseph Sheridan Le Fanu (1) José Luis Garci (1) José Luis Zárate Herrera (1) José Manuel Fernández Argüelles (1) José María Aroca (1) José de Esponceda (1) Juan C. "REX" García Q. (1) Juan Darién (1) Juan Ruiz (1) Juan de la Cruz (1) Juan-Jacobo Bajarlía (1) Kabbalah (1) Keith Laumer (1) Khnum (1) Kit Reed (1) L a Muerte De Halpin Frayser A mbrose Bierce (1) L a Mujer Loba (1) LA ALQUIMIA COMO CIENCIA DEL ARTE HERMETICO (1) LA AVENTURA DEL ASESINO METALICO (1) LA BAILARINA (1) LA BALLENA DIOS (1) LA BALLENA Y LA MARIPOSA (1) LA BARONESA (1) LA BECADA (1) LA BELLEZA INÚTIL (1) LA BELLEZA INÚTILguy de maupassant (1) LA BODA DEL LUGARTENIENTE LARÉ (1) LA CABELLERA (1) LA CASA (1) LA COMPAÑERA DE JUEGO (1) LA CONFESIÓN DE TEODULIO SABOT (1) LA CRIBA (1) LA ESCUELA DE LA PIEDRA DE LOYANG (1) LA ESPADA DE WELLERAN (1) LA ESTATUA (1) LA EXTRAÑA CABALGADA DE MOROWBIE JUKES Rudyard Kipling (1) LA FERIA DE LAS TINIEBLAS (1) LA INVASIÓN DIVINA (1) LA LUNA LLENA (1) LA MAGIA NEGRA (1) LA MALDICIÓN (1) LA MAQUINA DEL SONIDO (1) LA MASCARA DE LA MUERTE ROJA (1) LA MOSCA (1) LA MÚSICA DE ERICH ZANN (1) LA NARIZ (1) LA PARENTELA DE LOS ELFOS (1) LA PARÁBOLA CHINA (1) LA PIMPINELA ESCALATA (1) LA QUE ERA SORDA (1) LA RAÍZ CUADRADA DE CEREBRO (1) LA SEGUNDA LEY (1) LA SENDA (1) LA SOMBRA. (1) LA TEMPESTAD (1) LA TEORIA DE LAS MASCOTAS DE L.T. (1) LA TIERRA DE ZAAD (1) LA TIERRA ROJA (1) LA TRAMA CELESTE (1) LA TRÁGICA HISTORIA DEL DOCTOR FAUSTO (1) LA VENTANA ABIERTA (1) LA VENUS DE ILLE (1) LA VISITA QUE J. H. OBERHEIT HACE A LAS TEMPIJUELAS (1) LAGARTIJA (1) LAGRIMAS Y RISAS (1) LAGRIMAS Y SONRISAS (1) LAS BECADAS (1) LAS DOS PRINCESAS (1) LAS GRANADAS (1) LAS HOJAS SECAS (1) LAS LEYES (1) LAS PERVERSAS CRIATURAS DE SERGIO LAIGNELET (1) LAS RANAS (1) LAS RATAS DEL CEMENTERIO (1) LAS REVELACIONES DE BECKA PAULSON (1) LAS TUMBAS DE TIEMPO (1) LEOPOLDO LUGONES (1) LEYENDA DE LA CALLE DE NIÑO PERDIDO (1) LEYES DE DROGAS (1) LIBRO DE LA DUALIDAD (1) LIBRO DE LA IGNORANCIA (1) LIBRO DEL AMOR (1) LILIHT (1) LOS AGUJEROS DE LA MASCARA (1) LOS CANGREJOS CAMINAN SOBRE LA ISLA (1) LOS CLANES DE LA LUNA ALFANA (1) LOS CONSTRUCTORES (1) LOS CUATRO HERMANOS LUNARES (1) LOS DOS CAZADORES (1) LOS DOS HERMANOS (1) LOS DOS POLÍTICOS (1) LOS DOS ÁNGELES (1) LOS HOMBRES QUE ASESINARON A MAHOMA (1) LOS HOMBRES QUE BAILAN CON LOS MUERTOS (1) LOS HUÉSPEDES -- SAKI (1) LOS IMPOSTORES (1) LOS SIETE PUENTES (1) LOS VEINTICINCO FRANCOS DE LA SUPERIORA (1) LOS ÁRBOLES DEL AZUL (1) LSD (1) LUZIFER (1) La Acacia (1) La Aureola Equivocada (1) La Callejuela Tenebrosa (1) La Campaña (1) La Casa Croglin (1) La Casa De Los Espíritus (1) La Caza de Hackers (1) La Ciudad (1) La Cámara De Los Horrores (1) La Cámara de los Tapices (1) La Entrada Del Monstuo (1) La Estatua de Sal (1) La Extraña Cabalgada De Morowbie Jukes (1) La Fiera Y La Bella (1) La Leyenda De San Julian El Hospitalario (1) La Liberación de la Bella Durmiente (1) La Luna Nueva (1) La Magia (1) La Mandrágora (1) La Mascarada (1) La Muerte Enamorada (1) La Máscara de la Muerte Roja (1) La Palida Esposa De Toussel (1) La Pradera Verde (1) La Pócima Vudú De Amor Comprada Con Sangre (1) La Torre del Elefante (1) La Tregua (1) La Vérité (1) La bahía de las corrientes irisadas (1) La capa (1) La casa de Cthulhu (1) La casa del hacha (1) La casa hechizada (1) La catacumba (1) La condena (1) La cultura del miedo (1) La dama de compañía (1) La familia de Pascual Duarte (1) La guadaña (1) La hija del árbol (1) La llave de plata (1) La lucha por la vida I (1) La lucha por la vida II (1) La lucha por la vida III (1) La mansión de las rosas (1) La mañana verde (1) La muerte del borracho (1) La mujer de Dennis Haggarty (1) La mujer del bosque (1) La máquina del sonido (1) La novia del ahorcado (1) La parra (1) La pregunta (1) La reina estrangulada (1) La soledad del escritor en el siglo XXI (1) La sombra de Eva (1) La sombra que huyó del capitel (1) La sombra que huyó del capitel. los mitos de cthulhu (1) La sombra que huyó del chapitel (1) La vampiro española (1) La ventana en la buhardilla (1) La vida de la muerte (1) La vida en las trincheras del Hiperespacio (1) La vida nueva (1) Lain (1) Las botas mágicas (1) Las figurillas de barro (1) Las imprudentes plegarias de Pombo el idólatra (1) Las mandrágoras (1) Las once mil vergas -- Guillaume Apollinaire -- Advertencia (1) Las palabras mágicas (1) Las puertas del Valhalla (1) Lawrence C.Conolly (1) Leigh Brackett (1) Lestat (1) Ley y Orden (1) León Tolstoi (1) Libro de Buen Amor (1) Libro de Eibon (1) Lilitú (1) Lista de los demonios en el Ars Goetia (1) Llegado desde el infierno (1) Lluvia Negra (1) Lord of the Flies (1) Los Crímenes de la Rue Morgue (1) Los Elementales (1) Los Nueve Pecados Satánicos (1) Los Poemas Ocultos (1) Los cazadores de cabezas (1) Los colmillos de los árboles (1) Los comedores de lotos (1) Los gatos de Père Lachaise (1) Los hijos de Babel (1) Los príncipes demonio I (1) Los reploides (1) Los árboles parlantes (1) Lotófagos (1) Luana (1) Luis Enrique Délano (1) Luisa Axpe (1) Lydia Cabrera (1) Lyman Frank Baum (1) M .R. James (1) MACHISTAS (1) MAESE LEONHARD (1) MAGICO (1) MANUSCRITO ENCONTRADO EN UNA BOTELLA DE CHAMPAGNE (1) MAQUIAVELO (1) MARIDOS (1) MARIO VARGAS LLOSA (1) MARY W. SHELL (1) MAS ALLÁ DEL MURO DEL SUEÑO (1) MAUPASSANT. AHOGADO (1) MAUPASSANT. ADIOS (1) MAUPASSANT.EL AFEMINADO (1) MAUPASSANT.EL ALBERGUE (1) MEN IN BLACK (1) METAMORFOSIS (1) MI MONSTRUO DE OJOS SALTONES (1) MI RESPETADO SUELO DURMIENTE (1) MINICUENTOS ESCALOFRÍO (1) MULTIPLICACIÓN. (1) Mage La (1) Magia menor (1) Manual de zoología fantástica (1) Manuel González Noriega (1) Mao (1) Marcel Proust (1) Margaret A. Murray (1) Margarita Guerrero (1) Margaritas Fredric Brown Daisies (1) Marguerite Duras (1) Mario Benedetti - La noche de los feos (1) Mario Benedetti - Ni Cinicos Ni Oportunistas (1) Mario Flecha (1) Marx (1) Mary Shelley. (1) Mary Wolfman (1) Marzo Negro (1) Matrix (1) Maxim Jakubowski (1) Maximiliano Ferzzola (1) Me siento sola (1) Memnoch El Diablo (1) Memoria de Crímenes (1) Memorias de un moribundo (1) Mentalismo (1) Metadona (1) Metzengerstein (1) Mi Querida Muerte (1) Miguel de Cervantes Saavedra . NOVELA (1) Miguel de Cervantes Saavedra . NOVELA LA GITANILLA (1) Mitología hebrea (1) Monopolio (1) Montado en la bala (1) Mujer de pie (1) MundoDisco (1) My buddy (1) MÁSCARAS (1) Más allá de los confines del mundo (1) Más vasto que los imperios (1) Máximo Torralbo (1) Música (1) NARRACIONES OCULTISTAS (1) NEGLIGENCIA (1) NO MIRES ATRÁS (1) NOTICIAS (1) NOTICIAS DEL MAS ALLA (1) NUL-O (1) Nathaniel Hawthorne (1) Necrológica (1) Neil Olonoff (1) Nelly Kaplan (1) Neuromancer (1) Ni Cinicos Ni Oportunistas (1) Ni Corruptos Ni Contentos (1) Nicolás Maquiavelo (1) Nieto de un verdugo (1) Nightmares and dreamscapes (1) Nikolàj Semënovic Leskov (1) No Despertéis a los Muertos (1) No Tengo Boca. Y Debo Gritar (1) No a la censura (1) No te Salves (1) No tocarte (1) Nona (1) Novela de terror (1) Nyarlathotep (1) Nyarlathotep el Terrible (1) O V I D I O (1) OLIVER ONIONS (1) ORGIAS (1) ORISHAS (1) OSCURA Y FRIA NOCHE (1) Opinion Personal (1) Otros mundos. otros dioses (1) PACIENTE BERLIN (1) PACTO (1) PACTOS DIABOLICOS EN FLORES PACTOS DIABOLICOS EN FLORES (1) PALABRAS (1) PAPÁ BENJAMIN (1) PARANOYAS (1) PARCAS (1) PARTE 1 (1) PATTI SMITH (1) PAZ CONTAGIOSA (1) PAZ Y GUERRA (1) PELIGROS DEL SATANISMO (1) PINOSANGUINOCHETBURUNDA (1) PLURIEMPLEO (1) POBRE (1) POE Y OTROS (1) POEMA INDIO (1) POEMA VAMP (1) POEMAS ÚLTIMOS (1) POEMÊ (1) POIROT INFRINGE LA LEY (1) POQUITA COSA (1) POR LA SANGRE ES LA VIDA (1) PRELUDIOS (1) PREMIOS (1) PROCESO (1) PRÍNCIPE Y MENDIGO (1) PUERTA AL INFIERNO SANGRE EN EL CIELO (1) PUNK (1) PUNTO DE PARTIDA (1) PUTA (1) Padma Sambava (1) Padre fundador (1) Para las seis cuerdas (1) Parricidios (1) Patakí De Ofún (1) Patrick Süskind (1) Paulo Navas (1) Pecados capitales (1) Pedro Pastor (1) Pelotón D (1) Pequeña Antología (1) Pesadilla (1) Pete Adams (1) Peter Shilston (1) Peter Valentine Timlett (1) Peter Wake (1) Philaréte Chasles (1) Poema de amor a una chica que hacía striptease (1) Poemas Completos (1) Poemas Malditos (1) Poemas de Gilgamesh (1) Poemas de amor (1) Porthos (1) Primer amor (1) Primera parte (1) Primera parte 2 (1) Prosper Mérimée (1) Protesta Anonima General (1) Proyección (1) Príncipe (1) Príncipe de las tinieblas (1) Próxima Centauri (1) Pseudomonarchia Daemonum (1) Psiquismo (1) Punch Drunk (1) QUE DIFÍCIL ES SER DIOS (1) R. E. HOWARD (1) R. W. Chambers (1) R.E.3 (1) RAMÓN GOMEZ DE LA SERNA (1) REANIMADOR (1) REGIONES APARTADAS (1) RELATOS DE TERROR (1) RENZO (1) RETRANSMISION ETERNA (1) RIMA VII (1) RIMA XXXVIII (1) RITUALES SATANICOS (1) ROBERT LOUIS STEVENSON (1) ROBOT CITY (1) ROLL AND ROLL (1) ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE (1) Raymond J. Martínez (1) Reaper (1) Recetas (1) Respuesta del Forastero (1) Reto (1) Retoños (1) Reventando el sistema (1) Rhea (1) Richard Bellush (1) Richard Calder (1) Richard Shrout (1) Richelieu (1) Ritos (1) Rituales con los ángeles (1) Robert Ervin Howard (1) Robert Ervin Howard: Un Recuerdo (1) Rochefort (1) Rockefeller (1) R’Iyeh (1) S. SV - XVIII (1) SALIDA DEL EDEN (1) SALVAME (1) SATANICo (1) SATÁN (1) SECTAS SATÁNICAS (1) SECUESTRO HOCHSCHILD (1) SEHNSUCHT (1) SETENTA (1) SIDDHARTA (1) SIN TON NI SON (1) SLAN (1) SOBRE LA ARENA (1) SORTEOS (1) SORTILEGIO DE OTOÑO (1) STANLEY CEPILLO DE DIENTES (1) STÉPHANE MALLARMÉ (1) SUEÑOS (1) Sandy Lopez Juarez (1) Santa Teresa de Ávila (1) Saquitos (1) Segador (1) Segunda parte (1) Serial Experiments Lain (1) Sharon N. Farber (1) Si Viene Damon (1) Siembra de Marte (1) Siglo XV (1) Silent Möbius (1) Simbiótica (1) Skull and Bones (1) Sobre Todo Madrid (1) Sociedad Thule (1) Sociedad Vril (1) Soy Leyenda (1) Soy la Puerta (1) Stalin (1) Stanley G. Weinbaum (1) Stanley Weinbaum (1) Stephen Vincent Benet (1) Supieras... (1) SÍMBOLO DE BALPHOMET (1) TALENTO (1) TOBERMORY (1) TOMBUCTÚ (1) TONTOS (1) TRAGEDIAS (1) TRATADO ESOTÉRICO DE TEURGIA (1) TRES DIOSES Y NINGUNO (1) TRES REGALOS (1) TRINITY BLOOD (1) TROPAS DEL ESPACIO (1) TU FRIALDAD (1) Tanith Lee (1) Taveret (1) Teatro de Crueldad (1) Templarios (1) Tercera parte (1) Tercera parte 2 (1) Terror en el espacio (1) Terry Carr (1) Terry Pratchett (1) Tetas (1) The Green Meadow (1) The Lilim (1) The Matrix (1) The Reward (1) The dead beat (1) The garden of time (1) The green morning (1) Theodore Sturgeon (1) Thomas Burnett Swann (1) Théàtre des Vampires (1) Tierra extraña (1) Tokio (1) Totemismo (1) Transmisión (1) Transmutación Transferencia Misticismo Desarrollismo (1) Trigun (1) Tsathoggua (1) Términos (1) U N C A M I N O A L A L U Z D E L A L U N A (1) UN AS DEL AJEDREZ (1) UN ASESINATO (1) UN COMPENDIO DE SECTAS (1) UN DIA EN EL REFLEJO DEL ESPEJO (1) UN LUGAR DE LOS DIOSES (1) UN MENSAJE IMPERIAL (1) UN OLOR A MUNDO (1) UN SEÑOR MUY VIEJO CON UNAS ALAS ENORMES (1) UN SUEÑO (1) UNA CONFLAGRACION IMPERFECTA (1) UNA ISLA (1) UNA ODISEA MARCIANA (1) UNA PEQUEÑA FABULA (1) UNA TARDE EN LO DE DIOS (1) UNA TUMBA SIN FONDO (1) URSULA K. LEGUIN (1) USA (1) USURPACIÓN DE DERECHOS DE AUTOR (1) Un crimen fuera de lo corriente (1) Un día en el confín del Mundo (1) Un escándalo en Bohemia (1) Un escándalo en Bohemia sir Arthur Conan Doyle (1) Un manifiesto Cyberpunk (1) Un marido ideal (1) Una carta abierta a H. P. Lovecraft (1) Una confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II (1) Una cuestión de identidad (1) Universo desierto (1) Ursula K. Le Guin (1) Utopía (1) V I N C E N T V A N G O G H (1) VENGANZAS (1) VESTIDURAS (1) VIEJO VINO (1) VIH-SIDA (1) VINTAGE (1) VITTORIO EL VAMPIRO (1) VIVIDOR A SU PESAR (1) VIVOS (1) VOLUMEN 1 (1) VOLUMEN 1parte 2 (1) Valencia (1) Valencia nocturno (1) Venganzas Y Castigos De Los Orishas (1) Viaje a la semilla (1) Viktor Saparin (1) Villiers de L'Isle (1) Villiers de L'Isle Adam (1) Vivian Meik (1) Voces de la Oscuridad (1) Von Junzt (1) Vuelto a nacer (1) Víctor Hugo (1) W.W. Jacobs (1) WHITE (1) WHITE ZOMBIE (1) Walter Scott (1) WannaFlock (1) Ward Moore (1) Weird Tales (1) Wendigo (1) Wilfred Blanch Talman (1) William Golding (1) William H. Hogdson (1) William Irish (1) William Shakespeare (1) Winifred Jackson (1) Wlliam Shakespeare (1) Wood'stown (1) Y cada día nos cuesta más soñar. (1) YERMA (1) YING-YANG (1) YO OS SALUDO (1) YVETTE (1) Yasutaka Tsutsui (1) Yra Reybel (1) YulyLizardi (1) ZOMBIE (1) ZOTHIQUE (1) Zenna Henderson (1) Zuzana_dt666(arrova)hotmail.com (1) a dreamer`s tales (1) a la caza (1) abducciones (1) abortivo (1) abstractos (1) aceite de perro (1) acerca de nyarlatoted (1) acido (1) actual (1) actualizacion 4.0 (1) adicción (1) adios (1) adolfo (1) agathos (1) aguelles (1) ahogado (1) al pueblo hebreo (1) alcacer (1) aldoux huxley (1) aleksandr (1) alfa (1) algo sobre los gatos (1) algunas formas de amar (1) ali-baba y los cuarenta ladrones (1) almas (1) alto (1) amante fantasma (1) amateur (1) ambiente (1) amor . i love... (1) amy foster (1) analogia (1) anarko-undergroud (1) anarquía (1) anecdota (1) angel (1) angela (1) angeles guardianes (1) angelustor (1) animales racionales (1) animas (1) ann (1) anonimos (1) antes del espectaculo (1) antifona (1) antiguos (1) anton (1) antropologia de la muerte (1) apariciones (1) apocalipsis 2012 (1) apocalipsis-ficcion (1) apocapocalipsis (1) apocrifos (1) aqui hay tigres (1) aqui vive el horror (1) arcangel negro (1) archivos (1) arde (1) arfego (1) arkham (1) armagedon (1) armando (1) armas (1) arqueologia (1) arquetipo (1) arquitectura (1) arrebatado (1) articulo (1) articulos (1) artista gotica (1) asesino (1) asesino en serie (1) asesinos (1) asfódelo (1) ashkin (1) atlantida (1) auto de fe (1) autobiografia carcelaria (1) autores (1) avalon (1) avatar (1) ayuda alienigena (1) bajo (1) bajo la piramide (1) barrilamontillado (1) bdsm (1) berenice (1) berkeley (1) berlin (1) bert-sellers (1) biblia (1) bibliografia (1) bien (1) biotecnologia (1) blanco y negro (1) blog (1) blogs (1) blood canticle (1) bloods (1) boemios (1) boix (1) books of bloods (1) bram (1) brenda (1) breve (1) bruja (1) brujas y ovnis (1) bublegum (1) budhismo (1) budismo (1) bukoski (1) cabalista (1) cabalistico (1) caballeros de Jerusalén (1) caballeros de tabla redonda (1) campbell (1) cancion (1) canciones (1) canibal (1) canto (1) canto vii (1) cantos (1) caotico (1) capilla (1) capitulos eliminados (1) capuletos montescos (1) carl sagan (1) carlo frabetti (1) carta a colin wilson (1) casa tomada (1) catacumbas (1) causas (1) cd (1) celebres (1) celta (1) cementerio (1) cenizas (1) censura (1) centinela (1) cesar vallejo (1) charles (1) charles fort (1) charlotte mew (1) chulhut (1) ciber (1) cibercultura (1) ciencias de la educación (1) cinico (1) circulo (1) claro de luna (1) cocaína (1) coeficiente intelectual (1) coelho (1) coleccion relatos de terror (1) collins (1) color (1) comentarios (1) como ser un gran escritor (1) completo (1) compramos gente (1) concepto gotico (1) concilio de rivendel (1) condecorado (1) confesion (1) conocer (1) contemporaneo.1863 (1) control de las informaciones (1) conversacion (1) correspondencias sephirothicas (1) corrupcion (1) costumbre (1) crackanthorpe (1) creador (1) creencias (1) crimenesdelamor (1) cripta (1) cristiana (1) cristiano (1) cronicas marcianas (1) cronopios (1) cubres borrascosas (1) cuento clásico de terror (1) cuento extraño (1) cuento macabro (1) cuento terror (1) culto secreto. algernon lackwood (1) cultura (1) curita (1) cyberglosario (1) cyborg (1) cíclopes (1) dactilo (1) dalia negra (1) damon knight (1) daniel defoe (1) darex (1) darex vampire (1) darg (1) dark art (1) darks (1) data desde el siglo X hasta el XV (1) david lake (1) de kadath el desconocido (1) de leng en el frio yelmo (1) de los antiguos y su simiente (1) de los diversos signos (1) de los tiempos y las epocas que deben observarse (1) debilidades (1) definiciones (1) delicioso dolor (1) demonios sin cuernos (1) demons (1) demons et merveilles (1) dendrofilia (1) dependencia (1) dependencia de las computadoras (1) depresion (1) derleht (1) derleth (1) desamparado en el infierno (1) desaparición (1) descanso (1) desconocido (1) descubrimiento (1) desintoxicación (1) desmembramiento (1) desolacion (1) devil doll (1) diablos internos (1) diabolico (1) diabolos (1) diccionario de los infiernos (1) dicho (1) dickens (1) dictadores (1) dictionarie infernal (1) dikens (1) diligencias (1) dinero (1) diosa (1) diosas madres (1) discipulos (1) disculpas (1) dolor-fiel amigo (1) dominio publico (1) dorian gray (1) down (1) dowson (1) doyle (1) dragones (1) dramaturgo (1) droga (1) duende (1) e l v a m p i r o (1) e-mails (1) e.a.poe (1) e.t.a. hoffman (1) eclipse (1) ecuador (1) eddy (1) edicion fria (1) el ahogado mas hermoso del mundo (1) el alberge (1) el alfabeto de nug-soth (1) el amo de moxon (1) el angel (1) el arbol (1) el arbol de la bruja (1) el arma (1) el arpa (1) el artista (1) el auxiliar de la parroquia (1) el avaro (1) el ayunador (1) el barbero de bagdad (1) el coco (1) el cohete (1) el conde dracula (1) el contejo de anthony garstin (1) el corazon de la señorita winchelsea (1) el dia de los trifidos (1) el diablo en la botella (1) el dios caballo (1) el duende (1) el enamorado y la muerte (1) el engendro maldito (1) el entierro de las ratas (1) el estatuto de las limitaciones (1) el fantasma (1) el grabado de la casa (1) el gran dios pan (1) el hechizo mas fuerte (1) el hombre (1) el hombre del cohete (1) el horror de dunwich (1) el horror de salem (1) el huesped de dracula (1) el huracan (1) el intruso (1) el ladron de cadaveres (1) el libro de los condenados (1) el manuscrito (1) el manuscrito de un loco (1) el martillo de vulcano (1) el mercado de niños (1) el milagro secreto (1) el misterio de las catedrales (1) el monte de las animas (1) el mortal inmortal (1) el mundo (1) el mundo avatar (1) el mundo poseido (1) el negro (1) el otro pie (1) el padre escrupuloso (1) el poder de las palabras (1) el pozo y el pendulo (1) el principe (1) el principe feliz (1) el puente del troll (1) el que se enterro (1) el que tenia alas (1) el rayo que no cesa (1) el regreso del brujo (1) el retrato oval (1) el saber del sueño (1) el secreto del barranco de macarger (1) el sello de yog-sothoth (1) el señor de las moscas (1) el señor de los anillos (1) el temple (1) el tenorio (1) el ungüento de khephens el egipcio (1) el veto del hijo . thomas hardy (1) el viejo terrible (1) el visitante (1) el visitante del cementerio (1) el zorro y el bosque (1) elias (1) elizabeth gaskell (1) email (1) emisarios (1) en las montañas alucinantes (1) en las montañas de la locura (1) encantamientos (1) enfermedad (1) engaño (1) enrique andersont imbert (1) ente (1) entrad a mi reino (1) enviados (1) epilogo (1) equivocado (1) eric lavin (1) escapar (1) escrito (1) escrito 1514 (1) escritura (1) escuela (1) esoterico (1) espacio-tiempo (1) españolito que vienes al mundo (1) especial (1) espiritus rebeldes (1) essex (1) esteban echeverria (1) estetica (1) etchinson (1) evangelion (1) evangelista (1) excluidos (1) experimental (1) extractos (1) extraño (1) fantasticas (1) favole (1) feeds (1) felicidad (1) filtros (1) fin del mundo (1) final (1) fondos (1) foro (1) fosas comunes (1) fracmento (1) fragmento (1) fragmentos .las mil y una noche (1) frances (1) francisco (1) francisco umbral (1) frases celebres (1) fredo (1) free (1) fructuoso de castro (1) fulcanelli (1) funciones (1) futurista (1) fuy un profanador de tumbas adolescente (1) gabriela mistral (1) gai (1) galsworthy (1) gaston leroux (1) geirtrair-la desmembradora (1) geometria euclediana (1) george gissing (1) georgie porgie (1) ghost (1) gor­gonas (1) goth darknes (1) gothh (1) gothico (1) gothnight (1) goticas (1) gotico-victoriano (1) grimorio (1) guerraarte (1) guerras (1) guerras espirituales (1) guillermo (1) gusana_0520(arrova)hotmail.com (1) gustavo adolfo bequer (1) gótica (1) gótico (1) hambre (1) hara-kiri (1) harian (1) hay que aguantar a los niños (1) hebrea (1) hechiceria (1) hecho real (1) helena (1) helene hannf (1) henry james un dia unico (1) herlink harland (1) heroina (1) hilanderas (1) hill house (1) hipertexto (1) historia de amor (1) historia de vampiros (1) historia desconocida del cannabis (1) historia gotica (1) historia gotica cañi (1) historia terror (1) historias vampiricas (1) hombre oscuro (1) horacio (1) houdini (1) howard p.lovecraft (1) http://www.youtube.com/watch?v=qGuF-_SIYnc (1) huellas (1) hugo mujica (1) ian watson (1) ibañez (1) identidades (1) ignacio almada (1) imagenes . art (1) imagenes de culto (1) imagenes malditas (1) imagenes.blogdiario.com (1) inconvencional (1) ineditos (1) inez wallace (1) infiledidades (1) inhumano (1) instrucciones (1) intolerancia (1) inusual (1) invocacion (1) invocacion satanica (1) invocaciones (1) iq (1) irreal (1) isabel allende (1) isidro marin gutierrez (1) j.w. goethe (1) jack womack (1) japan/spain (1) jay anson (1) jazz (1) jinetes del apocalipsis (1) joan aiken (1) john marks (1) johnathan y las brujas (1) johnson spencer (1) jose maria aroca (1) jose martin (1) joseph conrad (1) juan g. atienza (1) juan marino (1) judeo-mesopotamica (1) juez (1) justicia (1) juventud (1) kabala (1) kamasutra (1) kipling (1) klein (1) kons (1) la abjuracion del gran cthulhu (1) la aventura de los coches de punto (1) la boda de john charrington (1) la busqueda de iranon (1) la caida de la casa usher (1) la casa vacia (1) la cisterna (1) la cueva de los ecos (1) la cueva de malachi (1) la dama de las sombras (1) la demanda de las lagrimas de la reina (1) la desolacion de soom (1) la divina comedia (1) la durmiente (1) la encina (1) la esfinge sin secreto (1) la flor del membrillo (1) la formula de dho-hna (1) la futura difunta (1) la gran ramera (1) la gran ramera : ICCRA (1) la guarida (1) la hija de ramses (1) la hija del tratante de caballos (1) la historia de moises y aone (1) la hora final de coffey (1) la invencion de la soledad (1) la ironía (1) la lampara de alhazred (1) la larva (1) la leyenda de esteban (1) la llamada de chylhu (1) la luns nueva (1) la mano (1) la mano disecada (1) la mezcladora de cemento (1) la misa del ateo (1) la montaña de la locura (1) la nave blanca (1) la noche de los tiempos (1) la playa (1) la playa y la muerte (1) la politica del cuerpo (1) la pradera (1) la prueba del amor (1) la puerta del señor de maletroit (1) la rabia (1) la resurreccion de los muertos (1) la rosa del vampiro (1) la sal de la tierra (1) la siesta de un fauno (1) la sombra del desvan (1) la sombra del lago (1) la tos (1) la vela carmesi (1) la venta de los gatos (1) la venus de las pieles (1) la voz de hastur (1) lady (1) las 3.47 de la madrugada (1) las almas de animales muertos (1) las gemelas asesinadas (1) las islas voladoras (1) las joyas (1) las manos de coffey (1) las niñas de alcacer (1) las parcas (1) las piedras magicas (1) latin (1) lawrence (1) lectura (1) lecturas para el baño (1) leonora (1) lesli_paloma_estrella(arroba)hotmail.com (1) letanias de satan (1) levi (1) leviatan (1) leyenda del valle dormido (1) lhiliht-La novia de Corinto (1) li po (1) libre (1) libro cuarto (1) libro de la vida (1) libro de los vampiros (1) libro de poemas (1) libro decimo (1) libro septimo (1) ligeia (1) lilit (1) limpio (1) linkmesh.com (1) lirics (1) listado (1) literatura sucia (1) lo grotesco (1) lobos (1) londres (1) lores (1) los alfileres (1) los cuatro jinetes del apocalipsis (1) los despojos (1) los desterrados (1) los devoradores del espacio (1) los espadachines de varnis (1) los infortunios de la virtud (1) los primigenios (1) los secretos del corazon (1) los suicidios (1) los superjuguetes duran todo el verano (1) lovecrat (1) lover (1) luis cernuda (1) luis fernando verissimo (1) lullaby (1) lyrics (1) madame D (1) madre de serpiente (1) madres (1) maestros del terror (1) magacine (1) magia (1) magia blanca (1) magia eclesiastica (1) mal (1) maleficios (1) manera de vivir (1) manga (1) manifiesto subrealista (1) manuscrito (1) manuscritos del mar muerto (1) maria en distintas religiones (1) marques de sade (1) martir (1) marvel (1) mas alla del muro de los sueños (1) mas alla del muro del sueño (1) mas visitadas (1) matanzas de polonias (1) maters (1) matriarcado (1) matrimonio del brigadier (1) maupassant.gotico (1) maximo torralbo (1) meditacion (1) memoria (1) memorias (1) memorias de una princesa rusa (1) mentiras iglesia catolica (1) mi lamento (1) mi raza (1) midi (1) mil y una noche (1) minicuentos (1) miseria campesina (1) misiva (1) mistico (1) mitologia (1) modernizacion (1) moderno (1) moliere (1) moradas (1) moradores (1) morgana (1) morirse de amor (1) morphinoman (1) mortician corpse (1) moscu (1) movil (1) msn (1) muete roja (1) mundo muerto (1) mutante (1) nExTuz (1) narrativa completa (1) naturalista (1) necropolis (1) negocios (1) negra (1) negro (1) negromantico (1) neo (1) neo-historia-futurista (1) neo-nazi futurista (1) neoclasical (1) neon (1) nesbit (1) neuquen gaston (1) new york (1) nicolas maquiavelo (1) nikolaj vasilievic gogol (1) ninfos (1) niño (1) niñosfantasia (1) no tengo boca y debo gritar (1) noche ahogadora... (1) normal (1) nota;lectura (1) novelas cortas (1) nueva frontera (1) nueva jerusalem (1) nueve (1) o manual practico do vampirismo (1) obra ficticia. (1) obsesiones (1) obsesivo (1) odin (1) ohann L. Tieck (1) oinos (1) ola de violencia (1) olonoff (1) omega (1) opio (1) oracion a la diosa liliht (1) orden (1) oscura (1) oscuridad (1) oscuro.imagenes (1) otros (1) paciencia (1) pactos (1) paganos (1) paginas goticas (1) pandilleros (1) para componer el incienso de kzauba (1) para convocar a shub-niggurath (1) para el conjuro de las esferas (1) para erguir las piedras (1) para forjar la cimitarra de barzay (1) para hacer el polvo de ibn ghazi (1) para invocar a yog-sothoth (1) parabola (1) parabola de las prisiones (1) paracelso (1) paradoja (1) paradojico (1) paranormal (1) parodia (1) parte1 (1) pasajero (1) pasajeros (1) pasion (1) paul (1) pecado (1) pekiz (1) pendulo (1) pensamientos y meditaciones (1) pequeña antologia (1) pequeños mosnstruos (1) perder los nervios o la cabeza (1) perdida (1) perdon (1) perez (1) pero las nubes nos separan (1) personalidad multiple (1) personas (1) pespectivas paranoicas (1) picassa (1) piezas condenadas (1) pigmeos (1) pin-pon (1) plagas (1) plegaria (1) plumas etereas (1) poder policial (1) poema dolor (1) poema novel (1) poemario (1) poemas vampiricos (1) poesia completa (1) poesia popular rusa (1) poesia sucia (1) poeta (1) poetry (1) policia (1) policia 1999 (1) policia del pensamiento (1) polidori (1) pop (1) pop art (1) por fin se hace justicia (1) por ti (1) portugues (1) posguerras (1) postestades (1) pozo (1) practicas (1) pratchett (1) preambulos (1) premoditorio (1) primer temor (1) primeros tiempos (1) primigenios (1) primordiales (1) principados (1) principio (1) principio del mundo (1) prosapoema (1) prostibulo (1) prudencia (1) psiquicos (1) pubertad (1) pura y dura (1) pushkin (1) querubines (1) quien se ha llevado mi queso (1) quija (1) quimeras (1) quimica (1) quincalla (1) quiroga (1) raciocinio (1) racismo (1) radicalismo religioso pentecostal (1) radios (1) rafael lopez rivera (1) raices (1) rea silvia (1) realidad alternativa (1) realismo del subrealismo (1) realismo sucio (1) rebote (1) recopilaciones (1) recuerdos (1) red (1) redsatanica (1) referencias (1) registro (1) registro exoterico (1) rehabilitacion de marginados (1) rehabilitacion de toxicomanos (1) reino gótico (1) relato gotico (1) relato gotico de amor (1) relato negro (1) relato oscuro (1) relato.horror (1) relatos cortos (1) relicario de tinieblas (1) religioso (1) relojero (1) remar (1) renegado catolicamente (1) requien por un dios mortal (1) reseñas (1) residuos (1) restaurantes (1) retazo (1) retrato (1) robert e.howard (1) rocio (1) romance (1) romance de lobos (1) romeo y julieta (1) ropas viejas (1) rosaroja (1) ruinas (1) rumores blasfemos (1) rusos (1) sacher-masoch (1) sacramento (1) sacrilegium (1) sadman (1) salamandras (1) san juan (1) san petesburgo (1) santa compaña (1) santa parca (1) satanas vende objetos usados (1) satanica (1) satanicos (1) satanizarus (1) sbrealismo (1) sectario (1) seleccion de poemas (1) semilla negra (1) sentido (1) sephirotico (1) sepulveda (1) ser (1) seven (1) sexo (1) señales (1) shirley jackson (1) sigils (1) significado (1) silfos (1) simbolgia (1) simbolica (1) similitud (1) sin cortes (1) sin identidad (1) sindbab el marino (1) sinfonica (1) sion (1) sir Arthur Conan Doyle (1) sires (1) sistema (1) sistina (1) situacion (1) slideshow (1) snuff (1) snuff movie (1) socrates (1) soledad (1) soluciones (1) song (1) sordo.mudo y ciego (1) stan rice (1) stevenson (1) stocker (1) strange (1) subconciente (1) subcubo (1) submundo del terror (1) sueños de nombres muertos (1) sueños difusos (1) sueños fobicos (1) sumeris (1) sunis (1) supersticiones (1) surrealism (1) surrealista (1) suttas (1) szandor (1) tarot.vida (1) tatuaje (1) te degollare de nuevo kathleem (1) te quiero puta (1) te sientas bien (1) teem (1) telato (1) telequinesico (1) temas (1) temas varios (1) tematicos (1) temor (1) terror desconocido (1) terror supertiscioso (1) terror.gotico (1) testimonio (1) texas (1) texto de un comentario (1) texto satanico (1) thackeray (1) the black cat (1) the haunting (1) the number in the best (1) tiempo (1) tierra de vampiros (1) tiros de gracia (1) tisera martin (1) todo depende de un cabello (1) todocharlas (1) toledo (1) tolkien (1) tomo3 (1) tortura (1) trabajos (1) traduccion (1) trailer (1) trainspotting (1) transilvania (1) tres-fechas (1) tribunales rusticos (1) triste (1) trollope (1) ubbo-sathla (1) un adios (1) un asunto de otro tiempo (1) un beso (1) un dia de campo (1) un hijo (1) un hombre (1) un naufragio psicologico.laguna mental (1) un poco de lejia en polvo (1) un raton en el pasillo (1) una carta (1) una ejecucion espeluznante (1) una hija de ramses (1) una jaula para la muerte (1) una pequeña historia piadosa (1) una vez en la vida (1) una victima del espacio superior (1) unamuno (1) universo sin límites (1) vacuna vih/sida (1) valentine (1) valle inclan (1) valle o paraiso (1) vampira (1) vampirica (1) vampirismus (1) vampíricos.varios (1) van hellsing (1) varios. (1) vejez (1) velatorio (1) ven... (1) veneno del cielo (1) verdugos voluntarios (1) viajando (1) viaje nocturno (1) vida de un vagabundo (1) videoart (1) videopoema (1) villiers de l´isle-adam (1) violacion (1) vision del futuro remoto (1) visual (1) vittorio (1) voladores (1) vuelta (1) wallpapers (1) walpurgis (1) wasington (1) web`s oficiales (1) wells (1) william (1) winston sanders (1) within temptation (1) wmv (1) woody allen (1) wrong (1) y más lento (1) yhvh (1) yo andube con un zombie (1) ªparte (1) ¿De que escapaban nuestros dioses? (1) ¿QUIERE USTED ESPERAR? (1) ¿Tenian ombligo Adan y Eva? (1) ¿cantara el polvo tus alabanzas? (1) ¿quien mato a zebedee? (1) ÁNIMAS Y FANTASMAS. (1) Álvares de Azevedo (1) Época de siembra (1) ÍNDICE DE VARIAS HISTORIAS (1) ΩMEGΛ (1) अल अजिफ (1)

.