SELECCIÓN DE POEMAS DE CLARK ASHTON SMITH EN CASTELLANO
El Canto Del Los Seres Libres
Gato montés, hermano del alma,
indómito seas, sin cadenas;
no sigas senda alguna de los hombres,
y hazte fuerte en vistillas y malezas.
Halcón del cielo, compañero alado,
salvo para cazar, nunca desciendas;
y como en una atalaya, anídate en riscos
que circunden anchas torrenteras.
Gran cárabo, noctámbulo conmigo,
en claustro cavernoso de cipreses,
vela los secretos escondidos
a quien no ve la luz en las tinieblas.
¿Dónde Duermes, Eldorado?
Vida mía, en tu alteza
Nunca olvides nuestro amor;
En tu dulce gentileza
No rechaces mi dolor.
Por siempre desterrado
De las playas del placer
Y de la magia del ayer.
¿Dónde duermes, Eldorado?
Nunca olvides este amor
En las tardes más triunfales...
Y recuerda el gran calor
Y los altos robledales;
Y recuerda nuestro mar
Soñoliento en la lejana
Dicha de una edad pagana...
No rechaces mi pesar.
Lo Ignoto
Las bóvedas del tiempo y del abismo
no conocen otro ejemplar de tu beldad;
y ningún escultor es capaz de cincelar
la esencia de tu forma y de tu faz.
Atraídos por un engañoso magnetismo,
buscamos y no hallamos tu fugaz
palacio... y el farol del ocultismo
no te ha revelado en tu magnitud.
¿Te escondes en la noche estrellada?
¿o moras en el átomo profundo?
¿Descubierta, serás pira humeante?,
¿o llama nueva de un mundo inaudito?...
¿o luz del cielo en faros terrenales?...
¿o fuego fatuo de los tremedales?
La Isla Del Náufrago
Huérfano de naufragio
estoy en una tierra sin jardín,
sin campos cultivados,
una isla que el volcán ha desolado
en parte, y los salvajes han invadido,
dominando ahora su mitad mayor,
las frutas y el pescado son su botín.
Ellos me sitian y me retienen
lejos de los bananos y del mar:
En este lugar
no tengo más que la desnuda roca,
en donde crecerán
un día los líquenes, cuyas hojas
mañana tras mañana no pueden
marchitar...
Ninguna vela
blanquea los verdinegros mares...
¿En tal islote,
puedo sobrevivir con los otros insulares?
Memoria Roja
Este recuerdo vuelve todavía
de un jardín de amaranto más retinto:
los lagos del ocaso, coloreando
mi desvarío como un vino tinto;
y los rubíes, hundidos talismanes,
en tus profundos ojos de jacinto.
Un esplendor de bermellón bañaba
las hiedras y las flores fúnebres;
y de tus labios yo bebí la sangre
que de un dios manaba fuera del ciprés (1);
y de mi corazón llovía la vida,
la esencia de sanguinos árboles...
Pero la noche vino a apagar
los mágicos rubíes y el fuego rojo
con el licor del dios... En vano busco
aquella claridad en cielo y ojos...
hallando ya en símbolos y palabras
la orilla del río Leteo (2) y flojo.
Los Poetas
Somos los dueños
De todos los sueños
De la noche o del día.
Y siempre entonamos
Esta melodía:
El mundo es el suyo,
El sol es el tuyo,
La luna es la mía.
Dos Mitos Y Una Fábula
¿Dónde vais, guerreros orgullosos,
con cotas fulgentes como la luna?
- Salimos a matar al Basilisco (3),
en simas que sólo sus ojos alumbran.
¿A dónde vais, valientes marineros,
en un bajel tintado con los colores del otoño?
- Navegamos en busca de la verdina ribera,
postrer asilo de los Unicornios (4).
¿A dónde vais, innominados brujos,
con mantos más bermejos que el ocaso?
- Vamos a hallar de Salomón las Clavículas (5),
y a liberar a los genios encerrados.
NOTAS:
(1) La imagen del dios en el árbol es una clara referencia a Dionisios o Baco, personificación del desenfreno y el vino (el rojo licor del poema). Aunque la vid y los racimos son los símbolos más recurrentes a la hora de representar a esta divinidad, los griegos hacían sacrificios al "Dionisios del Árbol", pues éste, era también dios de los árboles. Se le representaba con frecuencia como un tocón de árbol envuelto en un manto, con una careta barbuda por cabeza y ramas que salían del cuerpo. En otras imágenes aparece con la cara roja y el cuerpo dorado, sosteniendo una varita con una piña en su extremo.
(2) El "Río del Olvido".
(3) El Basilisco: "El Besalís o Regulus es el rey de los reptiles; con una sola mirada mata al hombre. Mata con su aliento a las aves del cielo, y está tan lleno de veneno, que reluce. Si el hombre lo ve primero, no puede hacerle daño, y el Basilisco queda como único rey en la arena vacía".
De Bestiis.
"El fuego, soy yo; y por todas partes lo aspiro: de las nubes, de los guijarros, de los árboles muertos, del pelo de los animales, de la superficie de los pantanos. Mis temperatura mantiene a los volcanes".
Las Tentaciones de San Antonio. Gustave Flaubert.
(4) El Unicornio: "El Monoceros es un monstruo de horrible bramido, con el cuerpo semejante al de un caballo, pies como los de un elefante y cola como la de un ciervo. Del centro de su frente brota un cuerno de asombroso esplendor, hasta de cuatro pies de largo, tan afilado que perfora fácilmente todo aquello contra lo que carga. Ni uno sólo ha ido a parar vivo a las manos del hombre, y aunque es posible matarlos, no se les puede capturar".
Bestiario de Cambridge.
" Yo tengo pezuñas de marfil, dientes de acero, la cabeza de color púrpura, el cuerpo color de nieve y el cuerno de mi frente lleva el abigarramiento del arco iris".
Las Tentaciones de San Antonio. Gustave Flaubert.
(5) Eliphas Levi, en su Histoire de la Magie, dice a propósito de La Clavícula de Salomón: "Las tradiciones populares decían que el poseedor de Las Clavículas de Salomón puede conversar con los espíritus de todos los órdenes. Pues estas Clavículas, varias veces perdidas y otras tantas recobradas, no son otra cosa que los talismanes de los setenta y dos nombres y los misterios de las treinta y dos vías que el tarot reproduce jeroglíficamente. Con el auxilio de estos signos y por medio de sus combinaciones infinitas, se puede efectivamente llegar a la revelación natural y matemática de todos los secretos de la naturaleza y, en consecuencia, entrar en comunicación con la jerarquía completa de las inteligencias y de los genios". Lovecraft también citó a Eliphas Levi, en su novela El Caso de Charles Dexter Ward.
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